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jueves, 23 de octubre de 2014

Los "sleepers" de la Liga (I)

Ya solo queda una semana para que empiece la Liga y todas las predicciones están listas. Campeón, All-Stars, resultados, sorprendentes eliminados e inesperados triunfadores en sus respectivas Conferencias. Hemos analizado, hablado y debatido hasta la saciedad sobre todos los posibles desenlaces de esta 2014-2015, y para rizar el rizo queremos dedicar esta breve sección a un tipo de jugadores y equipos que podemos encontrar esta campaña: "sleepers". 
Foto: NBA
Con esta expresión inglesa nos referimos al éxito inesperado, a aquellos que triunfan aunque nadie, o pocos, lo anticiparan, y en el caso de la NBA normalmente se incluye entre las quinielas. ¿Qué jugadores romperán el molde y darán un paso adelante espectacular en su carrera?, ¿qué equipos actuarán por encima de su nivel? Varios jugadores y franquicias pasarán por esta sección para, en la opinión del redactor, alzarse con el título a "sleepers" de la temporada. Es lo hermoso de las ligas deportivas: desde la confirmación de una estrella hasta el inesperado hallazgo de un "Cisne Negro" en el sentido que le da Taleb. Arrancamos.

Nuestro primer gran candidato a tener un año fantástico es un alero de 2,01 metros de altura que fue elegido con el número 2 en el Draft de 2012, justo por detrás de su por entonces compañero de equipo Anthony Davis. La brillante luz dejada por el número 1, por Lillard, Drummond o Bradley Beal ha hecho que MKG, Michael Kidd-Gilchrist, parezca ahora una mala idea, dos años después de que fuera seleccionado como jugador más joven de la NBA. 

Jugar en unos Bobcats perdedores en su primer año, con un sistema de juego aún caótico, no le ayudó. Y la lesión en su segunda temporada, con el objetivo de los Playoffs en mente de todos, tampoco. Pero Kidd-Gilchrist tiene serias posibilidades de ser un jugador clave, aún más, para los nuevos Hornets en esta 2014-2015.

Empecemos por las estadísticas. Es cierto que en la 2013-2014 perdió fuelle en cuanto a números. Jugó menos minutos (24) , metió solo 7,2 puntos frente a 9, cometió más faltas personales y reboteó menos (5,2  frente a  5,8). Poco esperanzador para un jugador que, eso sí, cumplió 21 años el pasado 26 de septiembre. La etiqueta de "Bust" ya pendía sobre él pese a la enconada defensa hecha por los fans de los Bobcats, que consideraban, y consideran, a MKG como una de las piezas más importantes del equipo. 

Y precisamente Clifford ha dicho que este año su alero titular va a recibir más minutos y probablemente cerrar los partidos, algo que lo llevará a unos 30 por encuentro, supuestamente. Si observamos las estadísticas "Per 36" tendríamos unos resultados mucho mejores, con casi 11 puntos y 8 rebotes, que aún no son numerazos pero sí respetables. Kidd-Gilchrist necesita algo más.

Y ese "algo" lo ha añadido en un largo verano de trabajo con Mark Price, que ha entrenado con él el tiro en muchas sesiones buscando corregir una mecánica espantosa que ya hemos reproducido en foto anterior. Durante los encuentros de pretemporada se ha animado a lanzar más de media distancia, se le ha visto suelto con el lanzamiento y con muchos defectos corregidos. Ha empezado incluso a realizar dribblings con parada y tiro, lo cual añade un arma nueva y poderosa a un juego que se basaba en las penetraciones, los rebotes ofensivos y el contraataque. 

En esta pretemporada ha subido a 28 minutos de juego (que se deberían incrementar terminado el período de pruebas) y ha anotado 10,4 puntos y cogido 6,7 rebotes por partido, con casi 2 asistencias y más de un robo y un tapón. No son, de nuevo, espectaculares, pero sí dan sentido a las sensaciones que todos los fans de los Hornets tienen (para qué engañarnos, tenemos)

El tiro de media distancia era algo pedido por el equipo técnico y la grada, puesto que posibilita que Al Jefferson tenga aún más espacios y evita que Steve Clifford tenga que sustituir a su alero, y pieza clave en el sistema defensivo del perímetro, en los últimos momentos del partido para tener más opciones para abrir la cancha. El año pasado fue Douglas-Roberts el que ocupaba el rol que ahora MKG debe asumir para aspirar a asimilarse a lo que prometía cuando fue drafteado. 

¿Por qué damos tanta importancia a su papel en el sistema defensivo? Porque verdaderamente es la clave de bóveda: ayuda constante de Al Jefferson en el interior y pegamento defensivo para un perímetro que ahora se refuerza con Lance Stephenson. Su tendencia a cometer muchas faltas debería irse templando con más partidos, respeto y experiencia, y las habilidades defensivas las tiene.

A los números nos remitimos: con él en pista los Bobcats recibieron 3,5 puntos menos por partido, y aunque anotaban ligeramente menos la diferencia en puntos netos con él en pista o en el banquillo es de +2,9. El año pasado se lesionó en un partido contra los Mavericks (el 3 de diciembre) y no volvió a jugar hasta mes y medio después, perdiendo ritmo y bajando su producción dada su readaptación. Durante esos 20 partido el equipo quedó 7-13, y a partir de su regreso tal tendencia se invirtió hacia el 28-16 hasta finales de Abril, dando balances positivos siempre desde la vuelta de MKG. 

Además, su regreso coincidió con el "florecimiento" de un Big Al que comenzó su espectacular producción de los últimos 4 meses con un enero en el que ya anotaba 24 puntos por partido y cogía 11,3 rebotes. Por todo ello concluimos que los Bobcats tenían, y tienen, al ex de Kentucky como un jugador muy necesario para conseguir triunfos.



