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martes, 22 de octubre de 2013

Jason Kidd: Técnica y táctica

Técnica y táctica son dos conceptos distintos que no tienen por qué ir siempre estrictamente ligados. Por un lado, la técnica agrupa toda clase de movimientos que permita hacer, en este caso, la disciplina de una actividad deportiva. Por otro lado, la táctica la usamos para que con el uso de la técnica podamos conseguir un objetivo específico. Alteremos el orden. Debido a un conocimiento muy elevado de la técnica, conseguimos una distinta perspectiva en cuanto a la táctica y este modo de entender técnica y táctica es parecido al modo como lo podrá hacer Jason Kidd. Por ahora es un melón sin abrir, una caja sin saber que hay dentro, pero de bien seguro que hay algo que nos sorprenderá en él. 

Por ahora es el entrenador menos experimentado de la liga desde el banco, pero a su favor tiene haber dirigido siempre desde dentro. Su posición natural en la cancha le obligaba como jugador a ensanchar más su visión y como entrenador debe sacar provecho de esto. Jugando de uno, supo hacer gratamente que sus compañeros se ajustaran a su nivel de juego y concordaran entre ellos. Ahora, como entrenador, deberá ejecutar una tarea más o menos similar a la que hacía cuando estaba en el parqué aunque sin poder intervenir directamente. A pesar de la veteranía del roster de los Nets, si los jugadores no se interponen en el rol que Kidd llevará a cabo, podremos apreciar un baloncesto contemporáneo y al más puro estilo Jason Kidd.


lunes, 21 de octubre de 2013

El tamaño no importa

Más de una vez hemos escuchado el tópico “el tamaño no importa”. Realmente ¿hasta qué punto esto puede ser verdad? En la historia de la NBA, tan solo hasta veintitrés jugadores han conseguido residir en un roster de alguna franquicia midiendo menos de 1,75 metros. Su estatura les ha condicionado mucho en el devenir de los años, pero este inconveniente queda al margen si tenemos en cuenta su habilidad. 



Como ejemplo podemos tomar a Calvin Murphy, el hombre más bajo aposentado en el Hall Of Fame con 1,75 metros de estatura. Las condiciones físicas de jugadores así son algo fuera de lo común, extranaturales. El inconveniente que su altura supone, implica tener que desarrollar y con creces otras capacidades del juego como son la fuerza, la resistencia, la agilidad, el salto, o bien la velocidad etc. En este caso, con 165 centímetros de altura, mencionamos a Earl Boykins, quien a pesar de ni siquiera superar el metro setenta, en sus años con Denver Nuggets fue uno de los jugadores que en proporción a sus dimensiones levantaba más peso en el gimnasio tan solo con las piernas. Él afirmaba que ese entrenamiento tan autoexigente que se imponía era para poder saltar más alto en el momento en que lanzaba. De aquí viene ese porcentaje más que aceptable cuando seleccionaba sus tiros, especialmente de larga distancia (40,5% en Milwaukee Bucks y 34,8% a lo largo de su carrera en los tiros de tres). Después del jugador que destacó como triplista, no podemos obviar jugadores que a pesar de su carencia de centímetros machacan los aros como si un metro más midieran. Tanto Spud Webb como Nate Robinson, personas de 1,68  y 1,75 metros respectivamente, han sido ambos campeones del concurso de mates en el All-Star Weekend de la NBA. Cosa nada sencilla y menos teniendo en cuenta el tamaño de sus cuerpos. 


Sin embargo, no podemos hablar de ellos como jugadores que tan solo destacan en algún aspecto del juego en concreto. En especial, Robinson con los Bulls, ha vivido allí una de sus mejores campañas de su trayectoria. Y es que asumiendo el rol de líder en PlayOffs, en ningún momento le vino grande. 


Por último, solo queda mencionar al más pequeño, Tyrone Bogues, quien compartió vestuario con Manute Bol, uno de los jugadores más altos en la historia de la NBA. No es solo por la dificultad que implica la escasez de algún que otro centímetro más, sino también por la diferencia de altura que hay en cuanto a los jugadores que les cubren y viceversa. De no ser por su elevada habilidad, buen ritmo en el juego y alto dominio en el control del balón esta diferencia sería incompensable en todos los ámbitos. Gracias a la incondicional e irrepetible actitud y mentalidad de los jugadores con estas dimensiones, propicia que hayan podido destacar en una liga como la NBA. Asimismo, por esto y por mucho más, esta clase de personas corroboran que verdaderamente, el tamaño no importa.

jueves, 17 de octubre de 2013

Incendio de agua caliente

En una disputa entre el fuego y el hielo el resultado siempre es vapor. Por un lado el hielo, duro como las rocas, se derretirá al ritmo que marque el contacto con el fuego. Dicen las leyendas mitológicas que de la lucha del agua y el fuego surge el agua caliente, el que podría ser el punto de unión entre dos de los cuatro elementos de la naturaleza. El trepidante calor del fuego, junto al frío del hielo pueden ser armas letales si a dos personas se les caracteriza con uno de estos elementos. Es el caso de Kevin Garnett, feroz representante del fuego; y de Tim Duncan, hombre de sangre fría que lo identificamos con el hielo. 

Tanto el uno como el otro juegan en la misma posición. La rivalidad que desde hace años nació de entre sus duelos, cuando les vemos en duelo, lo que surge entre ellos es un símil del agua caliente. Kevin Garnett, especialista en el fade away, hierve cada vez que toca un balón. Su potencia, su fuerza, su rabia y su perfección a la hora de seleccionar sus movimientos son los que definen su explosividad bajo aros y su habilidad en el poste alto. Hacer flexiones disputando un partido de PlayOffs al caerse al suelo, o ser conocido como uno de los jugadores que provoca más a sus rivales a tono de sus palabras, es el resultado del fuego que corre por sus venas. 

No obstante, Tim Duncan, un ser mucho más tranquilo y no por eso menos talentoso, hace gala de su ejemplar y fría personalidad en cada partido. Dirigiendo desde el primer año en el que llegó a la NBA una franquicia que desde que está él se ha vuelto histórica, haciendo llegar su equipo a estas pasadas finales a pesar de su edad, y además de esto, casi consiguiendo el anillo habiendo tenido un papel imprescindible en estas. Es hombre de sangre fría, lo demuestra cada partido y, sobretodo, si el marcador está ajustado. Tras ganar su último anillo, agradeció a la estrella del equipo rival, ni más ni menos que un joven LeBron James, por haberle dejado ganar ese anillo, en la que James sería el futuro dueño de ella.  Palabra de Duncan... Amén.

