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miércoles, 21 de agosto de 2013

Un ejemplo de valores



A falta de unos días para el comienzo del Eurobasket me viene en mente el verano pasado. Recuerdo sentir la misma sensación por ver de nuevo jugar la ÑBA en campeonatos oficiales. Sin duda, el año pasado fue uno de los campeonatos que pasaran al recuerdo de la historia del deporte en general.  Y aunque a pesar del orgullo que transmitió el combinado español después de entregar hasta el límite de sus esfuerzos para competir contra un Team USA muy superior en todos los aspectos, el planteamiento en aquel concreto y polémico partido de grupo frente Brasil quizás no fue una decisión éticamente correcta.

Desde aquella final en el Mundobasket de 2005, pasando por encima de Grecia como una apisonadora, nuestra selección nos ha hecho pasar, si no es la mejor, por una de las mejores etapas del baloncesto español. No hace falta que recordemos el recorrido ni el palmarés desde aquel entonces hasta ahora, en el que un grupo de españoles se proclamaban campeones del mundo para reconocer el gran trabajo que llevan haciendo desde hace ya más de una década. Antaño, una derrota muy ajustada contra el equipo ruso, liderado por Kirilenko y Shveed, dificultaba muchísimo el campeonato al equipo de Scariolo. Perdiendo otro partido en la fase de grupos, el equipo español se clasificó para cuartos de final, en los que habiendo ocupado la tercera posición solo se podían encontrar a EEUU en la final. Los actuales subcampeones olímpicos fueron muy criticados por haber perdido contra Brasil, un rival asequible en el papel.

La segunda derrota de nuestra selección en la fase clasificatoria radicó un margen de sospecha bastante amplio, a pesar de que el equipo negaba haberse dejado vencer. Sin quitar méritos a la selección brasileña, saltó a la vista que el equipo español no entregó su máximo potencial en cada una de las posesiones como si lo hicieron en el resto de encuentros. Finalizado pues el campeonato, la reflexión que se pudo extraer de la actitud de los representantes del equipo de baloncesto español tenía un sabor agridulce.

Este equipo lograba antaño un nuevo mérito, y conseguía con mucha honra la segunda plata olímpica consecutiva. Visto desde este punto de vista, es más positivo alcanzar la plata que conformarse con el bronce. ¿Es esto lo que justifica que no se esforzaran contra Brasil al mismo nivel que contra los otros equipos? La cuestión es que a mi parecer, de haber vencido a Brasil, y caer eliminados en una disputada semifinal contra ni más ni menos que Estados Unidos, para después hacerse justamente con el bronce olímpico (habiendo ganado obviamente los cuartos de final y el tercer y cuarto puesto), el resultado final de aquél mes de baloncesto olímpico no hubiera acabado con un sabor agridulce. Hubiera sido sin duda un ejemplo de valores, tras asumir el error y la derrota frente una selección que en su momento fue mejor (Rusia) y tirar del carro con fuerza para cruzarse con los favoritos antes de lo que ellos querían.


Es por esto que estando en año de campeonato europeo, sin la presencia de las potencias norte y sur americanas el equipo español asume claras expectativas de favorito. Mis ganas de ver transcurrir este Eurobasket es por apreciar las estrategias que gestionarán los equipos tras una derrota, o quizás una victoria no esperada. Asimismo, ver las reacciones de estos grupos de atletas que se enfrentarán entre ellos para arrebatar el título a los actuales campeones, los españoles, quién tras conseguir la segunda posición el pasado verano en Londres, a mi me quedó un sabor agridulce.

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