Hasta que no lo vea no lo creo. Esto es lo que ocurrió el año pasado. No
eran tantos los que confiaban en Miami Heat, como tantos son los que en ellos confían
este año. Fue extraño, pero es cierto, el año pasado hubo más de un equipo que
cuajó un superior balance al de Miami Heat en la regular season. Incluyendo
también que el “the
biggest three” hecho a base de
talonario, venía de fracasar estrepitosamente ante Dallas Mavericks en las
pasadas finales. La cuestión es que no todos confiaban en ellos, todavía
perduraban argumentos para estar en contra de LeBron.
Por bien o por mal, dejémoslo en que son cosas del destino, Chicago Bulls
dejaba vía libre a los segundones del este, los de South Beach. Con Rose
lesionado de gravedad, y su equipo que pareció no ser tan temible tras ser
derrotado por los Sixers, los Heat se libraban de un gran peso de encima. Pacers
conseguía meter el miedo en el cuerpo de los aficionados y los mismos
componentes del roster de Miami, pero no lograban superarlos; y por lo que hace
Celtics, ofreció una gran rivalidad en unas finales de conferencia muy
disputadas, pero no pudieron seguir un juego a la altura del nivel de juego del
rey. LeBron James, quien se llevó las esperanzas del Garden en un monstruoso
sexto partido. E incluso así, Heat perdía el primer partido de las finales a
domicilio, pero remontaron ganando los cuatro siguientes encuentros con
dominio, como no otra vez, de James.
Fueron cuestionados hasta el final. Ver “El Elegido” promediar 26 puntos, 7,6
rebotes y 6 asistencias en temporada regular, consiguiendo así su tercer MVP,
no fue suficiente para que la gente anhelara otro desastre de Miami Heat, que
perdurara la tregua que LeBron debería seguir de no haberse hecho con el
ansiado anillo.
No obstante, este año muchos más “son” de LeBron. La gente no duda de él,
la gente ahora teme los Heat. No menosprecian los números del pasado MVP, no
cuestionan si juegan o no en equipo después de vencer hasta 27 veces
consecutivas, como tampoco acusan al banquillo de ser corto. La campaña pasada
el banquillo fue una de las claves para rematar a Oklahoma City, y este año
viene reforzado. Las dudas, los malos pensamientos (querer que fracasen), o el
odio por haber reunido demasiado talento junto ya no es motivo de crítica.
Apreciar, atender, comprender y valorar. Tres años han bastado para que
Miami Heat dejara de ser en exceso el motivo de odio, por así decirlo, un Judas
en la NBA. ¿Miami Heat realmente puede volver a conquistar las finales?
Demasiados tachan de blandos a los equipos del Este al lado de Heat, pero los
prejuicios siempre son en vano. La prueba está en la victoria de Heat antaño.
No es fácil repetir lo que este equipo está logrando, pero sean preventivos,
duden de lo que den por seguro que pasará. Piensa mal y acertarás. No afirmo
una derrota de Heat, estoy abierto a lo que depare la liga.
Pd: No es que dude de los Heat ni de las capacidades de sus jugadores, simplemente no soporto que la gente de por hecho que Miami volverá a vencer las finales. A pesar del mandato, para mi, incuestionable de LeBron, la liga está abierta a la aceptación del destino. ¿Quién hubiera dicho que el año pasado en primera ronda Rose sufriría una lesión que ni lo veríamos jugar este año? O este mismo año, que Westbrook diría adiós a la temporada jugando un encuentro contra Houston Rockets, quien debería ser un rival asequible. Es por esto que insisto, dudar de Miami Heat.
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