Por esto y por mucho más, tras cada enfrentamiento entre Duncan y Garnett, se produce algo más que agua caliente. KG hierve para machacar los aros, Tim en cambio se mantiene firme y sereno en cualquier situación. Es capaz de dejar helado a cualquier rival que tenga delante, ya sea en ataque o en defensa. Garnett y Duncan; Duncan y Garnett. Una pareja que por separado inspiran temor, pero enfrentados son lo peor. Y aunque esta sea una de sus últimas temporadas, ambos se encuentran en situación de ganar el anillo. ¿Se imagina alguien lo que podría pasar entre estos dos si se encontraran en las finales? Un incendio de agua caliente podría surgir por primera vez en la historia de la tierra. 



Este artículo es el que se mandó a nuestro compañero de Bang 4 three, hecho a propósito para que este TBEN potenciara su imaginación y él nos ilustrara con una de sus ediciones. Este vídeo de a continuación, es el resultado de un Bang 4 three players fusionado con un TBEN. A ver que es lo que a tí te sugiere.

Puedes verlo a continuación, o tecleando esto en YouTube:

Bang4Three Players: Duncan & Garnett (Hielo vs Fuego)




¿Chris Paul en peligro?

Chris Paul es un jugador que el impacto que ha causado desde que ha llegado a la NBA, ha sido perpetuo al transcurrir de cada una de sus temporadas. Tan solo ha jugado en dos equipos, pero en cada uno de ellos ha tenido etapas doradas. Su rivalidad con Deron Williams ya casi patentada, ha proporcionado mucha polémica y temas de debate ¿quién de los dos es mejor? En cuanto a estadística y reconocimiento Paul siempre ha demostrado estar un poco por delante, pero este año esto tópico podría divagar. Desde la temporada pasada que los Clippers tenían en mente hacer algún que otro cambio en el cuerpo técnico del equipo y este año se presentaron diversas opciones a tener en cuenta. Por un lado Byron Scott, quien Cleveland Cavaliers decidía al finalizar la temporada de antaño que la ya actual prescindiría de sus servicios. Por otro lado, Doc Rivers, para muchos, mítico entrenador de Boston Celtics. Finalmente los Clippers se decantaron por convencer a Rivers, quien aparentemente todos los aficionados de los Clippers preferían su llegada que la del otro. Asimismo, me pregunto si eran conscientes que la temporada en la que Paul ganó el ROY, estaba a las órdenes de Scott; y por otro lado que dos años después este mismo era reconocido como el mejor entrenador del año habiendo sido ese pasado Febrero entrenador del equipo Oeste del ASG. Por el contrario, sin haber empezado todavía la temporada, unas declaraciones afirmaban que Rivers le dijo a Paul “tú no eres nadie”. Con la personalidad de Rivers, intuimos que esto debería motivar al jugador, pero de no ser así, quizás los Clippers no hayan acertado tanto en el que se considera uno de los mejores fichajes del equipo, el reconocido Doc Rivers.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Un ejemplo de valores



A falta de unos días para el comienzo del Eurobasket me viene en mente el verano pasado. Recuerdo sentir la misma sensación por ver de nuevo jugar la ÑBA en campeonatos oficiales. Sin duda, el año pasado fue uno de los campeonatos que pasaran al recuerdo de la historia del deporte en general.  Y aunque a pesar del orgullo que transmitió el combinado español después de entregar hasta el límite de sus esfuerzos para competir contra un Team USA muy superior en todos los aspectos, el planteamiento en aquel concreto y polémico partido de grupo frente Brasil quizás no fue una decisión éticamente correcta.

Desde aquella final en el Mundobasket de 2005, pasando por encima de Grecia como una apisonadora, nuestra selección nos ha hecho pasar, si no es la mejor, por una de las mejores etapas del baloncesto español. No hace falta que recordemos el recorrido ni el palmarés desde aquel entonces hasta ahora, en el que un grupo de españoles se proclamaban campeones del mundo para reconocer el gran trabajo que llevan haciendo desde hace ya más de una década. Antaño, una derrota muy ajustada contra el equipo ruso, liderado por Kirilenko y Shveed, dificultaba muchísimo el campeonato al equipo de Scariolo. Perdiendo otro partido en la fase de grupos, el equipo español se clasificó para cuartos de final, en los que habiendo ocupado la tercera posición solo se podían encontrar a EEUU en la final. Los actuales subcampeones olímpicos fueron muy criticados por haber perdido contra Brasil, un rival asequible en el papel.

La segunda derrota de nuestra selección en la fase clasificatoria radicó un margen de sospecha bastante amplio, a pesar de que el equipo negaba haberse dejado vencer. Sin quitar méritos a la selección brasileña, saltó a la vista que el equipo español no entregó su máximo potencial en cada una de las posesiones como si lo hicieron en el resto de encuentros. Finalizado pues el campeonato, la reflexión que se pudo extraer de la actitud de los representantes del equipo de baloncesto español tenía un sabor agridulce.

Este equipo lograba antaño un nuevo mérito, y conseguía con mucha honra la segunda plata olímpica consecutiva. Visto desde este punto de vista, es más positivo alcanzar la plata que conformarse con el bronce. ¿Es esto lo que justifica que no se esforzaran contra Brasil al mismo nivel que contra los otros equipos? La cuestión es que a mi parecer, de haber vencido a Brasil, y caer eliminados en una disputada semifinal contra ni más ni menos que Estados Unidos, para después hacerse justamente con el bronce olímpico (habiendo ganado obviamente los cuartos de final y el tercer y cuarto puesto), el resultado final de aquél mes de baloncesto olímpico no hubiera acabado con un sabor agridulce. Hubiera sido sin duda un ejemplo de valores, tras asumir el error y la derrota frente una selección que en su momento fue mejor (Rusia) y tirar del carro con fuerza para cruzarse con los favoritos antes de lo que ellos querían.


