¡Qué bonita es la primavera! Es lo que nos parece a todos cuando empieza a
acabar el frío, se aproximan las primeras olas de calor y, poco a poco, toda la
vegetación empieza a florecer. Aunque siempre es esta la primera impresión.
Semanas después, del mismo modo que la estación recibía una agradable
bienvenida por parte de sus anfitriones, sufría incondicionales críticas por su
incertidumbre temporal. Llueve, solea, baja la niebla… Si algo define un día de
primavera es que las mañanas son tan frías como los mediodías y atardeceres
calurosos. Es este pues, el mayor motivo de sus críticas.
No es que se odien los PlayOffs, en este caso es todo lo contrario.
Deseamos a lo largo de la temporada que se realicen de una vez los más de ochenta
encuentros, para por fin ver lo que son realmente partidos disputados. Nos
gusta el invierno tal y como nos gusta estar en el período de Regular Season.
Pero al llegar la primavera… ¡PLAYOFFS! ¿Dónde depararán? Y cada año otro más,
lleno de incertidumbre al igual que un día de primavera. Un sexto elimina un
tercero, uno de los bases más temidos de la liga cae lesionado de gravedad,
infinidad de cosas son las que ocurren llegada la primavera. La postemporada es
así. En este caso hay algo que distingue claramente dicha estación de los
PlayOffs, y de bien seguro que no es el destino imprevisible. Benditas series
de mostrarse tan ajenas de los balances de la liga.
Indiana Pacers consigue un 2-0 a favor ante Atlanta Hawks, y a pesar de
esto, recibe dos derrotas prácticamente humillantes a domicilio. No obstante,
vence los dos siguientes partidos consiguiendo superar la primera ronda. Golden
State Warriors se vapulea al equipo dirigido por el entrenador del año, y por
si fuera poco, arrebata el factor cancha a San Antonio Spurs en la semifinal
del Oeste. Del mismo modo que lo ha hecho también Chicago Bulls. Sin su
superestrella, que se mantiene a la espera del regreso, superan la primera
ronda con suficiente consistencia, a pesar de no tener el factor cancha a su
favor, y vence el primer partido a Miami Heat en la siguiente serie. A pesar de
esto, cada semifinal de conferencia parece una pelea a gritos. Si Heat perdía
el primer encuentro jugando como local ante Bulls, en el posterior partido
ganarían con un margen de 37 puntos.
Es por todo esto que nos fascinan los PlayOffs por sus semejanzas a la
primavera. Pero no a todos gusta la estación previa al verano, y desean que
pase lo más rápido posible. Quien sufre una de estas impredecibles
indecisiones, puede alargarse más tiempo del deseado. Pregunten a Rose o a
Westbrook sino. Incluso así, en nuestra posición de aficionados, ¿a quién no le
gusta presenciar unas de estas tormentas de primavera? Son muchos los
acontecimientos que suceden a lo largo de las dieciséis victorias del campeón,
pero no suficientes para tener ganas de volverlo a ver otra vez más.
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