Ante su tercer año en la Liga Kidd-Gilchrist se halla frente a dos caminos de conocido, aunque bien diferente, resultado. Está la posibilidad de que, por causa de su tiro, las lesiones, una hipotética falta de confianza o un descalabro general, vea hundirse su producción y se convierta en el "Bust" que algunos ya han anunciado, o por el contrario que dé el paso que todos los fans de los Hornets esperan, que su trabajo con el tiro en pretemporada dé réditos y que de pieza importante para 24 minutos se convierta en titular indiscutible y amenaza constante en defensa o en ataque. Yo confío en él.


Fotos: NBA

martes, 14 de octubre de 2014

Héroes que no son leyenda (II)

Proseguimos con nuestro pequeño homenaje a esos héroes de una (o varias franquicias) que jamás llegarán a los más grandiosos altares de la NBA pero cuyo recuerdo latirá siempre fuertemente en el corazón de los seguidores de sus equipos. Hoy es el turno de una de las grandes torres de la NBA. Defensa feroz, ancla de sus equipos y líder sobre la cancha: Tyson Chandler, la pieza clave.

Tyson Chandler: el bastión necesario

Verano de 2011. Júbilo en la ciudad de Dallas, que ha visto como su equipo se alza con el anillo de la NBA tras derrotar a los aparentemente todopoderosos Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Dirk Nowitzki, MVP de las finales, el veterano Jason Kidd, el eléctrico José Juan Barea y el resto de actores secundarios que ayudan a la gran superestrella alemana reciben los elogios de la prensa. Y entre todos ellos especialmente destaca uno: Tyson Chandler. El pívot que había llegado el verano anterior en un traspaso, procedente de los débiles Charlotte Bobcats con los que había conseguido entrar en Playoffs como octavos en el Este, se había erigido en pieza fundamental para complementar al legendario Dirk y aportar los rebotes, tapones e intimidación necesarios para hacer funcionar la máquina de Carlisle. "Que se quede Tyson" era una de las grandes premisas de los texanos para esa postemporada...pero la realidad, tozuda, quiso chocar brutalmente con las expectativas.

58 millones en cuatro años, Carmelo Anthony y un proyecto donde cupieran sus aspiraciones financieras y deportivas tenían la culpa. Chandler declaraba su tristeza por marcharse del lugar en el que se había convertido en campeón de la NBA, pero la oportunidad que se le presentaba era demasiado buena para dejarla pasar a sus casi 30 años, porque al fin y al cabo "Business is business". Y por su parte los neoyorquinos conseguían a un pívot poderoso y defensivo para amarrar su frontcourt y proveer de más ayuda a Carmelo. Las piezas comenzaban a encajar para el asalto al título que la franquicia había previsto con los fichajes del alero y de Amaré Stoudemire.

Pero antes de seguir con la historia acaecida en los últimos cuatro años miremos al pasado. Al momento en que un jugador que no había pasado por la Universidad daba el salto directamente a la Liga. Un draft de 2001 en el que el primer seleccionado, Kwame Brown, había seguido el mismo camino, y en que el número 3, justo después de él, era un español proveniente del Barcelona y no de una universidad americana. Extraños compañeros de podio para un pívot de 2,13 metros que aterrizaba en los jovencísimos ("Baby") Bulls para hacer de pareja del prometedor Eddy Curry para superar la sequía de los primeros años post-Jordan.

Sus cinco años en los de Illinois fueron, en general, merecedores de un aprobado o como mucho un "bien", pero tampoco nada absolutamente espectacular. Cuando parecía que se iba a convertir en una gran pieza (jugaba su cuarta temporada en la Liga y solo tenía 22 años) al realizar una muy buena 2004-2005 en la que los Bulls se clasificaron para Playoffs, la temporada siguiente lo vio perder mucho a nivel de juego, con su peor media de carrera en puntos (unos 5 por encuentro) pese a sus 9 rebotes y cometiendo casi 4 faltas por encuentro. Con su contrato recién estrenado las críticas arreciaron, y llegando un clásico de las zonas como Ben Wallace, uno de los pilares de los grandísimos Detroit de principios del Siglo XXI, era el turno de Chandler para moverse. El destino fue New Orleans, donde ahora jugaban los Hornets y Chris Paul comenzaba a hacer diabluras.

Su asociación de tres años con el pequeño base dio mucho rédito en cuanto a espectáculo y resultados para los de Louisiana. En la 2007-2008, y promediando casi 12 puntos y 12 rebotes, los Hornets llegaron a los Playoffs tras haber conseguido el segundo puesto de la Conferencia (tras unos Lakers que habían adquirido a Gasol y por delante de los siempre temibles Spurs), derrotaron a los Mavericks en primera ronda...y cayeron frente a los San Antonio, jamás descartables, en las semifinales. Después de la efímera gloria, sin embargo, llegaba una temporada más amarga, y con los Hornets a un nivel inferior al año pasado el GM, Jeff Bower, comenzó a rastrear el mercado que tenía su "center"...y la alarma saltó en febrero de ese 2009.

