Podría ser el calco de la final olímpica cuatro años atrás, cuando Estados Unidos se impuso 118-107 a España, sin embargo, la final de Londres 2012 tuvo otra serie de alicientes que no tuvo el partido de Beijing. En esta ocasión, el O2 arena se vestía de gala para volver a asistir a la reedición de la final olímpica, quizás en el cómputo global de los Juegos Olímpicos, España no había sido tan superior al resto como lo fue en Beijing hasta llegar a la final, pero sí fue eficaz y supo ser un equipo cargado de experiencia y talento en los momentos importantes.
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Tras una primera fase muy irregular, donde el combinado de Sergio Scariolo tuvo la suerte de terminar tercero tras caer ante Rusia y Brasil en los dos últimos encuentros de la primera fase, España supo jugar a su juego, sabiendo sufrir en cada pelota hasta llegar a la final. Las derrotas ante Rusia y Brasil sirvieron al equipo español para despertar de un letargo en el que estaban sumidos desde que comenzó el torneo. España había vencido a China (97-81) y a Australia (82-70) sin deslumbrar. Después vino el partido ante Reino Unido. El equipo anfitrión, tremendamente inferior al español, supo llevar a los de Scariolo al límite y España pudo ganar 79-78 tras un último cuarto infame donde se perdió 19-30 con superlativo Luol Deng. Luego llegaron las derrotas 74-77 ante Rusia y 82-88 ante Brasil. La buena primera fase de estas dos selecciones permitió a España ser tercera y evitar el temido cruce con Estados Unidos antes de tiempo.
España se vio las caras con Francia en cuartos de final, en el famoso encuentro del puñetazo de Nicolas Batum a Navarro. El combinado nacional supo sufrir y terminar venciendo 66-59. En semifinales llegó Rusia, de quien España se deshizo 67-59 gracias a una segunda parte espectacular con parcial 47-28 para los nuestros.
Estados Unidos por el contrario había avasallado a sus rivales. En la primera parte fueron victimas suyas Francia (98-71), Túnez (110-63), Nigeria (156-73), en un partido donde el combinado de Coach K rompió el récord de diferencia en unos Juegos Olímpicos tras ganar a los africanos por 83 puntos. Después vino el susto con Lituania, a quien vencieron 99-94 y a Argentina (126-97).
En cuarto de final fueron los Australianos quieren sufrieron a los americanos (119-86) y Argentina en semifinales de nuevo (109-83).
Así, el 12 de agosto de 2012, España y Estados Unidos se volvían a citar en una final olímpica.
Y España volvió a acertar en el planteamiento del partido ante los norteamericanos. España incluso llevó el partido más al límite que en Beijing. Un ritmo frenético desde el minuto 1 que no paro en los 40 de juego.
A pesar de llegar con hombres tocados, España se sacó de encima todos los complejos -una vez más- y las dudas que había generado durante el torneo para, con Juan Carlos Navarro a la cabeza, plantar cara al equipo invencible. El capitán de la selección es el mejor ejemplo de "lavado de cara" que supuso la final olímpica. La Bomba llegaba a la final con un 6/18 en triples durante el torneo, un pobre porcentaje para uno de los mejores lanzadores de la historia de Europa. Navarro terminó el primer cuarto con 3/3 desde el perímetro.
España supo cubrir los defectos que había tenido en Beijing y que habían provocado rentas de 14 puntos en los americanos. En la final de Londres, salvo Kevin Durant en el segundo cuarto, ningún jugador americano pudo disfrutar como quisiera de la final. Precisamente Durant (que terminó con un 7/10 desde el perímetro la final y se convirtió en el segundo hombre en la historia en anotar 30 puntos en una final olímpica) llevó al marcador la ventaja de 35-27 a favor norteamericana.
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Sin embargo, España a base de rebote y de transiciones rápidas (principales armas americanas) conseguía agarrarse al partido y llegar al descanso 59-58 abajo. Quedaban 20 minutos para tratar de logar un sueño ¿imposible?
Posiblemente el momento de partido donde tanto aficionados como jugadores más se creyeron ese milagro fue durante el tercer cuarto, cuando Pau Gasol comenzó a repartir una exhibición de juego yéndose hasta los 15 puntos anotador durante este cuarto.
Muestra del resultado tan apretado (83-82 al final del tercer cuarto) está en los nervios de ambos equipos durante el último cuarto. Tanto españoles como americanos fallaron los tiros que habían entrado durante todo el partido, con la única salvedad que Estados Unidos pudo 'anotar alguno más'.
Con apenas tres minutos por jugar, Estados Unidos vencía 97-91 con balón para España, pero el error de Pau Gasol y la canasta americana dejaron el partido a punto de caramelo para los de Coach K.
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Estados Unidos volvía a ser demasiado para una Selección Española que se había vaciado y había llevado al límite al equipo invencible.
El último minuto sirvió para que Sergio Scariolo diera entrada a Víctor Sada, Fernando San Emeterio y Víctor Claver, los tres integrantes del equipo español que no habían disputado ningún minuto en la final.
Fue el premio al trabajo del equipo. El premio de conseguir otra medalla de plata y el premio de haber vuelto a ofrecer al mundo una cara que únicamente este equipo ha podido ofrecer ante Estados Unidos. España ha conseguido durante dos ciclos olímpicos ser la sombra de un equipo que ha necesitado llevar lo mejor que tenía en la NBA para poder vencer a nuestro particular Dream Team.
El resultado final de 107-100 favorable a Estados Unidos refleja la igualdad del encuentro. Fue una final preciosa. Fue un sueño casi hecho realidad. Fue la derrota más alegre del baloncesto, porque España consiguió, de nuevo, el respeto que solo se le otorgan a los más grandes de cada deporte.
107 - Estados Unidos (35+24+24+24): Chandler (2), Durant (30), James (19), Bryant (17) y Paul (11) -quinteto inicial- Westbrook (3), Williams (6), Iguodala (0), Love (9), Harden (2), Davis (0) y Anthony (8).
100 - España (27+31+24+18): Pau Gasol (24), Rudy Fernández (14), Navarro (21), Calderón (0) y Marc Gasol (17) -quinteto inicial- Sergio Rodríguez (7), Reyes (0), San Emeterio (0), Llull (5), Claver (0), Sada (0) e Ibaka (12).