Es por esto que estando en año de campeonato europeo, sin la presencia de las potencias norte y sur americanas el equipo español asume claras expectativas de favorito. Mis ganas de ver transcurrir este Eurobasket es por apreciar las estrategias que gestionarán los equipos tras una derrota, o quizás una victoria no esperada. Asimismo, ver las reacciones de estos grupos de atletas que se enfrentarán entre ellos para arrebatar el título a los actuales campeones, los españoles, quién tras conseguir la segunda posición el pasado verano en Londres, a mi me quedó un sabor agridulce.

viernes, 31 de mayo de 2013

No subestimes a Mario Chalmers

Cuando oímos el nombre de Mario Chalmers, a menudo no causa en nuestra mente una impresión demasiado emblemática de un jugador de baloncesto. Incluso así, el “guard” de Miami Heat presenta una serie de características en su juego, que junto a hechos que lo corroboran, se podría constatar que Mario es uno de los mejores bases de esta liga. Sin embargo, Mario Chalmers vive a la sombra de LeBron, Wade y Bosh. Y por si fuera poco, Norris Cole está empezando a recibir minutos, sin reprochar que no los merezca, son motivo de quitarle más afán de protagonismo, ya sea por su peinado retro, por su juventud, o por la simpatía que este que ha causado. La cuestión es que Chalmers sí merece ser reconocido como uno de los pilares en la estructura de su equipo y la verdad, no es que lo parezca demasiado.


Con la ausencia de Bosh en varios partidos de los PlayOffs de antaño, la presencia de Chalmers en la cancha aumentaba. De tal modo fue, que sus minutos en el terreno de juego ascendían hasta 35,6 mientras que en la temporada regular, jugaba tan solo 28,5. Chalmers erigió como líder en situaciones que nadie lo esperaba, y de hecho fue una de las piezas claves para la consecución del segundo campeonato de la franquicia de South Beach. Asimismo, sus estadísticas también dieron un paso adelante, en PlayOffs conseguía por partido encestar hasta 11,3 puntos, repartir casi 4 asistencias y capturar cerca de 4 rebotes por partido. Mientras que en temporada regular sus números fueron inferiores a todas estas facetas.

Hay que recordar también, los partidos en que este jugador suplía a Wade como segundo máximo anotador del roster, y de nuevo este año lo ha vuelto a hacer. En la derrota a domicilio frente a los Pacers en el game 4, consiguió hasta 20 puntos en 28 minutos. Por un lado esta temporada promedia hasta 9 minutos menos que la anterior en PlayOffs (25,6), por otro lado este año promedia los mismos minutos en PlayOffs que en temporada regular, los que ya son menos de los que jugó la campaña pasada (28,5).

Antaño Chalmers sorprendió en PlayOffs y demostró que sí es base para subir y hacer rodar el balón en el equipo de James y compañía. Se le tacha de mediocre en una liga donde se dice que muy pocos son los equipos que no dotan de un base catalogado de superestrella, pero la verdad es que no debería ser así. Quizás se le rechaza en este prestigioso grupo de bases superestrellas por el hecho que tanto Wade como LeBron han subido el balón en más de una ocasión o porqué no tiene los minutos que los jugadores de dicho grupo de “guards” sí tienen.

Chalmers es un base seguro y habilitado para ser titular en el equipo que está, la falta de minutos es un gran factor que tiene en contra, y el hecho de estar al lado de jugadores del calibre del Biggest 3 propicia que este no pueda lucirse tanto como quizás lo haría en otro equipo de distintas características. Chalmers, por ahora, no ha demostrado ser un joven base all-star como sí lo han hecho otros bases muy de moda como Rose, Rondo e Irving. Sin embargo Mario Chalmers no ha vivido las condiciones que otros bases como Jrue Holiday, Ty Lawson o Kyle Lowry, quiénes en su equipo han debido hacer un gran trabajo para que tiraran adelante. De haber sido seleccionado Chalmers en otro equipo del Draft, ahora no se le conocería como el base mediocre de los Heat.


domingo, 26 de mayo de 2013

El Maestro Zen del futuro

Premiar a un técnico como el mejor entrenador del año es algo mucho más interno y subjetivo de lo que a simple vista parece. Por empezar, se tienen en cuenta valores como la progresión de un equipo de un año al otro, la capacidad de haber sabido integrar nuevos fichajes en una prodigiosa rotación de jugadores, hecho por el cuál todos los jugadores adaptados a este congenien de manera que surge algo positivo para el equipo. Se tiene en cuenta también la mejora del balance y muchas otras cosas más, pero sin pararlo a pensar, y quizás un poco injustamente, en la NBA habitualmente se premia con este galardón al entrenador que con menos hace más, es decir, dejando este año de lado a un entrenador que con mucho (de talento en su roster) está haciendo historia.

Antaño, el galardonado con el premio al mejor entrenador del año fue el ya mítico Greg Popovich. Sin discutir dicho reconocimiento obtenido, la temporada pasada no se hubiera observado con mal ojo si Frank Vogel, entrenador de Indiana Pacers ese año y también el actual, hubiera sido obsequiado con este premio. A Popovich le valoraron el jugo que supo exprimir de su ya veterana plantilla, el elevado rendimiento que ofrecieron durante toda la temporada. Además, la prueba que verificaba que el mejor entrenador del año se encontraba en San Antonio, fue que en PlayOffs consiguieron hasta diez victorias consecutivas, prolongando un récord de victorias que frenó a las dieciocho a causa de los Thunder, posteriormente finalistas de la NBA. A Vogel se le valoró la mejora del balance que consiguió de un año para el otro, logrando la tercera posición del Este en Regular Season. Montando la estructura de su juego una dinámica harto defensiva, propició que sus jugadores se amoldaran al milímetro a las órdenes de su técnico y su abundante rotación de jugadores. El final de dicha temporada se podría valorar con la participación de Hibbert en el All-Star Game y haberle puesto el miedo en el cuerpo a Miami Heat en las semifinales de conferencia.

No obstante, este año muchos entrenadores han conseguido hacer de su equipo una revelación en esta liga. Hablo de Lionel Hollins, Memphis Grizzlies;  Mark Jackson, Golden State Warriors; y George Karl, Denver Nuggets. Todos estos han conseguido un balance más que significativamente positivo esta temporada. A estos se les podría unir también Frank Vogel o bien, Tom Thibodeau (Chicago Bulls) quien también han explotado el rendimiento de su plantilla. Pero en especial, los entrenadores de Grizzlies, Warriors y Nuggets son los que mayores sensaciones han demostrado. Y así es que Grizzlies llegó a las finales de conferencia, Warriors hiz un muy buen papel en PlayOffs y Nuggets tiene el entrenador que recibía el premio al mejor entrenador del año. Todos estos han sido capaces, como decía antes, de extraer de sus jugadores el máximo de sus capacidades elevándolos así a equipos temibles en la liga.

