Con el Eurobasket de Eslovenia en el horizonte, somos muchos los aficionados al baloncesto que esperamos con ansia el comienzo de la cita. Por mucho que la retahíla de amistosos de las distintas selecciones participantes intenten quitarnos el mono, no parece suficiente.
Es por ello, por lo que desde Sentimiento Amarillo y Naranja hemos querido con una serie de trabajos, amenizaros la espera lo máximo posible. En este caso, que mejor manera de esperar al inicio de una competición de este calibre que conocer un poco sus orígenes.
Se jugaba al aire libre. (Foto: La Opinión de Málaga) |
El 2 de mayo de 1935, por primera vez en la historia, 10 países del viejo continente tendrían la oportunidad de enfrentarse unas a otras sobre el parquet. Se había conseguido que el baloncesto se convirtiera en olímpico de cara a los JJOO de Berlín de 1936, por lo que se quería organizar un evento, que de una manera u otra, ayudara a preparar la cita.
Esta competición primeriza, organizada por una joven FIBA (creada en 1932), tendría lugar en Ginebra, con Checoslovaquia, Letonia, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Francia, Bélgica, Italia y por último España, quien se había clasificado en una ronda preliminar ante Portugal.
Una selección española, que estaría compuesta por Pedro y Emilio Alonso, Rafael Ruano, Rafael Martín, Armando Maunier, Fernando Muscat, y Juan Carlos Carbonell, quienes estaban a las órdenes de uno de los considerados precursores de nuestro baloncesto, Mariano Mannet.
Un encuentro, que resultó no menos que curioso, ya que además de ser celebrado en Madrid, fue arbitrado por Mariano Mannet, seleccionador español. Pese a que esto puede sonar sospechoso, la actuación del colegiado y a su vez entrenador fue alabada por ambos a la salida de los vestuarios.
El formato de la cita distaba mucho del que es hoy en día. De manera arbitraria, los diferentes combinados se enfrentaban entre sí. De esta manera, tres de los cinco vencedores pasaban de manera inmediata, mientras que dos de ellos se tendrían que enfrentar en un partido de desempate, que acabó enfrentando a Italia y a Suiza, enfrentamiento que finalizó con victoria del país anfitrión.
--> Los hermanos Alonso, jugadores clave en el combinado nacional
(foto: Solobasket/Mundo Deportivo)
1ªRonda:
España | 25 - 17 | Bélgica |
Letonia | 46 - 12 | Hungría |
Checoslovaquia | 23 - 21 | Francia |
Italia | 42 - 23 | Bulgaria |
Suiza | 42 - 9 | Rumania |
Partido de desempate | ||
Suiza | 27 - 17 | Italia |
Así pues, los chicos de Mariano Mannet estaban en semifinales, donde tenían ante sí uno de los favoritos del torneo, que no era otra que la todopoderosa Checoslovaquia, a la que contra todo pronóstico, acabamos derrotando. El gran inicio español y el desparpajo con el que se jugó durante todo el encuentro acabaron siendo claves en el devenir del mismo.
(Foto: guioteca.com) |
Por otro lado, Letonia había certificado también su pase a la final después de superar con contundencia a Suiza. Para sorpresa de los presentes, Letonia se había erigido como una de las sensaciones del torneo. Aunque no queremos adelantar acontecimientos, mucho se hablaría después del combinado letón.
Semifinales:
Letonia | 28 - 19 | Suiza |
España | 21 - 17 | Checoslovaquia |
Llegó el gran día, 5 de mayo de 1935. En el Palacio de Congresos de Ginebra iban a ser testigos del primer campeón del Eurobasket, España o Letonia, una de estas dos selecciones iba a hacerse con la corona europea. Enfrente teníamos a Letonia, equipo del que poco después conoceríamos la razón de su poderío. Por increíble que suene, este equipo se había visto beneficiado de los conocimientos baloncestísticos que habían adquirido de aquellos marineros americanos que llegaban a los Países Bálticos en los barcos mercantiles, razón más que factible por la que se podía asegurar que practicaban el mejor baloncesto de la competición, lo que pronto se iba a ver reflejado.
El combinado español con el diploma. (Foto: Mundo Deportivo / Solobasket) |
Independientemente del pundonor y la valentía mostrada en la cancha, la selección española caía derrotada por un 24-18 que nos dejaba con la miel en los labios, sí, pero con una 'medalla de plata' (ya que aún no se entregaban medallas, sino un diploma acreditativo) que bien les valdría más tarde para ganarse el apelativo de 'Héroes de Ginebra'. Por si fuera poco, Rafael Martín sería proclamado jugador más valioso del torneo, lo que daba una idea del impacto provocado por nuestra selección.
Un éxito, que por aquella época, no tuvo apenas repercusión alguna en España, y que años más tarde sería recordado como una de las mayores gestas del deporte español. Porque bien es cierto que hacen ya casi 80 años de la gesta, pero aunque ahora tengamos la suerte de estar disfrutando de la generación baloncestística de la que gozamos sino fuera por aquellos pioneros que en los prelegómenos de una cruenta Guerra Civil, conseguirían el primer éxito del baloncesto español.
**Agradecimientos a Mundo Deportivo y Solobasket.