¿Qué hubiera podido ser de la Liga si ese 18 de febrero Tyson Chandler hubiese superado su reconocimiento médico on los Oklahoma City Thunder? Un día la NBA se echaba las manos a la cabeza y al siguiente respiraba algo más aliviada. Los Oklahoma no estaban ganando demasiados partidos pero Durant y Westbrook comenzaba a apuntar maneras, y envueltos por la atmósfera vibrante de su recién estrenada ciudad prometían dar muchas alegrías en el futuro. ¿Qué hubiese podido suceder?, ¿Harden habría llegado a los Thunder pese al posible incremento de victorias con la llegada de Chandler?, probablemente jamás se hubiese hecho el traspaso por Perkins y quién sabe cuáles hubiesen sido los resultados del equipo. Ahora, en retrospectiva, a buen seguro que los Thunder lamentan no tener a Chandler en sus filas...pero los contrafactuales son traicioneros, y muchas otras cosas pudieron cambiar durante los casi 6 años transcurridos. Sea como fuere al final el traspaso no se realizó, Tyson acabó la temporada (Derrotados en primera ronda por los Nuggets) y, esta vez sí, le tocó moverse a Charlotte, donde volvería a entrar en Playoffs, la primera vez en la historia de la franquicia, pero sería nuevamente traspasado por motivos financieros, un mantra que se repetía a lo largo de su carrera, a los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki y Jason Kidd.

Y aquí se comienza a vislumbrar el cierre del círculo que al principio del artículo habíamos trazado. Llegó el campeonato, los halagos y los festejos. Luego la luminosa Nueva York, con su dinero, su fichaje de Carmelo Anthony para redimir a la "Gran Manzana" y el Lockout, sirviendo Tyson como la pieza clave para cerrar el esquema defensivo de un Mike Woodson que sustituyó a D´Antoni. Mejor defensor del año y, curiosamente, relegado al segundo mejor quinteto defensivo (aunque en el tercero de "All-Nba") sería en su segunda temporada en la antigua posesión holandesa cuando logró llegar al All-Star, entrar en ese primer quinteto defensivo y ver cómo su equipo avanzaba con mano de hierro por el Este, llegando incluso a vislumbrarse un posible épico enfrentamiento contra Miami por el trono del Atlántico. Indiana los apartaría del sueño en la segunda ronda, y las bases para la recuperación que tan arraigadas parecían saltaron por los aires cuando el año siguiente se convirtió en una pesadilla a todos los niveles. Vagando sin rumbo por la tabla, con los esquemas defensivos y ofensivos sin funcionar y un caos general la 2013-2014 supuso que tras tres años de Playoffs y lo que parecía un futuro prometedor se convirtiera en cenizas y la afición mirara con pavor el destino de los Knicks.

Para calmar a las masas se optó por un fichaje popular: Phil Jackson, que tomaría las riendas de las operaciones deportivas del equipo. Con mucho que limpiar y poco que amarrar, el "Maestro Zen", en una jugada que aún resuena en la mente de algunos, mandó a Raymond Felton, perdido desde hace mucho tiempo, y al antaño ídolo Chandler a Dallas para traerse a Dalembert, Calderón, Ellington y Larkin. Y ahora, otra vez en su último año de contrato y tres años después del anillo al que en tanto contribuyó, Tyson Chandler regresa a Dallas para aportar lo que tanto benefició a Nowitzki en su única campaña juntos: rebotes, poderío defensivo, brazos largos y capacidad de intimidación. Los texanos ya se muerden las uñas pensando en la emoción de la nueva temporada.

Siempre clave en sus equipos, especialmente a partir de su llegada a New Orleans, Tyson Chandler ha marcado en las varias ciudades en las que ha jugado. En los Hornets por sus mates al servicio de Chris Paul, en los Knicks por haber sido uno de los mejores defensores de la Liga durante dos años "mágicos", para lo que habían experimentado los neoyorquinos previamente, y en Dallas por haber sido ingrediente clave de la receta que frenó a los Heat en las Finales de 2011. Nunca ha tenido un hogar fijo, a diferencia de otros jugadores que compondrán esta lista, pero su impacto en la vasta mayoría de temporadas disputadas, especialmente en su "madurez" post 2006-2007, nos habla de un jugador que aún será recordado y que muchos quisieran tener en su equipo.

Fotos: NBA

sábado, 11 de octubre de 2014

Héroes que no son leyenda

La historia de la NBA está plagada de leyendas. Jugadores que eran, y son, capaces de echarse a su equipo a las espaldas y liderarlo hasta las más altas cotas de gloria. All-Stars, anillos y nominaciones a mejores equipos de la Liga se les caen de las manos y en sus vitrinas apenas queda espacio para acaparar toda la atención que reciben no solo por parte de sus propios aficionados y de periodistas, analistas y tertulianos, sino también del fan promedio de la NBA.

Pero no lo son todo, ni mucho menos. Y no me refiero solamente al enorme reparto de jugadores secundarios que están siempre ahí detrás haciendo labores quizás más oscuras pero no por ello menos importantes en el desarrollo del juego de su equipo, sino también a figuras como las que iré analizando en esta serie de artículos. Jugadores que sin llegar a ser nunca estrellas rutilantes de la competición sí que han representado mucho para los aficionados del equipo en el que jugaban y siguen vivos en la memoria como piezas clave en momentos históricos para su franquicia.

¿Quién podría ser un prototipo de estos jugadores de los que hablo? El primero en pasar por estas páginas será Gerald Wallace, actualmente en los Boston Celtics pero durante seis años y medio estrella, aunque perteneciera a la segunda o tercera línea de jugadores en la NBA, de unos necesitados Charlotte Bobcats, en los que aún sigue siendo el único jugador participante en el All-Star. Shane Battier y Tyson Chandler serán otros invitados por estos artículos, pero animo a que todo el que quiera participe en los comentarios y diga quién debería estar incluido en esta sección de grandes jugadores a los que no conviene olvidar.
Gerald Wallace: el orgullo del lince

7437 puntos, 3398 rebotes, 827 robos, 531 tapones y 16718 minutos en 454 partidos con su equipo. Si no contamos a leyendas de los Hornets como Larry Johnson o Alonzo Mourning, y dado que aquí solo hablaremos de los Bobcats no lo haremos, el actualmente alero de los Celtics es líder anotador de los de Charlotte, jugador con más robos, más minutos y más partidos jugados y en el Top 3 de tapones y rebotes. En la breve década en que los Bobcats camparon por la NBA su nombre solo se podía asociar a una figura dentro de la cancha: Gerald Wallace.