Sin embargo, existe un caso al que siento que en parte menospreciamos sin tenerlo en cuenta y sin hacerle un análisis ciertamente justo. Hablo de Erik Spoelstra, un entrenador que ha generado bastante polémica sobre si tiene la capacidad de liderar uno de los equipos con más talento de la liga, Miami Heat. El eslogan de BBVA “Un jugador gana partidos, un equipo gana campeonatos” no trata el término equipo en vano. Equipo engloba cada uno de los integrantes de la plantilla, desde el jugador franquicia, al reserva que no juega, pasando por el entrenador, e incluso el encargado de material. Los Heat consiguieron el segundo anillo de la franquicia de las manos de Spoelstra, sin contar que el primer año consiguió llegar a las finales de la NBA, que tras perderlas, se tachó el proyecto de la franquicia de Florida de fracaso. Remitiéndonos a esta temporada, Spo ha demostrado que es uno de los mejores entrenadores de la liga. Conseguir un récord de 27-0 no es solo cosa de los jugadores, sino que también lo es del planteamiento técnico. Saber gestionar los minutos, no forzar las estrellas y darles a este los minutos trascendentales del juego, dando confianza a los que menos juegan, conseguir compenetración entre todos los jugadores sean cuales sean los cinco que estén en cancha, y hacer que el roster siga motivado, entrenando duro y con hambre de victoria a pesar de conseguir no perder en muchos partidos. Ni más ni menos que el mejor balance de la liga, el segundo mejor récord de victorias consecutivas de la historia y un conjunto temido el cual parece que todavía tiene bastantes años de vida. Incluso así, aún no he dado el argumento que creo que es el final para poder aceptar de todas, todas, que tarde o temprano, de seguir así, Erik Spoelstra será merecedor del premio al mejor entrenador del año.


Entregado ya el título al mejor entrenador de la temporada regular, empiezan los PlayOffs. Miami Heat pasa con sobrada facilidad de primera ronda, asimismo, se encuentra a Chicago Bulls en segunda ronda. Un rival duro de roer, les arrebata el factor cancha en el primer encuentro de la serie, para que después el equipo de South Beach se haga con cuatro victorias consecutivas que le hacen alcanzar por tercer año consecutivo las finales de conferencia. Me sitúo en el quinto partido entre Bulls y Heat en el que ambos se lo jugaban todo. Partido en Miami y los de Chicago no venían dispuestos a perder. Estos dominaron en gran parte, la mayoría del acontecer del juego, distanciándose incluso en ocasiones a pesar de haber disputado un mal inicio en el primer cuarto. Parecía que Heat no encontraba el modo de hacerse con la victoria, pero acertado en los cambios, Spoelstra lograba que su equipo remontara tras probar diversos quintetos diferentes en la cancha en un período de tiempo relativamente corto.

Al igual que contra Chicago Bulls, Indiana Pacers estuvo dominando en Game 2 durante todo el acontecer del partido. Y cuando parecía que Indiana iba a sentenciar, de nuevo empezó la abundante rotación, otra vez acertada, de Coach Spo, quien hacía que sus jugadores se vieran con posibilidades de remontar ese encuentro y hacerse con la segunda victoria en cancha. Dos fallos en la ejecución de los pases de sus jugadores fueron los que hicieran que se perdiera ese encuentro, pero en absoluto fue por culpa de alguna decisión técnica.

Erik Spoelstra lleva tres años liderando una plantilla que cada año ha estado luchando por el título. Es cierto que en el primer año recibió muchas críticas, y que en el segundo estas aminoraron tras hacerse con el título y que uno de sus jugadores se hiciera con el MVP de la liga. Este año, no se ha valorado lo que este joven entrenador está logrando hacer con tanto talento en su plantilla. Es cierto que todavía no ha hecho historia su equipo tras haber conseguido ya importantes hazañas, es cierto que todavía falta mucho camino para conseguir hacer la franquicia de Miami una dinastía, y es que si realmente con el devenir de los años este equipo consigue escribir su nombre en la historia de los grandes míticos del baloncesto, no será porqué el técnico no les haya acompañado. A pesar de su juventud, consigue ser uno de los mejores entrenadores de esta liga a la misma vez que sufre cierta marginación tras no ser valorados a corto plazo. Spoelstra no debe ceder.

jueves, 23 de mayo de 2013

Como jugar a las canicas

De pequeño, solía jugar a las canicas. Recuerdo que siempre había disputa entre los compañeros por el orden en que empezábamos a lanzar nuestras bolitas de cristal o porcelana decoradas con diversos colores. La cuestión es que tirar primero o tirar último siempre traía polémica. En primer lugar, el que empezaba la partida tenía la posibilidad de hacerse con las canicas apostadas colocadas en un cuadro dibujado en la arena. No obstante, de fallar el primer disparo y no conseguir ninguna canica, era el que se exponía a más balazos de los demás compañeros. No siempre era mejor ser primero. En segundo lugar, alguien que no tirase empezando consigo la partida, representa que tiene un disparo de desventaja al primero, incluso así a veces este salía más beneficiado que el que tiraba ante que él.

El Draft de la NBA es algo muy parecido al jugar a las canicas. Es cierto que como más buena sea la posición para elegir, más se acercará a escoger el jugador que se precise. Y también es cierto, que a quien hayan elegido las franquicias, no se lo podrán quitar las franquicias que lo harán a posteriori. Sin embargo, existe la posibilidad de no acertar con el jugador drafteado, de modo que con esto, el draft sí que se parece al jugar a las canicas. De buen principio, a la par con la posición en que se escoge, se opta a todo lo que se ofrece, y a lo largo del Draft, dicho total va aminorando. Cleveland Cavaliers tiene de nuevo la primera elección en el Draft por segunda vez en tres años, y por tercera vez desde hace diez años. En concreto, LeBron James no ocasionó ningún tipo de duda en que él sí sería número uno en el Draft. Pero esto no suele ser así. Incluso jugadores de la talla de Kevin Durant, o del mismísimo Kobe Bryant no fueron elegidos en la primera elección por sus respectivos equipos. Portland optaba a todo lo que había en el Draft y perdió la oportunidad de escoger al jugador franquicia en que se hubieran estructurado unos cimientos más que firmes. En cambio, antaño fue recompensado y sin saberlo de buenas y primeras. Damian Lillard, mejor rookie de la temporada fue escogido en la sexta posición. Pero otro ejemplo ¿Lillard hubiera ganado el ROY de haber sido seleccionado en la cuarta posición por Cleveland Cavaliers? Lillard, con Irving siendo ROY del año anterior, hubiera perdido protagonismo, eso seguro.


