La Final Four de la Euroliga marca la cumbre de la temporada baloncestística en Europa, es el título más importante del baloncesto a nivel continental y, tras las Finales de la NBA, el más prestigioso a nivel mundial, dando cita a los cuatro mejores equipos del continente. En esta previa pasaremos a analizar brevemente a los cuatro contendientes y los distintos emparejamientos en esta Final a Cuatro de Londres.
CSKA de Moscú - Olimpiakos del Pireo (18:00 CET).
El primer partido lo disputarán el CSKA de Moscú de Ettore Messina, al que muchos dan como favorito, y el Olimpiakos del Pireo, el mítico equipo griego de la zona portuaria ateniense y el vigente campeón de la Euroliga, entrenado por Georgios Bartztokas, un entrenador muy reconocido en el baloncesto griego. El principal aliciente del partido, amén de que es una semifinal de Euroliga, es que reedita la final del año pasado, en la que, en un partido muy trabado y defensivo, el Olimpiakos consiguió remontar diecinueve puntos y llevarse el título por solo uno (61-62).
El CSKA parte como claro favorito, no solo del emparejamiento de semifinales sino también de la Final Four: el antiguo equipo del Ejército Rojo ha demostrado una solidez defensiva como pocas en Europa, su juego táctico de Messina es impecable, ofensivamente es un equipo muy destacado, ha dominado con facilidad en todas las rondas precedentes y cuenta con pesos pesados en el baloncesto europeo como el base Milos Teodosic, probablemente el mejor organizador de juego de Europa, con Viktor Khryapa, Sonny Weems, ex jugador de los Raptors, Nenad Krstic, uno de los mejores interiores del continente, con veteranos como Theodoros Papaloukas... Y con un banquillo profundo, muy capacitado para suplir a los titulares con efectividad. Es, en resumen, un equipo muy fuerte que, jugando con seriedad y orden, tiene pocos rivales en Europa.
El equipo griego tampoco es poca cosa: un entrenador con mucha experiencia en el baloncesto de su país, una plantilla esencialmente griega, bien compenetrada y muy capacitada, destancando clásicos del baloncesto heleno como Vassilis Spanoulis, un excelente y muy versátil escolta, así como Kostas Papanikolau, la Estrella Emergente de la Euroliga esta temporada y la mayor promesa de un baloncesto siempre importante como es el griego. Tampoco la pintura del Olimpiakos es poca cosa: Hines, Powell y Shermadini tratarán de poner las cosas difíciles, con especial atención a la defensa, al juego interior del CSKA, baluarte ruso cuando a la artillería exterior se le moja la pólvora.
FC Barcelona Regal - Real Madrid (21:00 CET)
Duelo de equipos españoles en esta Final Four, que promete mucha emoción y, sin duda, también tensión y espectáculo. El Madrid, dominador en la competición regular nacional, buscará vengarse de la amarga derrota en la Copa del Rey, en la que un Barcelona Regal en horas bajas supo imponer su juego pragmático al efectismo y los fuegos artificiales de los hombres de Pablo Laso, que partían como claros favoritos.
El Barcelona no parte tampoco esta vez como favorito de la eliminatoria: con Jawai con una fascitis plantar que podría impedirle jugar, Mickeal fuera toda la temporada y Navarro y Wallace con problemas durante los últimos días, el equipo de Xavi Pascual no llega desde luego en su mejor momento a nivel físico y, si bien ha conseguido remontar posiciones en la Liga Endesa, sigue sin ser el equipo de siempre. Sin embargo, el baloncesto correoso y tácticamente muy planificado del equipo catalán, que algunos aficionados y medios califican de "aburrido" y "poco centrado en el espectáculo" minimiza las bajas, especialmente si estas tienen más que ver con el juego ofensivo, como es el caso de Mickeal. Sabiendo qué equipo tiene delante, el Barcelona saldrá a ganar, con todo organizado y muy centrado en hacer su trabajo, lo que podría ser la clave contra un equipo que tiende a la desorganización en momentos muy concretos del partido. Jugadores como Tomic, la principal baza para imponerse a la pintura madridista como ya hiciera en la Copa, maximizarán su importancia ante las bajas exteriores y la posible de Jawai, cuyo peso defensivo es importante pese a no ser el esperado.
El Real Madrid ha completado una temporada excelente a nivel nacional y, a nivel europeo y pese a la irregularidad inicial, llegar a la Final Four no es poco. Sus credenciales son un juego rápido, ofensivo, entretenido y muy atractivo de ver, algo poco frecuente en el continente desde que el Limoges de Maljkovic ganará la Copa de Europa en 1993, año que marcó un viraje netamente defensivo en el seno del baloncesto europeo. El juego exterior es su principal baza: Carroll, Llull y Rudy Fernández son pura dinamita, Carlos Suárez es capaz de tirar de tres, y Sergio Rodríguez ha erigido en el timón del equipo en detrimento del ya mencionado Sergi Llull, cuya vocación netamente ofensiva lo aleja de la organización del juego. Tampoco se debería perder de vista a Mirotic, que podría marcar la diferencia con su juego dentro-fuera y esa versatilidad que lo convierte en una rara avis del baloncesto. Las debilidades del Real Madrid son dos: el juego interior y la desorganización. Los cuatro interiores que tiene el Madrid (Begic, Slaughter, Reyes y, a ratos, Nikola Mirotic), tres no se destacan en ataque y dos de ellos flojean en defensa, por lo que una pintura con un hombre alto técnico (adivinen quién) podría aprovecharse de la situación y hacer una auténtica masacre dentro. La desorganización, el segundo problema del Madrid, surge cuando Llull juega de uno y Carroll o Fernández de dos, dejando al tres sin balón ni posición y a los interiores mendigando la pelota, que suelte terminar saliendo de las manos de los exteriores por detrás de la línea. Corriegiendo el problema con Rodríguez o Draper en pista el Madrid pierde tiro exterior, algo que los de Laso no se pueden permitir demasiado debido a sus problemas ofensivos en el juego interior.
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