Es cierto que a su alrededor desfilaron jugadores de más o menos nivel que también atrajeron atención y pudieron rendir a alto nivel, hablamos de Stephen Jackson, Jason Richardson, Boris Diaw, Emeka Okafor, Raymond Felton o Tyson Chandler, pero si había una "estrella" permanente en la muy pequeña constelación de los de Carolina del Norte era esta bestia procedente de Alabama y que se había curtido durante sus primeras tres temporadas en los maravillosos Kings de principios de siglo. Wallace dejó su selo de intensidad y entrega durante sus casi siete temporadas en Charlotte, y su número 3 era garantía de júbilo en un pabellón en el que no se solían presenciar demasiadas victorias. Con Gerald, al menos, el espectáculo estaba garantizado.

Acabó en los Bobcats por vía del Draft de Expansión de 2004 que daba la bienvenida a la franquicia que suplía a los míticos Hornets, entonces trasladados a Nueva Orleans y ahora de nuevo en Charlotte tras uno de esos vaivenes típicos de esta competición, y los equipos restantes dejaban elegir de entre sus jugadores a los recién llegados. Vía Draft aterrizó allí también Emeka Okafor, primer proyecto de estrella de los Bobcats, y por otras vías Primoz Brezec, Gerald Wallace y un mito para los aficionados de Charlotte como Matt "Hammer" Carroll. Ellos cuatro y Raymond Felton serían los primeros rescoldos de esperanza para un equipo que solo logró dos presencias en Playoffs durante su década de existencia.

Si una palabra puede definir a Wallace es esta: "intensidad". Y eso lo hizo convertirse rápidamente en "fan-favorite" y multiplicar sus prestaciones tras tres años en los que apenas pisaba diez minutos por partido la cancha. En su primer año en Carolina del Norte le tocaría jugar durante 30 minutos cada encuentro y batirse el cobre con los aleros titulares de los demás equipos de la Liga. 11,1 puntos, 5,5 rebotes y 1,7 robos serían su carta de presentación y un anticipo de lo que estaba por venir. La temporada siguiente, con los Bobcats aún naufragando y buscando más y más refuerzos universitarios, subió hasta los 15,2 puntos, 7,5 rebotes y 2,5 robos por encuentro, lo cual combinado con sus más de 2 tapones en cada partido hacía que compartiera récord en cuanto a la combinación de estas dos últimas estadísticas con mitos como Hakeem Olajuwon y David Robinson. Poco a poco su nombre comenzaba a sonar en los mentideros y los analistas tenían ya claro quién lideraba en la cancha a la joven franquicia del Este.


Durante los siguientes cuatro años y medio se dedicaría a seguir creciendo en el aspecto anotador y en el reboteador. Si bien nunca fue una amenaza desde lejos sí que incrementó sus prestaciones en el juego interior, no teniendo ningún problema en lanzarse contra jugadores mucho más altos o corpulentos en busca de rebotes. "Crash", su sobrenombre, terminaría la temporada 2009-2010 con 18,2 puntos y 10 rebotes por partido, pero durante los primeros meses de la misma había conseguido dobles-dobles con una facilidad asombrosa y llegó a liderar la lista de mejores reboteadores de toda la Liga. Previamente, en la 2007-2008, se encargaría de poner su récord en 19,4 puntos por partido, y pese a las diversas lesiones que su estilo de juego le acarreaba no cejó en su empeño de seguir saltando a la cancha y dejándose la piel por un equipo que no correspondía a los esfuerzos de su líder.

Esa 2009-2010 mencionada, en la que ya era un jugador maduro que había pasado más de 8 años en la Liga y que seguía exhibiendo un físico portentoso para alcanzar esos registros en todas las facetas defensivas, sería la de su gran explosión y salto a la siempre fugaz fama de la Liga. Nominado para jugar en el All-Star de 2010 se convertía en el primer Bobcat en lograrlo (ni siquiera Al Jefferson en la 2013-2014 fue capaz) y sus 15 minutos y 2 puntos fueron meros irrelevantes testimonios de un acontecimiento histórico para un equipo que desde su llegada a la Liga había fracasado constantemente y se había enrocado en la mediocridad. Sin embargo ese año llegó la primera temporada con un récord de victorias-derrotas favorable (44-38), a la postre la única hasta la reciente 2013-2014, la primera clasificación para los Playoffs de la mano de un equipo veterano con Larry Brown como entrenador y su nombramiento para el mejor equipo defensivo de la NBA. Una 2009-2010 de oro que se cerraba con un barrido por parte de los Magic en primera ronda pero muchas esperanzas y reconocimientos puestos en su figura.



Sin embargo la diosa Fortuna es tan veleidosa como la describía Maquiavelo en "El Príncipe", y después de la gloria, como si de la cíclica historia en la que creían los griegos se tratara, llegó el fracaso y la descomposición del equipo que había logrado colarse en la postemporada. Ante la perspectiva de la mediocridad perenne y un arranque nefasto de temporada Larry Brown fue despedido, y antes que él también lo habían hecho Raymond Felton y Tyson Chandler. Prácticamente abandonado como último vestigio de una etapa superada y que había concluido en la "dulce derrota" frente a Orlando, Gerald Wallace siguió a lo suyo y aportó 15,6 puntos, 8,2 rebotes y su esfuerzo constante en los casi 40 minutos por encuentro que disputó en 48 partidos antes de que el mercado y la situación de la franquicia determinaran que su próximo hogar sería Portland. La noticia fue como un jarro de agua fría para el alero y para los fans.