Jugar a las canicas es algo es algo sin importancia, sin trascendencia en la consecución de los hechos de cada partida. Tan solo es jugar. Asimismo, comparte un paralelismo con el Draft de la NBA, aunque esto, paradójicamente, asume una responsabilidad casi vital. Cómo explicar sino que Hibbert escogido en decimoséptima plaza, o Marc Gasol, mejor defensor de la temporada y escogido en la elección cuarenta y ocho de su Draft, sean imprescindibles en el quinteto inicial de dos equipos que están jugando las finales de conferencia este año. De haber sabido su margen de progresión, quizás hubieran salido en el Top 10, o quizás no, pero fueron en su momento “regalos” que el Draft de la NBA da. Es por esto, que tan cerca de una decisión que puede condicionar o llevar por el buen camino el futuro de una franquicia, lo comparo con algo tan insignificante como un juego de recreo. Alivio con palabras esta presión que el Draft supone, ya que de acertar con el jugador adecuado, una franquicia puede hacerse con fortuna, fama, y poder a su vez.


viernes, 17 de mayo de 2013

La fuerza del colectivo frente al poder de liderazgo


Actualmente, podemos y sabemos diferenciar distintas clases de vino. Entre diferentes denominaciones, también apreciamos las reservas con especial anhelo. Así pues, un vino es más caro y tendrá más reputación según su denominación de origen, o también lo será según los años que haya estado en una bota o embotellado. De este modo los vinos se diferencian en categorías que, nosotros, como consumidores de tales, le aplicamos un valor ya sea culinario o para acompañar diversas comidas. La comparación entre vino y NBA va un poco más allá de la imaginación. Los PlayOffs están a punto de descubrirnos los finalistas de conferencia, y es aquí donde hay una similitud entre lo que ofrece cada equipo clasificado y lo que nos hubieran podido aportar los equipos ya eliminados.


En el Oeste esta noche se ha constatado el rival que esperaba desde un día antes Memphis Grizzlies. En el Este todavía faltan como máximo dos encuentros para que se le asigne rival a Miami Heat. Aunque fíjense bien, analicemos a los ocho equipos semifinalistas de conferencia. Los divido en lo que sería en vinos denominación de origen o bien, por otro lado, gran reserva. Curiosamente dos de cada conferencia en cada sector.

Un “gran reserva” son Pacers, Bulls, Spurs y Grizzlies. Son equipos que en especial no dependen únicamente de un solo jugador. Es cierto que necesitan un líder que coja las riendas del juego y haga tirar adelante a su equipo, pero en este caso estamos delante de cuatro grupos que su fuerte es el juego en equipo. A pesar de bajas o jugadores que juegan con molestias lo que más les define es la fuerza del conjunto, el juego colectivo es lo que les ha hecho llegar hasta el tramo más duro de la liga.
Un “denominación de origen” lo son Heat, Knicks, Thunder y Warriors; equipos que estrictamente necesitan la capacidad de liderazgo de su jugador estrella. A pesar de esto, no tacho de no jugar en equipo a dichos conjuntos, me refiero a que la ausencia de concretamente James, Anthony, Durant y Curry causaría estragos en el rendimiento del roster en el tramo final de la liga.


El motivo de estas palabras es en honor a la conferencia Oeste, donde la fuerza del colectivo ha sido superior al poder de liderazgo de los respectivos cabeza de grupo como Durant y Curry, sin duda dos de los mejores jugadores del momento. El hecho que esté comparando los diferentes tipos de conjuntos que se enfrentarán a las finales, implica no obviar que al menos la dinámica de juego que predomine en un finalista será la fuerza del colectivo. Me atrevo a sentenciar que dicha dinámica la veremos frente a los de South Beach por estos mejorables PlayOffs que están llevando a cabo tanto Knicks como Pacers. Asimismo, a medio Junio podremos confirmar que tipo de vino se sirve en la NBA en una serie donde cada anfitrión querrá convencer sobre cual de los vinos proviene de una mejor recolecta.

jueves, 9 de mayo de 2013

Impredecible

¡Qué bonita es la primavera! Es lo que nos parece a todos cuando empieza a acabar el frío, se aproximan las primeras olas de calor y, poco a poco, toda la vegetación empieza a florecer. Aunque siempre es esta la primera impresión. Semanas después, del mismo modo que la estación recibía una agradable bienvenida por parte de sus anfitriones, sufría incondicionales críticas por su incertidumbre temporal. Llueve, solea, baja la niebla… Si algo define un día de primavera es que las mañanas son tan frías como los mediodías y atardeceres calurosos. Es este pues, el mayor motivo de sus críticas.

No es que se odien los PlayOffs, en este caso es todo lo contrario. Deseamos a lo largo de la temporada que se realicen de una vez los más de ochenta encuentros, para por fin ver lo que son realmente partidos disputados. Nos gusta el invierno tal y como nos gusta estar en el período de Regular Season. Pero al llegar la primavera… ¡PLAYOFFS! ¿Dónde depararán? Y cada año otro más, lleno de incertidumbre al igual que un día de primavera. Un sexto elimina un tercero, uno de los bases más temidos de la liga cae lesionado de gravedad, infinidad de cosas son las que ocurren llegada la primavera. La postemporada es así. En este caso hay algo que distingue claramente dicha estación de los PlayOffs, y de bien seguro que no es el destino imprevisible. Benditas series de mostrarse tan ajenas de los balances de la liga.


Indiana Pacers consigue un 2-0 a favor ante Atlanta Hawks, y a pesar de esto, recibe dos derrotas prácticamente humillantes a domicilio. No obstante, vence los dos siguientes partidos consiguiendo superar la primera ronda. Golden State Warriors se vapulea al equipo dirigido por el entrenador del año, y por si fuera poco, arrebata el factor cancha a San Antonio Spurs en la semifinal del Oeste. Del mismo modo que lo ha hecho también Chicago Bulls. Sin su superestrella, que se mantiene a la espera del regreso, superan la primera ronda con suficiente consistencia, a pesar de no tener el factor cancha a su favor, y vence el primer partido a Miami Heat en la siguiente serie. A pesar de esto, cada semifinal de conferencia parece una pelea a gritos. Si Heat perdía el primer encuentro jugando como local ante Bulls, en el posterior partido ganarían con un margen de 37 puntos.

