Con la humildad por bandera, el CB Canarias quiere dejar atrás el cartel de sorpresa para consagrarse como una realidad. Una temporada más, los de Alejandro Martínez demostraron que más allá de los grandes nombres se encuentra la ilusión y el trabajo, pero sobre todo, que la valentía y el arrojo para apostar por un juego alegre y desenfrenado tiene su recompensa.
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Si bien puestos los pies en la tierra el objetivo será acomodarse en la zona media de la clasificación, los tinerfeños optarán una vez más por no ponerse techo e ir donde la osadía y el tesón les lleve. Para ello, Alejandro Martínez irá con lo puesto, con la pluralidad y labor coral como señas de identidad de un grupo donde Ricardo Uriz, Nicolas Richotti, Saúl Blanco, Luke Sikma o Blagota Sekulic serán algunas de las cabezas visibles de un grupo que si bien ha cambiado poco, lo ha hecho a mejor.
Bases: Ricardo Uriz y Rodrigo San Miguel
En el culmen de madurez, Ricardo Uriz volverá a comandar las operaciones de los canarios. Como baluarte del control, será el avezado timonel encargado de liderar y dar pie a la pluralidad y dinamismo. En sus tareas de facilitador le acompañará este año Rodrigo San Miguel, que ya asentado en la liga, será quien encarne la creatividad e imponga el compás para contrarrestar a su compañero y conformar una de las parejas más sólidas de la liga.
Escoltas: Nicolás Richotti y Jaime Heras
Sinónimo de intensidad y energía, Nicolás Richotti se ha erigido como el motor del equipo. Su baja estatura no le ha impedido ser un auténtico quebradero de cabeza para el rival, siendo omnipresente en ambos lados de la cancha y convirtiéndose en el ente desequilibrante de los suyos. Impulsor del vertiginoso ritmo de los suyos, contará con un compañero curtido en mil batallas como Jaime Heras, cuyo rol secundario no debe eclipsar su valioso trabajo atrás, así como su voluntad para hacer el trabajo sucio siempre que sea necesario.
Aleros: Saúl Blanco, Javier Beirán y Levi Rost
Tanto su versatilidad como su amplio arsenal ofensivo convierten a Saúl Blanco no sólo en un anotador prolífico sino en una de las puntas de lanza de los tinerfeños. Será el máximo exponente en ataque y su desparpajo volverá a ser diferencial a la hora de asumir galones y centrar la atención de las defensas rivales. Su complemento ideal será Javier Beirán, que cambia se isla para aportar equilibrio y abrir el campo para un equipo cuyo sustento radica en la creación de espacios. Su lanzamiento exterior será clave para acentuar la amenaza ofensiva colectiva, así como lo será el estado físico de un Levi Rost, cuya polivalencia para jugar de '4' e inteligencia en pista pueden ser determinantes desde el banquillo.
Ala-pívots: Luke Sikma y Fotis Lampropoulos
Dejó de lado los cantos de sirena de otros grandes para proseguir con su misión en la isla. Consagrado como una de las sorpresas más agradables de la pasada temporada, Luke Sikma será uno de los puntales de este equipo. Su cóctel de garra y talento bajo los aros, así como un instinto reboteador temible le hacen diferencial, por lo que no cabe sino esperar una mejora que lo coloque en la élite de los hombres grandes. Una vez recuperado, Fotis Lampropoulos será uno de los ejes del bloque. No necesita protagonismo para demostrar su impagable trabajo, aprovechando la atención en otros jugadores para ser un compañero de faenas inmejorable en la pintura y cumplir con lo que se le pida.
Pívots: Blagota Sekulic y Michalis Tsairelis
Blagota Sekulic ha demostrado que La Laguna no fue su trampolín, sino su casa. Su increíble primera parte de la temporada le valió para ser reclutado por el mismísimo Zeljko Obradovic, pero su cometido ahora es distinto al de Estambul. Ser el buque insignia de un equipo siempre ávido de nuevos derroteros, que se encomendará a su repertorio para una amenaza constante siempre que se encuentre en los aledaños de la canasta. Su excelso toque y definición bien podrá compensarse con las alternativas que proporciona Michalis Tsairelis. Capaz de jugar tanto de espaldas como de cara al aro, apuntala el puzzle en la pintura como complemento de cualquier interior, siendo su rapidez y su buena mano la que le convierten en un aditivo de lujo para consolidar aún más si cabe una zona imponente.
Con el Santiago Marín como baluarte, el Iberostar Tenerife no se pone límites e irá allá donde le conduzca su ilusión. Fieles a su seña de identidad, los aurinegros auguran espectáculo y emoción a partes iguales. Y para ello, Alejandro Martínez será el guía para afrontar un desafío donde pase lo que pase, el grupo siempre irá por delante.
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