"Siento que esta ciudad no me debe nada. Yo les debo todo, aquí pude mostrar mi juego", "No estaba nada contento, muy triste...es una pena, nada agradable, hacía de todo en el equipo", "Gerald era el epítome de todo lo que queremos en este equipo y no podemos agradecerle lo suficiente su contribución a los Bobcats. Sin embargo se acercaba el Deadline y sentíamos que era lo mejor para el largo plazo". Wallace, Silas (su entrenador) y Michael Jordan, por aquel entonces reciente propietario de la franquicia, respectivamente. Sea como fuere ya no había manera de echarse atrás, y aunque el movimiento se entendía, había que escapar de esa peligrosa senda que amenazaba con tragarse al equipo y condenarlo a vagar perennemente por los puestos situados entre el octavo y el undécimo, eso no lo convirtió en más fácil. La afición perdía a su estrella, a su ídolo y último representante de los Bobcats que habían jugado allí desde 2004. Triste y apesadumbrado se fue a los Blazers y puso fin a la mejor etapa de su carrera.

Después del traspaso las cosas no marcharon nada bien. En los Blazers no rindió al nivel esperado y pese a jugar en los Playoffs vería cómo era traspasado de nuevo a los Nets. Allí se lesionó, en esta ocasión de gravedad, y pese a renovar su contrato de nuevo tuvo que hacer las maletas tras apenas temporada y media para recalar en unos Celtics donde volvió a sufrir una lesión a principios de 2014. En un equipo en reconstrucción y con dos años aún por cobrar es muy difícil determinar dónde acabará un jugador que a sus 32 años ha bajado su nivel a la vez que las lesiones y la edad se han comenzado a cobrar su precio.

Jamás será recordado como una de las grandes leyendas de la NBA, pero dio brillo a los Bobcats durante casi 500 partidos y 7 años de sacrificio. Fue el único All-Star de la franquicia, el experto en mates que cuando se juntó con Jason Richardson levantó a los aficionados muchas veces de la grada, el rostro conocido por el resto de la Liga y pura entrega en defensa y en ataque. En retrospectiva, casi cuatro años después de su marcha de los Bobcats, Jordan tenía razón y es muy difícil valorar lo mucho que dio en tiempos complicados para el equipo. ¿Cómo encajaría ahora tutelando a Michael Kidd-Gilchrist y cerrando aún más una defensa como la de los actuales Hornets?, ¿colgará el "3" alguna vez del techo del pabellón de los renacidos Hornets? Sea como fuere Wallace siempre tendrá un lugar en los corazones y la memoria de los aficionados de Carolina del Norte.


Fotos: NBA

domingo, 29 de junio de 2014

Noah Vonleh: otro Hoosier en Charlotte

Informes concienzudos, análisis detallados, impacto de los Workouts y sobre todo impresiones, muchas impresiones. Eso son las noches de Draft de la NBA, donde los directores de operaciones deportivas de cada franquicia trabajan a contrarreloj para encontrar al mejor jugador disponible y añadirlo a su plantilla. Esto provoca que algunos que eran “elecciones seguras” vean descender su cotización a medida que el equipo correspondiente se adapta a lo sucedido y actúa conforme a sus datos y a las impresiones producidas. Esto le ha sucedido a Noah Vonleh.



El ex jugador de los “Hoosiers”, igual que su futuro compañero de equipo Cody Zeller, había llegado a proyectarse hasta el número 4 o 5, dejando las tres primeras posiciones para los esperados tres grandes dominadores de la NBA que está por venir (Wiggins, Parker y Embiid), pero poco antes de que comenzara su gran noche saltó el rumor de que los Magic (cuarta elección) tenían entre sus preferencias a Aaron Gordon en lugar de al jovencísimo ala-pívot. Poco después tal intuición se corroboraba y Vonleh iba cayendo a medida que otros jugadores proyectados en elecciones muy altas, como Exum o Randle, iban siendo escogidos. Llegados al número 9 tal descenso se detuvo y el comisionado Silver declaró que su destino serían los Charlotte Hornets.

Hace un año hablaba del impacto que podía tener Cody Zeller en los por entonces Bobcats aquí. Sin lugar a dudas, y pese a la mejoría experimentada en los últimos meses de temporada, no cumplió con las expectativas, dado que ni desarrolló un tiro fiable ni fue capaz de convertirse en una alternativa real a Josh McRoberts. Vonleh ha llegado para ocupar el mismo puesto, en un movimiento que parece redundante por la acumulación de interiores de Charlotte si renueve el ya mencionado McRoberts, pero que sigue la máxima de Rich Cho, GM de la franquicia: “Draftea por talento, ficha y traspasa por necesidad”

Parece ser que en la lista de elecciones de Charlotte Vonleh estaba en la cuarta posición, solo por detrás de los tres ya mencionados anteriormente. Es por ello que se han lanzado los dados para amarrar a un jugador con toneladas de potencial y que ofrecerá cosas muy diferentes a las que trae Zeller al campo. Para empezar manejo de balón y tiro exterior, algo que se exige en el sistema de Clifford dado que Al Jefferson crea muchos espacios, y a la vez los necesita para operar en la zona, aprovechables por una hipotética batería de tiradores.


Vonleh tiene 18 años y sigue creciendo, por lo que podría llegar casi a los 7 pies de estatura. Su envergadura es muy considerable, lo cual ayuda a que pueda ser más fácilmente entrenado para intimidar y obligar a corregir tiros con su presencia en zona, algo muy necesario con la presencia de Big Al. Aporta además buen manejo de balón, ética de trabajo y tiro exterior. Ahora bien, tiene que entregarse para aprovechar todo su potencial, minimizar sus muchas pérdidas, asumir responsabilidades y asegurarse de que sus grandes capacidades reboteadoras y su lanzamiento de media y larga distancia se adaptan a la mucho más exigente NBA. Sea como fuere constituye un caso claro de jugador de los que se intenta reclutar en Charlotte en los últimos años: trabajador y con espíritu de equipo, de tal manera que la buena química construida esta 2013-2014 no se rompa.