Es por todo esto que nos fascinan los PlayOffs por sus semejanzas a la primavera. Pero no a todos gusta la estación previa al verano, y desean que pase lo más rápido posible. Quien sufre una de estas impredecibles indecisiones, puede alargarse más tiempo del deseado. Pregunten a Rose o a Westbrook sino. Incluso así, en nuestra posición de aficionados, ¿a quién no le gusta presenciar unas de estas tormentas de primavera? Son muchos los acontecimientos que suceden a lo largo de las dieciséis victorias del campeón, pero no suficientes para tener ganas de volverlo a ver otra vez más.


lunes, 29 de abril de 2013

Dudar de Miami Heat


Hasta que no lo vea no lo creo. Esto es lo que ocurrió el año pasado. No eran tantos los que confiaban en Miami Heat, como tantos son los que en ellos confían este año. Fue extraño, pero es cierto, el año pasado hubo más de un equipo que cuajó un superior balance al de Miami Heat en la regular season. Incluyendo también que el “the biggest three” hecho a base de talonario, venía de fracasar estrepitosamente ante Dallas Mavericks en las pasadas finales. La cuestión es que no todos confiaban en ellos, todavía perduraban argumentos para estar en contra de LeBron.

Por bien o por mal, dejémoslo en que son cosas del destino, Chicago Bulls dejaba vía libre a los segundones del este, los de South Beach. Con Rose lesionado de gravedad, y su equipo que pareció no ser tan temible tras ser derrotado por los Sixers, los Heat se libraban de un gran peso de encima. Pacers conseguía meter el miedo en el cuerpo de los aficionados y los mismos componentes del roster de Miami, pero no lograban superarlos; y por lo que hace Celtics, ofreció una gran rivalidad en unas finales de conferencia muy disputadas, pero no pudieron seguir un juego a la altura del nivel de juego del rey. LeBron James, quien se llevó las esperanzas del Garden en un monstruoso sexto partido. E incluso así, Heat perdía el primer partido de las finales a domicilio, pero remontaron ganando los cuatro siguientes encuentros con dominio, como no otra vez, de James.


Fueron cuestionados hasta el final. Ver “El Elegido” promediar 26 puntos, 7,6 rebotes y 6 asistencias en temporada regular, consiguiendo así su tercer MVP, no fue suficiente para que la gente anhelara otro desastre de Miami Heat, que perdurara la tregua que LeBron debería seguir de no haberse hecho con el ansiado anillo.

No obstante, este año muchos más “son” de LeBron. La gente no duda de él, la gente ahora teme los Heat. No menosprecian los números del pasado MVP, no cuestionan si juegan o no en equipo después de vencer hasta 27 veces consecutivas, como tampoco acusan al banquillo de ser corto. La campaña pasada el banquillo fue una de las claves para rematar a Oklahoma City, y este año viene reforzado. Las dudas, los malos pensamientos (querer que fracasen), o el odio por haber reunido demasiado talento junto ya no es motivo de crítica.


Apreciar, atender, comprender y valorar. Tres años han bastado para que Miami Heat dejara de ser en exceso el motivo de odio, por así decirlo, un Judas en la NBA. ¿Miami Heat realmente puede volver a conquistar las finales? Demasiados tachan de blandos a los equipos del Este al lado de Heat, pero los prejuicios siempre son en vano. La prueba está en la victoria de Heat antaño. No es fácil repetir lo que este equipo está logrando, pero sean preventivos, duden de lo que den por seguro que pasará. Piensa mal y acertarás. No afirmo una derrota de Heat, estoy abierto a lo que depare la liga.


Pd: No es que dude de los Heat ni de las capacidades de sus jugadores, simplemente no soporto que la gente de por hecho que Miami volverá a vencer las finales. A pesar del mandato, para mi, incuestionable de LeBron, la liga está abierta a la aceptación del destino. ¿Quién hubiera dicho que el año pasado en primera ronda Rose sufriría una lesión que ni lo veríamos jugar este año? O este mismo año, que Westbrook diría adiós a la temporada jugando un encuentro contra Houston Rockets, quien debería ser un rival asequible. Es por esto que insisto, dudar de Miami Heat.

martes, 23 de abril de 2013

El baloncesto es literatura en "El Día Internacional del Libro"


La lectura, sin duda, es algo que se debe fomentar. En conmemoración a ello, la UNESCO promulgó a nivel internacional El Día Internacional del Libro. Se celebra entonces cada 23 de Abril, y ya son más de un centenar de países los que celebran este evento en un día como el de hoy. Es por esto el motivo por el cual voy a mencionar ciertos libros para que un buen lector y, por supuesto, gran aficionado al baloncesto anhele tener dichas obras en sus estanterías.

Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega fallecieron un 23 de Abril. No obstante, no solo es el motivo por el que sea hoy El Día Internacional del Libro, sino que también es El Día del Derecho de Autor. Asimismo, hablaremos de libros como los que han escrito Antonio Gil, Jacobo Rivero o el propio entrenador del Regal F.C. Barcelona, Xavi Pascual.



Antes de que se me olvide

Una obra repleta de vivencias escrita por Juanma Iturriaga. Habiendo jugado más de diez años para el Real Madrid y siendo una referencia de la selección española, empleó su disposición entorno al baloncesto para narrar su camino en la vida junto a este deporte.



Preparación física completa para el baloncesto 


NBCAA nace de la mano de Bill Foran y Robin Pround en 1992. Ellos, fundaron un grupo de preparadores físicos de baloncesto. Su objetivo colectivo fue la promoción de dicha acción ambientada a nivel profesional. Asimismo, en este libro se presentan lo más último sobre la preparación física en la NBA. Ambos padres de este grupo selecto, fueron los encargados de coordinar la ejecución del libro, del mismo modo que consiguieron de Greg Popovich, el prólogo de este.



Otro baloncesto, conceptos de entrenamiento


Jordi Bargalló, autor de esta obra, fomenta el hecho de comprender tanto el entrenamiento como el partido de distinto modo al que se acostumbra. El propio autor declara que le gustaría rebajar toda la tensión que se respira en el baloncesto base, así como sacarle importancia al hecho de ganar a tempranas edades.




Libro de las jugadas de los entrenadores de la NBA


Un libro coordinado por Giorgio Gandolfi, quien fue capaz de presentar una obra narrada por los mismos entrenadores de la NBA, donde se explica cada una de sus mejores facetas. Un ejemplo de conceptos de ataque individual, sería el que se encargó de escribir Kareem Abdul-Jabbar titulado: Movimientos en el poste.



