Este verano llegaba a Málaga un jugador que siempre está en todos los debates. Primero por exceso de peso, luego por su baloncesto. Se podría decir que o cae genial o se le odia. O se le idolatra o se le critica.
Foto: cope.es |
El fichaje de Marcus Williams fue una de las bombas de este verano. Un jugador con mucha calidad pero un comportamiento díscolo, poco trabajador y que se cuida poco.
Muchos dudaron, por estos aspectos, de su fichaje. Por suerte para Unicaja, cuando empezó la temporada, los temores y dudas se disiparon. Sin embargo, el debate de si es un jugador beneficioso sigue estando en el ambiente. Muchos creen que es uno de los jugadores con más talentos para decidir encuentros desde la marcha de Marcus Brown. Otros, los detractores, creen que es prepotente y egocéntrico, y solo piensa en el ataque.
Williams es capaz de hacer que Unicaja pierda una ventaja de cinco puntos en los últimos instantes como contra el Barcelona Regal y meter el triple en ese mismo partido que le dé la victoria a los malagueños. Por tanto, Williams pudo ser tildado de villano, pero terminó siendo héroe.
Hemos visto, a lo largo de la temporada, las dos facetas del base. En unos momentos más individualista y en otro más participativo. Cuando saca la faceta individualista, Unicaja acostumbra a perder.
Pero la realidad es que semana tras semana, Repesa está llevando por buen camino al base, que está siendo más completo, más correcto en la toma de decisiones y siendo más agresivo en defensa.
¿Cómo acabará Williams la temporada en Málaga, siendo querido u odiado?
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