Los Hornets, en su primera elección tras el “renombramiento” de la franquicia, han apostado por juventud, talento y posibilidad de eclosión en lugar de por alguien más consolidado para una posición necesitada como Gary Harris o Doug McDermott. Los réditos pueden ser considerables si Vonleh llega a acercarse a la comparación hecha con Chris Bosh, o incluso si solo se convierte en un titular decente en la Liga. Charlotte confía en dar la campanada en la muy debilitada Conferencia Este, y para ello ha realizado un buen draft (No hay que olvidar la poco sonada pero relevante adición de  PJ Hairston en el número 26) y confía en un gran fichaje en el mercado de agentes libres que asegure no solo su presencia sino su progreso en postemporada.

Noah Vonleh, otro elegido para llevar a cabo la misión de los recién regresados Hornets.


miércoles, 21 de mayo de 2014

El futuro de los Charlotte Hornets

Comenzamos con una serie de artículos destinada a analizar el futuro de aquellas franquicias eliminadas en la primera ronda de los Playoffs. ¿Qué opciones se les abren?, ¿alguna puerta definitivamente cerrada?, ¿recursos de calidad o un estancamiento probable en la mediocridad? Hoy es el turno de los Charlotte Bobcats, en breve convertidos (o reconvertidos) en los Hornets, tras haber sufrido un 4-0 a manos de los Heat en primera ronda. ¡Os animamos a participar en los comentarios!



La lesión de Al Jefferson en el primer partido de la serie contra los vigentes campeones trastocó todos los planes de los de Carolina del Norte. Sin su estrella eran presa fácil para LeBron y compañía, pese a que lograron plantar cara en todas las batallas. Irse barridos no era lo esperado, pero el regusto que deja la temporada no debe amargarse por el final sufrido a manos de uno de los mejores conjuntos de la NBA sino que hay que ponerlo en perspectiva, entender el momento dulce que ha vivido la franquicia desde enero (29 victorias y 21 derrotas en la "Regular Season") y plantear el futuro con optimismo. Haremos un análisis paso a paso de los recursos, oportunidades y problemas que se le presentan a los Hornets para la 2014-2015.

LOS QUE SE VAN:

Luke Ridnour, Jannero Pargo, Anthony Tolliver, Chris Douglas-Roberts y Josh McRoberts (si no ejerce su opción de jugador por algo más de 2,5 millones el año) serán agentes libres a partir del 1 de julio. Charlotte, además, se verá libre del contrato de Ben Gordon, lo cual propiciará que, si todos los arriba mencionados se marchan, dispongan de unos 20 millones de espacio salarial para acometer fichajes, traspasos y elecciones en el Draft.

Evidentemente, y a raíz de las declaraciones de Clifford y de varios jugadores (incluyendo las dos estrellas: Big Al y Kemba Walker), Josh McRoberts probablemente acabe renovando por la franquicia en la que más minutos ha tenido ocasión de disputar y donde se ha asentado como titular merced a la confianza depositada en él por el entrenador. McBob (aunque no le gusta que le llamen así) se ha marcado una temporada reseñable, promediando 8,5 puntos, 4,8 rebotes y 4,3 asistencias, amén de una visión de juego destacable en un jugador interior, una considerable mejoría en el lanzamiento exterior y ser un líder querido en el vestuario. No sería descabellado pensar que pese a la apuesta por Cody Zeller para que ocupe el puesto de "4" en el futuro, la franquicia le ofrezca a McRoberts algo así como 11 o 12 millones por 3 años, de tal manera que "evolucione" de titular a un muy buen suplente de un Ala-pívot más completo.



Junto con la renovación de Josh es importante que se vuelva a firmar a un Chris Douglas-Roberts que cumple esa misma función de "glue-guy" y que en las series contra Miami lo hizo francamente bien. Jugador de equipo, nada egoísta y que probablemente cobre como máximo 4 millones por 2 años, lo lógico es que renueve. Del resto el único con opciones es Anthony Tolliver, empleado a lo largo de buena parte de la "Regular Season" como espaciador del campo merced a su buena mano desde la línea de tres. Ridnour y Pargo han decepcionado y se marcharán del equipo.

LOS RECURSOS DISPONIBLES:

Charlotte tiene una ronda perteneciente a los Pistons, protegida hasta el Top-8 este año. Tras el reciente sorteo la fortuna ha querido sonreír a los nuevos Hornets y podrán acudir al draft con ese número 9 procedente de los de Detroit y con las elecciones 24 (por parte de los Trail Blazers) y 45 (segunda ronda, en función de su clasificación). Más abajo exploraremos las opciones disponibles para mejorar el equipo.

En lo referente a los jugadores la plantilla es bastante joven y tiene amplio margen de mejora. Kemba Walker acaba de cumplir 24 años, Kidd-Gilchrist solo tiene 20, uno menos que Cody Zeller, que nació el mismo año (1992) que Biyombo. Henderson (26), McRoberts (27) y Al Jefferson (29) son los "veteranos" entre los jugadores relevantes, y por ello lo lógico es pensar que MKG, Zeller, Walker y Biyombo aún puedan seguir mejorando, mientras que a la gran estrella aún le quedan, como mínimo, tres años de plenitud de condiciones. Por esta parte Charlotte no debe tener problemas, puesto que Zeller ya ha mostrado claros síntomas de mejoría y Kidd-Gilchrist tendrá otro verano para entrenar con Mark Price en lanzamientos a canasta.
Por último nos fijaremos en la masa salarial disponible. Con las renovaciones arriba mencionadas el presupuesto de los Hornets se quedaría en aproximadamente 15 millones para poder atraer a agentes libres, de lo que habría que descontar los posibles salarios pagados a los "rookies" si esas rondas no se traspasan. La ventaja de contar con este amplio margen de maniobra es que permite atraer a un buen jugador (Este verano el gran caramelo que podrían perseguir es Lance Stephenson) y además tener la flexibilidad para absorber un mal contrato a cambio de elementos valiosos una vez empezada la temporada y definidos los objetivos de los equipos.