Cuando fuimos los mejores: la década dorada de la selección española


Álvaro Paricio, relata en su libro los éxitos alcanzados por el combinado español en la última década y en el momento de su máximo esplendor como por ejemplo fue proclamarse campeón del Mundial de 2006 en Japón.




Historia(s) de la NBA


Siendo crítico de cine desde el año 1995, Javier Cortijo escribió un libro de la liga más popular del mundo. Su trabajo consiste en la narración de todo tipo de historias relacionadas con jugadores, equipos, estadísticas e incluso equipos de la liga ABA. Junto a diversas imágenes, trata temáticas alienas a la liga, pero no al baloncesto.




Michael Jordan. El rey del juego


Es este pues, el primer trabajo en solitario de Máximo Tobías. Autor el cual hará de la biografía del considerado por muchos mejor jugador de la historia, una obra que recorre todos los años de la carrera de Mike.


Ejercicios para el juego en ataque


Más de 150 ejercicios para el juego de ataque son los que Giorgio Gandolfi publica en su segundo libro para entrenadores de baloncesto.




Sin el equipo todo sería imposible

Xavi Pascual, explica en su libro como un equipo es mucho más que pura estadística, tal y como él mismo confiesa haberlo creído en algún momento. La unión de su equipo es lo que le hizo llegar al máximo en las competiciones que ha jugado de modo que expresa pues su punto de vista.




El ritmo de la cancha


Exponiendo aquí las palabras con que Jacobo Rivero describe su libro, constata que su obra es una colección de historias fascinantes -y reales- en torno a un deporte que levanta pasiones: El ritmo de la cancha es un viaje alrededor del mundo y a través de la historia. Un libro pensado como un disco, trece temas que cuentan historias de personas, lugares y épocas diversas.


Invasión o victoria


Uno de los más recientes y populares libros de baloncesto del momento es el que trata de describir en dos partes como los jugadores no americanos se han hecho, en parte, con las riendas de esta liga consiguiendo asimismo, ser una parte fundamental de muchos equipos. Tanto Gonzalo Vázquez como Máximo José Tobías, son los autores de este libro dividido en dos partes muy diferenciadas aunque se complementan una a la otra.




El partido que cambió la historia


Un libro escrito por Antonio Gil, situado en Dyckman Park, Nueva York, en un verano a la espera de la sentencia del Lock Out de la NBA. Relata el autor, un partido cambió la historia del streetball.


"En lo que se refiere al streetball durante la última década, no ha habido un partido tan grande como éste y con tanto en juego. Había cinco de los grandes sobre la mesa y una marca diciendo que su equipo era tan bueno que cualquiera que le ganase se llevaría esos cinco mil dólares. Esto dice mucho sobre el streetball y no se había hecho nunca antes", me explicaba Corey Williams. "¡Estamos hablando de un solo partido! He jugado en muchos torneos con premios en metálico y tienes que ganar varios partidos para llegar a la final y poder luchar por el dinero. Así que para un solo partido es mucho sobre la mesa y provocó una locura ahí fuera. Fue muy bonito formar parte de ello".



Y esta es una selección de libros que considero que pueden interesar a como ya he dicho, todo buen lector, quien le apasione el baloncesto.


domingo, 14 de abril de 2013

#33 Un dorsal histórico


EL VALOR DEL 33

No se trata de un dorsal cualquiera. No es un simple número de doble dígito. El 33, la edad de Cristo. El número que han lucido en sus espaldas más de cinco superestrellas, el número con el que se han retirado y el número que lucen algunos techos de diversos estadios en honor a sus trepidantes hazañas en una cancha. Por esto y mucho más, hablamos del 33 como un número mágico. Un número que ha hecho historia en la NBA y solo lo visten gente sobrada de talento.

Quiero hacer referencia a gente como Larry Bird, el legendario 33 de Boston; mencionar a Scottie Pippen, el feroz 33 y escudero del mejor Michael Jordan; también a Kareem Abdul-Jabbar, a quien le retiraron el 33 en Milwaukee y en Los Angeles; y por último a Alonzo Mourning, el mítico jugador de los Heat más retro y último en lucir el 33 en la actual franquicia campeona de la NBA.

En Denver, también retiraron otro 33. David “Skywalker” Thompson es su nombre, aunque hay una anécdota curiosa en otro 33 retirado que no es el suyo. Sucedió en Phoenix, el 33 de los Suns Alvan Adams, jugador de la década de los Setenta y Ochenta. En 2007, tras el fichaje de Grant Hill a la franquicia de Arizona, cedió los derechos de llevar su dorsal en la espalda a pesar de ya estar retirado y es que de aquí también surge una historia curiosa.

Situémonos en verano de 1992, estamos en el Draft de la NBA y pendientes de unos posteriores Juegos Olímpicos que acontecerán históricos por el nacimiento del Dream Team. Esa pasada temporada Shaquille O’neal estuvo marcando tendencia en las canchas universitarias y consiguió que se oyera su nombre por todo el mundo. De hecho, se disputó la plaza para el combinado nacional ese verano con pívots del calibre de Alonzo Mourning y Christian Laettner, quien finalmente fue el elegido. Seleccionado por Orlando Magic, el joven Shaq tenía bien claro el dorsal que anhelaba lucir. El 33 de una estrella todavía no mencionada, Patrick Ewing. Quien fue su ídolo de la infancia y asimismo el 33 de New York Knicks. A su pesar, el 33 de Orlando Magic estaba ocupado por uno de los jugadores más veteranos de ese roster, Terry Catledge. Quien dijo al rookie que si quería su número debería pagarle con dinero. Propuesta que el mismo pívot rechazó y decidió escoger el 32. Ya en los Lakers, a O’neal se le presentaba otra oportunidad para homenajear a su ídolo, aunque a su pesar el 33 también estaba retirado en los techos del Staples. Kareem Abdul-Jabbar era el homenajeado. Optando de nuevo por el 32, se encontraba que estaba retirado por Magic Johnson, de modo que cambiaría de dorsal y esta vez escogería el 34.

Cuando fue traspasado en Miami Heat, el 33 pertenecía a la leyenda de la franquicia, en vivo en aquel momento, Alonzo Mourning. Shaq volvería al 32 para hacerse con el anillo de campeón junto a Dwayne Wade. Después de Miami, su destino se hallaba en Phoenix. Allí coincidiría con Grant Hill, y la historia del 33 que ya hemos contado.

