Proseguimos con nuestro pequeño homenaje a esos
héroes de una (o varias franquicias) que jamás llegarán a los más grandiosos
altares de la NBA pero cuyo recuerdo latirá siempre fuertemente en el corazón
de los seguidores de sus equipos. Hoy es el turno de una de las grandes torres
de la NBA. Defensa feroz, ancla de sus equipos y líder sobre la cancha: Tyson
Chandler, la pieza clave.
Tyson Chandler: el bastión necesario
Verano de 2011. Júbilo en la ciudad de Dallas, que
ha visto como su equipo se alza con el anillo de la NBA tras derrotar a los
aparentemente todopoderosos Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris
Bosh. Dirk Nowitzki, MVP de las finales, el veterano Jason Kidd, el eléctrico
José Juan Barea y el resto de actores secundarios que ayudan a la gran
superestrella alemana reciben los elogios de la prensa. Y entre todos ellos
especialmente destaca uno: Tyson Chandler. El pívot que había llegado el verano
anterior en un traspaso, procedente de los débiles Charlotte Bobcats con los
que había conseguido entrar en Playoffs como octavos en el Este, se había
erigido en pieza fundamental para complementar al legendario Dirk y aportar los
rebotes, tapones e intimidación necesarios para hacer funcionar la máquina de
Carlisle. "Que se quede Tyson" era una de las grandes premisas de los
texanos para esa postemporada...pero la realidad, tozuda, quiso chocar
brutalmente con las expectativas.
58 millones en cuatro años, Carmelo Anthony y un
proyecto donde cupieran sus aspiraciones financieras y deportivas tenían la
culpa. Chandler declaraba su tristeza por marcharse del lugar en el que se
había convertido en campeón de la NBA, pero la oportunidad que se le presentaba
era demasiado buena para dejarla pasar a sus casi 30 años, porque al fin y al
cabo "Business is business". Y por su parte los neoyorquinos
conseguían a un pívot poderoso y defensivo para amarrar su frontcourt y proveer
de más ayuda a Carmelo. Las piezas comenzaban a encajar para el asalto al
título que la franquicia había previsto con los fichajes del alero y de Amaré
Stoudemire.
Pero antes de seguir con la historia acaecida en los
últimos cuatro años miremos al pasado. Al momento en que un jugador que no
había pasado por la Universidad daba el salto directamente a la Liga. Un draft
de 2001 en el que el primer seleccionado, Kwame Brown, había seguido el mismo
camino, y en que el número 3, justo después de él, era un español proveniente
del Barcelona y no de una universidad americana. Extraños compañeros de podio
para un pívot de 2,13 metros que aterrizaba en los jovencísimos
("Baby") Bulls para hacer de pareja del prometedor Eddy Curry para
superar la sequía de los primeros años post-Jordan.
Sus cinco años en los de Illinois fueron, en
general, merecedores de un aprobado o como mucho un "bien", pero
tampoco nada absolutamente espectacular. Cuando parecía que se iba a convertir
en una gran pieza (jugaba su cuarta temporada en la Liga y solo tenía 22 años)
al realizar una muy buena 2004-2005 en la que los Bulls se clasificaron para
Playoffs, la temporada siguiente lo vio perder mucho a nivel de juego, con su
peor media de carrera en puntos (unos 5 por encuentro) pese a sus 9 rebotes y
cometiendo casi 4 faltas por encuentro. Con su contrato recién estrenado las
críticas arreciaron, y llegando un clásico de las zonas como Ben Wallace, uno
de los pilares de los grandísimos Detroit de principios del Siglo XXI, era el
turno de Chandler para moverse. El destino fue New Orleans, donde ahora jugaban
los Hornets y Chris Paul comenzaba a hacer diabluras.

¿Qué hubiera podido ser de la Liga si ese 18 de
febrero Tyson Chandler hubiese superado su reconocimiento médico on los
Oklahoma City Thunder? Un día la NBA se echaba las manos a la cabeza y al
siguiente respiraba algo más aliviada. Los Oklahoma no estaban ganando
demasiados partidos pero Durant y Westbrook comenzaba a apuntar maneras, y
envueltos por la atmósfera vibrante de su recién estrenada ciudad prometían dar
muchas alegrías en el futuro. ¿Qué hubiese podido suceder?, ¿Harden habría
llegado a los Thunder pese al posible incremento de victorias con la llegada de
Chandler?, probablemente jamás se hubiese hecho el traspaso por Perkins y quién
sabe cuáles hubiesen sido los resultados del equipo. Ahora, en retrospectiva, a
buen seguro que los Thunder lamentan no tener a Chandler en sus filas...pero
los contrafactuales son traicioneros, y muchas otras cosas pudieron cambiar
durante los casi 6 años transcurridos. Sea como fuere al final el traspaso no
se realizó, Tyson acabó la temporada (Derrotados en primera ronda por los
Nuggets) y, esta vez sí, le tocó moverse a Charlotte, donde volvería a entrar
en Playoffs, la primera vez en la historia de la franquicia, pero sería
nuevamente traspasado por motivos financieros, un mantra que se repetía a lo
largo de su carrera, a los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki y Jason Kidd.


Siempre clave en sus equipos, especialmente a partir
de su llegada a New Orleans, Tyson Chandler ha marcado en las varias ciudades
en las que ha jugado. En los Hornets por sus mates al servicio de Chris Paul,
en los Knicks por haber sido uno de los mejores defensores de la Liga durante
dos años "mágicos", para lo que habían experimentado los neoyorquinos
previamente, y en Dallas por haber sido ingrediente clave de la receta que
frenó a los Heat en las Finales de 2011. Nunca ha tenido un hogar fijo, a
diferencia de otros jugadores que compondrán esta lista, pero su impacto en la
vasta mayoría de temporadas disputadas, especialmente en su "madurez"
post 2006-2007, nos habla de un jugador que aún será recordado y que muchos
quisieran tener en su equipo.
Fotos: NBA
Fotos: NBA
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