En la parte mala de esta, a priori, buena situación económica está el factor de las renovaciones de un jugador clave como Kemba Walker y al año siguiente la de Michael Kidd-Gilchrist. Moviéndonos en los baremos de jugadores como Mike Conley, Ty Lawson o Jeff Teague, entre los que podríamos situar a Kemba, diríamos que el ex de UConn probablemente cobre entre 32 y 36 millones por 4 años. Por su parte el alero recibirá un sueldo mayor o menor en función de su desarrollo este verano y el curso que viene, aunque con una pequeña mejoría en el tiro se convertiría en una pieza aún más imprescindible para el conjunto (su defensa es un activo valiosísimo para los artistas antes conocidos como Bobcats)

PLANES DE FUTURO:

En esta parte del artículo se expondrá la vía que, a juicio del escritor, sería la mejor para el futuro de los Hornets. Tal y como se ha dicho anteriormente se anima a criticarla o elogiarla o a proponer visiones alternativas en los comentarios (probablemente mucho más acertadas que esta).

La idea básica es no romper la dinámica del grupo, la fuerza del vestuario (un factor clave, como se puede apreciar en las fotos, carteles promocionales y declaraciones de cuerpo técnico y componentes de la plantilla) ni entramparse en peligrosos contratos de arriesgado futuro. La principal necesidad del equipo, aparte de un base suplente , es un escolta que sepa tirar desde la línea de 3, puesto que Gerald Henderson abusa de las penetraciones y, sobre todo, de los "fade aways", lo que ha propiciado que algunos fans lo llamen "Hobe" (en clara referencia al escolta de los Lakers). Aquí es donde entraría en juego un hombre que da este perfil, que termina contrato a la par que Al Jefferson y que aún tiene 28 años: Arron Afflalo.



El escolta de los Magic juega en la misma posición que el recientemente drafteado Víctor Oladipo, pieza clave del futuro de los de Orlando, y se va a encontrar en una franquicia que seguirá caminando por la senda de la reconstrucción merced a las dos elecciones en el Draft (El 4 y la 12) que tendrán disponibles este verano. El ex de Nuggets y Pistons no entra en los planes de futuro y ya sonó para ser traspasado a medida que completaba su mejor año profesional, llegando a soñar con el All-Star. Sin embargo se quedó y la lógica dicta que los Magic lo traspasarán para obtener un rédito y liberar algo más de masa salarial.

¿Qué pueden ofrecer los Bobcats? Dado que Orlando puede cortar a Jameer Nelson y ver aliviadas sus arcas necesitan un contrato ligero y de pronta terminación para cuadrar las cuentas. De esta manera Gary Neal y la ronda de Portland podrían parecer un muy buen precio por el escolta, toda vez que los de Florida se asegurarían tres elecciones, espacio y un tutor veterano al que no le importaría jugar menos minutos para ayudar a Oladipo y los futuros rookies. Moviéndonos en un plano más realista lo más probable es que otros jugadores como Biyombo (en el que Clifford no parece confiar) pudieran acabar involucrados, al igual que otros miembros de la franquicia de los Magic, pero el traspaso aquí propuesto, a mi juicio, resulta beneficioso para ambas partes y permitiría a los Hornets cimentar su ascenso en el Este.

Con Afflalo en el equipo llegaría el momento de, con los 10 millones libres que quedarían, rastrear el mercado en busca de un base suplente. Una rápida mirada al mercado nos hace descartar a Lowry o Bledsoe, pero trae interesantes opciones como Vásquez o Ramon Sessions, que ha declarado que no le importaría regresar a Charlotte, de donde fue traspasado el día del "Trade Deadline" rumbo a Milwaukee. Con cualquiera de los dos los Hornets añadirían "punch" a su segunda unidad, a la que se desplazaría Henderson junto con Cody Zeller, Douglas-Roberts y Biyombo, dejando a Walker, Afflalo, MKG, McRoberts y Al Jefferson en el quinteto inicial.

Considero que este es un equipo suficiente para, con la progresión incluida de los jóvenes, la mayor química y sin que medien lesiones graves, llegar a las 50 victorias en el Este y seguir escalando posiciones en la lucha de los Charlotte por ganarse el respeto de la Liga. Debemos añadir, además, la presencia de ese número 9 del Draft de 2014, que abre la ventana a toda otra serie de posibilidades. Por ejemplo: aún imaginando que se realizan los traspasos aquí mencionados quedaría disponible con esa elección algún buen jugador para añadir a la plantilla.


¿Quién sería ese futuro integrante de los Hornets? Si bien algunos "mocks" apuntan a Aaron Gordon o Noah Vonleh (si llegan al número 9) los rumores apuntan a Doug McDermott, James Young o Nik Stauskas para cubrir ese puesto de "2" (con ciertas dudas en el caso del primero). Si tal fuese el caso entonces el traspaso por Afflalo pedería el sentido y lo lógico sería que esa ronda de Blazers se dedicara a la búsqueda o bien de un base suplente o traspasada en pos de un peor contrato que añadiera calidad al banquillo, dejando un posible quinteto titular formado por Kemba-Young-MKG-McRoberts-Jefferson, con otro refuerzo para la segunda unidad y muchos millones de espacio libre. Las posibilidades ahora mismo son inmensas.



martes, 29 de abril de 2014

Los Miami avanzan a semifinales finiquitando a los Bobcats (4-0)

Los Charlotte Bobcats se despiden de los Playoffs tras perder en el cuarto partido contra Miami, sin haber sido capaces de sobreponerse a la mayor calidad de los Heat y las lesiones que han lastrado sus esfuerzos en esta parte de la temporada. 109-98 para finiquitar la 2013-2014 en el último encuentro disputado por los Bobcats, en breve Hornets.