Finalmente, Shaquille O’neal llegó a la franquicia de Ohio, Cleveland Cavaliers. Por fin podría cumplir su sueño, homenajear a Patrick Ewing luciendo su dorsal, el 33. Libre en aquel momento en esta franquicia. Ya en su último equipo Boston Celtics, O’neal tampoco podría lucir el 33 debido que ya lo habían retirado en honor a Larry Bird. De nuevo se encontraba que el 32 volvía a estar retirado, siendo el protagonista Kevin McHale. Es entonces que por propia iniciativa decidió llevar el 36 en honor al sexto equipo que estaba en la NBA.

Tan curioso es la historia de Shaq y el 33 como poder y honor conmueve llevar el 33 en la espalda. Actualmente en la liga el 33 está ocupado por jugadores como Andrew Bynum en Sixers, Danny Grander en Pacaers, Jonas Jerebko en Pistons, Alonzo Gee en Cavaliers, Brendan Haywood en Bobcats, Boris Diaw en Spurs, nuestro compatriota Marc Gasol en Grizzlies  y por último, Ryan Anderson en Hornets.

Quién sabrá el motivo del 33 en su camiseta, o la historia que han vivido ellos para lucir este significativo, mágico, y simbólico dorsal. Pero si de una cosa podemos estar bien seguros es que el valor del 33 no morirá con la retirada de Shaq sino que todavía más estrellas se atreverán a llevar consigo el número con el que se han hecho grandes y legendarios jugadores del tamaño de Patrick Ewing entre otros.


Artícluo de interés:

Oklahoma Kid "OK" With Grant Hill Wearing No. 33

miércoles, 10 de abril de 2013

Uno VS uno J.R.Smith & Jamal Crawford

UN JUGADOR NO MUY COMÚN

Para Aristóteles, el conocimiento empieza en los sentidos. Los cinco sentidos van recogiendo información, para que entonces aparezca un sexto sentido, el sentido común. Este, unifica la información de los cinco sentidos, de modo que la mente entiende que lo que huele, lo que ve o lo que toca, pertenece a una sola sustancia.
En un siguiente nivel de conocimiento participarán la memoria y la imaginación. La memoria almacena la información de los sentidos hasta que posteriormente, se forma una imagen de una determinada sustancia. Por decirlo de algún modo, la mente tiene una imagen de balón que le sirve para recordar que está viendo un balón cada vez que ve uno.


En la lucha por el título al mejor sexto hombre de la temporada, el jugador que sale des del banquillo, haciendo referencia al conocimiento, requiere la misma función que el sentido común. Debe unificar el modo de juego de sus compañeros titulares, consiguiendo unirse a ellos e incluso cogiendo un poco las riendas de liderazgo. Sus astucias en la cancha deben ser más que mágicas para hacerse un sitio en el terreno de juego. Al modo de máxima eficiencia el verdadero sexto hombre acaba siendo un prototipo de jugador, alguien distinto a los demás por las características de su juego. El mejor ejemplo lo encontramos en J.R. Smith y Jamal Crawford, ambos son quien pelean este año para arrebatar dicho título al barbas de la liga, James Harden. Tanto Jamal como “Swish” son uno de los pesos pesados de sus equipos y un jugador al que tener en cuenta a pesar de que comiencen en el banco. Teniendo en cuenta que antaño la liga no siguió su calendario habitual debido al cierre patronal, este año, que por lo contrario si que se está siguiendo el correcto, no solo estamos viendo juegos muy disputados (sobretodo ahora de cara a la recta final), sino que desde ya hace unas semanas estamos viendo una de las peleas más emocionantes para la entrega de este galardón. En menor medida, este premio es el MVP al esfuerzo de los que empiezan cada partido sentados y en cierto modo, a los jugadores que imponen su veteranía para hacerse notar desde su lugar.


Y finalmente, algo que solo ocurre en el caso de los seres humanos, se ejecuta el paso al concepto abstracto o universal de balón. No hace falta que se vea un balón para recordar sus propiedades. Es aquí donde deben actuar estos dos señores. Sus números ya están siendo superiores al resto de jugadores que, como ellos, también salen desde la banda. E incluso, tanto Smith como Crawford están cuajando mejores promedios que miembros del cinco titular de otra franquicia. Crawford y Smith, Smith o Crawford; crossovers a granel o mates espeluznantes. Sea quien sea el merecedor de este reconocimiento, de bien seguro que ambos han sudado al máximo para ofrecer a este espectáculo, mucho más protagonismo de los que de inicio empiezan siendo suplentes.

UNO CONTRA UNO



Jamal Crawford
NOMBRE Y APELLIDO
J.R. Smith
20 de Marzo de 1980 / Seattle, Washington
FECHA /
LUGAR DE NACIMIENTO
9 de Septiembre de 1985 / Freehold, New Jersey
1.96 m / 90,7 kg
ALTURA / PESO
1.98 m / 99,8kg
8º de 2000
PUESTO DRAFT
18º de 2004
Michigan
PROCEDENCIA
St. Benedict’s Prep
ESTADÍSTICAS
NBA’13   /
CARRERA
77 / 883
PARTIDOS
77 / 615
0 / 399
TITULAR
0 / 130
16,7 / 15,4
PUNTOS
17,8 / 13,2
29,5 / 31,6
MINUTOS
33,5 / 25,3
1,6 / 2,5
REBOTES
5,2 / 3,2
2,5 / 3,8
ASISTENCIAS
2,7 / 2,1
0,2 / 0,2
TAPONES
0,3 / 0,2
1,0 / 1,0
ROBOS
1,2 / 1,0
1,9 / 2,0
PÉRDIDAS
1,7 / 1,5
44,1 / 44,1
% TIROS DE CAMPO
41,7 / 42,5
87,5 / 85,4
% TIROS LIBRES
77,2 / 74,6
36,9 / 34,9
% TRIPLES
35,2 / 36,7
30 / 52
RÉCORD ANOTACIÓN
37 / 45
51-26
BALANCE
EQUIPO 12-13
51-26


A continuación te dejamos tres enlaces para que pinches allí y puedas gozar un buen rato de las delicias con las que nos han obsequiado ambos competidores para el mejor sexto hombre del año. Puedes verlos aquí o teclear en YouTube el título de cada vídeo: 

JR Smith - Sixth man of the year






NBA SIXTH MAN 2013 - Jamal Crawford and J.R. Smith MIX [HD]





¿Sabías que...
Jamal Crawford fue elegido por Cleveland Cavaliers en el Draft y traspasado ese mismo día hacia Chicago Bulls donde debutó allí como rookie?




 
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