La igualdad promete ser la nota
dominante en una PAC-12 que volverá a torturarnos con sus infumables horarios
tanto como nos deleita con un baloncesto de primer nivel.
Foto vía calbears |
Por primera vez en mucho tiempo, la supremacía
que lleva ejerciendo Arizona en la conferencia durante varios años parece
seriamente amenazada. Los Wildcats afrontan la temporada sin piezas clave del
curso pasado como TJ McConnell, alma y cerebro del conjunto de Tucson hasta la
anterior campaña, o Brandon Ashley, Stanley Johnson y Rondae Hollis-Jefferson,
que aportaban un punto físico del que carecerán (en comparación con equipos de
Arizona recientes) esta temporada. La
falta de tiro exterior, de un playmaker
de garantías y el tener que otorgar el papel de líder a un Allonzo Trier que no
parece el mejor freshman para echarse
a un conjunto tan potente a la espalda son debilidades suficientes como para dudar
del college de Tucson. Sin embargo,
la capacidad de armar bloques sólidos de Sean Miller y la incorporación al
equipo del transfer Ryan Anderson
para desempeñar el antiguo rol de Brandon Ashley invita a pensar que seguirán
siendo el rival a batir.
Opositando al trono de Arizona
espera estar una California con la que se han disparado las expectativas tras
los recruits de Jaylen Brown e Ivan
Rabb. Pese al hype desatado por los
dos freshmen, Tyrone Wallace será el
punto álgido de la una ecuación en la que Jordan Mathews y Jabari Bird deberán
ser factores importantes para los Golden Bears. De la gestión de Cuonzo Martin
dependerá que el ambicioso reto que se marcan en California pueda ser cumplido
y no devorado por la esperanza depositada en un grupo que derrocha talento.
A la caza de los dos colosos
ubicamos a una Oregon con mimbres para hacer algo grande tanto en el backourt (Dylan Ennis-Tyler Dorsey) como
en el frontcourt (Elgin Cook-Dillon
Brooks-Jordan Bell). Mejores y más compensados recursos de los que disfrutará
Dana Altman para seguir haciendo de los Ducks un equipo para el disfrute. Por
otro lado, sus vecinos de Oregon State se encuentran ante la oportunidad de dar
el paso definitivo hacia el Madness. La columna vertebral de los Beavers se mantiene
intacta, destacando por encima de todos un all-around player como Gary Payton II, que buscará seguir la estela de su legendario
progenitor para dejar su impronta en los anales de historia del programa. Con
la solidez y la sobriedad como puntos clave, Wayne Tinkle busca un premio que
reconozca la majestuosidad de su obra. No menos potencial atesoran los Runnin´ Utes de Utah, que con un Jakob Poetl que es carne de lottery pick y
Jordan Loveridge como estiletes intentarán que la dura transición post-Delon
Wright sea lo más leve posible.
Foto vía bleachereport |
De quien no se espera demasiado
es de UCLA, a quien los saltos al profesionalismo de sus puntales vuelven a
mermar. Bryce Alford deberá ser un primer espalda consistente en un año de ahora
o nunca para Tony Parker. Repetir presencia en el gran baile estará caro para
unos Bruins que de lograrlo
encumbrarán la labor de Steve Alford. A su vez, asistiremos al primer año de
Bobby Hurley en el banquillo de Arizona State, que llega tras completar un
ciclo prodigioso en Buffalo.
El fondo de la PAC-12 será, a
priori, el lugar donde encontrar a USC, Washington State, Washington, Colorado
o Stanford. Mientras en los Trojans podemos asistir a la campaña que sentencie
a un Andy Enfield al que se le agota el crédito, los Cougars tendrán como premisa volver a
dar el do de pecho en un nuevo ejercicio de exprimir recursos limitados de
Ernie Kent. Por su parte, se espera poco o nada de Colorado, Washington o una
Stanford en clara regresión tras las marchas de Anthony Brown y Chasson Randle.
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