Comenzó el partido con la noticia de que Al Jefferson se quedaría sentado en el banquillo sin ni siquiera ponerse el uniforme dada la lesión sufrida en el primer partido de la serie y que le ha venido lastrando durante los siguientes. En su lugar realizaba el salto inicial un Bismarck Biyombo que no desentonó en el apartado defensivo (su especialidad), al contrario de lo hecho por Cody Zeller que ha decepcionado durante los cuatro encuentros. Tampoco hubo mucha más historia en un primer cuarto consistente en un intercambio de canastas entre ambos equipos con un protagonista: Kemba Walker, que recuperó sensaciones y se fue al final de los 12 minutos con 10 puntos, bien acompañado de Gerald Henderson y con los Cats lastrados por varias decisiones arbitrales discutibles.

En el segundo el intercambio siguió, sin que ninguno de los equipos lograra ponerse claramente por delante, y terminando con un 54-52 merced a un robo de Kemba y una bandeja de Michael Kidd-Gilchrist, si bien el mejor de los de Carolina del Norte fue un Gary Neal bastante acertado desde el banquillo. En los Heat LeBron dirigió las operaciones y sería también protagonista en el tercer período, cuando comenzó su recital de asistencias, contraataques y canastas de todas las formas posibles, bien secundado por James Jones, Chris Bosh y Andersen para anotar triples e intimidar en el juego interior.

15 fueron los puntos anotados por los Heat tras pérdidas de balón de un equipo que había logrado limitar sensiblemente esa faceta del juego de los vigentes campeones durante la primera parte. La desesperación provocada por el cortocircuito del sistema ofensivo, en el que solo respondían Kemba y Douglas Roberts (Con Henderson y Zeller desaparecidos), provocó que se terminara con un triplazo de Norris Cole tras asistencia del vigente MVP (Quién sabe si por poco tiempo) y un 84-71 que parecía romper el partido y la serie.

Y LeBron y Kemba siguieron reclamando protagonismo en el último cuarto, primero retándose a triples y luego siendo los líderes de sus equipos para que el marcador se mantuviera a la misma distancia, prácticamente, hasta que un par de buenas jugadas de los de Charlotte los ponía a 7 de distancia. Sin embargo ahí fue donde surgió Chris Bosh para meter dos canastas decisivas y ver cómo James volvía a anotar, llevar el partido a 11 y finiquitarlo. Tras eso un par de canastas más y un marcador final de 109-98 que certificaba el pase de los Heat a las semifinales de conferencia y la eliminación de los Charlotte Bobcats en su segunda participación en Playoffs de su historia, segunda derrota por 4-0 y último partido jugado con esta denominación, pues a partir de la temporada que viene pasarán a ser los Hornets.


Las dos grandes estrellas han sido sin duda LeBron, absoluto dominador en todo momento con 31 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes, amén de su aparición en todos los instantes decisivos, y Kemba Walker, que por fin ha respondido con 29 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. Tras ellos aparecieron jugadores como Chris Bosh con 17 tantos, Wade con 15 y los dos bases de Miami en la decena (James Jones se quedó en 9 pero con tres triples decisivos). Por parte de los Bobcats Gary Neal aportó 16 puntos desde el banquillo, 14 para Chris Douglas Roberts, 10 y 10 rebotes y 5 asistencias para McRoberts y, destacado por ser su primera aparición en Playoffs por la lesión de Big Al, los 7 puntos y 8 rebotes de Bismarck Biyombo.

lunes, 28 de abril de 2014

Al Jefferson no jugará el Game 5

Malas noticias para el equipo que dirige Steve Clifford que no podrá contar con máximo referente, el ala-pivot Al Jefferson por la lesión que le ha vuelto a dar guerra y le obliga a parar tras jugar mermado.

Foto via winnipegfreepress
Concretamente, el norteamericano no juega por culpa de una fascitis plantar con el que lleva arrastrando en la Primera Ronda ante los Miami Heat (donde van 3-0 favorable a los de Florida). Como ha adelantado su entrenador, si estuvieran en Liga Regular, probablemente Jefferson no jugaría durante 2-3 meses.

Veremos si podrá jugar en lo que resta de serie, que deja mermado al equipo totalmente al ser el referente del equipo en la pintura tanto en ataque como en defensa. 

Su sustituto para el cuarto partido en el Quinteto Titular será Bismack Biyombo que tratará de parar a Chris Bosh.


domingo, 20 de abril de 2014

Lebron James supera a Larry Bird

Los campeones han empezado la defensa del título y lo han hecho con victoria ante los Bobcats. Larry Bird sabía que en estos Playoffs perdería la condición de octavo máximo anotador de la historia de los Playoffs por culpa de Lebron James y así ha sido.

Foto: NBA

El alero de los Heat hizo un gran partido y acabó con 27 puntos, que le sirvieron para superar a Larry Bird y convertirse en el octavo máximo anotador de la historia de los Playoffs, un hito histórico. Lebron acumula 3871 puntos. 

Si el guión es el previsto, Miami podría llegar hasta las finales de conferencia e incluso a unas finales, por lo que Lebron James podría aumentar sus números de forma abrumadora. 


 
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