El rey ya tiene su corona

LeBron James volvió hace dos años a su ciudad natal, Cleveland, para ganar un anillo. Dos temporadas después, lo ha conseguido, ha hecho realidad su sueño desde que llegó a la NBA.

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Tras reposar bien el séptimo partido que vivimos hace unas horas entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers más claro me queda de que fuimos presentes de un hecho histórico en este deporte.

Muchos años van a pasar hasta que dejemos de hablar de estas finales, por diferentes motivos: El récord de triples de los Warriors, la suspensión de Green, la remontada de un 3-1 nunca antes dada, los 81 puntos entre Kyrie Irving y LeBron James, el dominio absoluto de este último... Muchos son los motivos por los cuales están finales son las mejores que yo recuerdo y sí, en estas finales, el rey LeBron consiguió ganar la batalla para su ciudad, Cleveland.

La imagen de LeBron James sobre el parqué del Oracle Arena llorando tras el pitido final será algo muy difícil de olvidar para los aficionados a este deporte. 

LeBron ha soportado mucha carga a sus espaldas desde que llegó a la liga siendo ya un fenómeno de masas, en su marcha a Miami tuvo que soportar ver como su gente, por la que lo había dado todo durante su carrera profesional, le odiaba y le pitaba cada vez que pisaba su ciudad y con esa situación y tras ganar dos anillos, volvió a Cleveland con un solo objetivo: Ganar la NBA para su ciudad, para Cleveland.

Aun tengo la frase "I'm back!" de LeBron en el evento donde se hizo oficial su vuelta a los Cavs metida en la cabeza. Volvía a un equipo totalmente distinto a como él lo dejó, volvió a un equipo preparado para ganar un anillo con un Kyrie Irving que ya era una de las estrellas de la liga y con un Kevin Love que salió de Minnesota para el mismo objetivo que el rey lo tuvo que hacer algunos años antes, ganar.

Como antes decía, LeBron siempre ha tenido que lidiar con muchas críticas, de conocidos y extraños, a cada movimiento que hace y eso se notaba en el séptimo partido contra los Warriors.

Él sabía que no estaba ante un partido más, estaba ante "EL partido", y llegaba de forma inmejorable, siendo el líder en todo lo posible a día de hoy sobre una cancha de baloncesto y con el extra de motivación que te da el que todo esté en tu contra.

Hasta estas finales, nadie había remontado un 3-1 y se había llevado el campeonato de la NBA, pero este equipo, comandado por su hijo pródigo quería hacer historia, quería hacer que su ciudad se sintiera orgullosa de ellos tras 52 años de malos resultados deportivos y sí, lo han conseguido. Desde uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, hasta el último en la rotación de los Cavs, quería este título y han hecho todo lo posible para conseguirlo. Pronto se dieron cuente de que dejando solo a su gran estrella no podían aspirar a nada y hay fue cuando el anillo empezó a viajar a Cleveland.

De todas formas, y aunque LeBron y sus Cavs estén ocupando todas las portadas del mundo del deporte, no nos podemos olvidar de los Golden State Warriors y la temporada histórica que han hecho. Muchos dirán ahora aprovechando el tirón que este equipo solo sabe tirar triples, que el récord de temporada regular conseguido no vale para nada, pero eso no es así en absoluto. El equipo de Steve Kerr ha cambiado la forma de jugar el baloncesto, han hecho que mucha gente se aficione a este deporte porque es una maravilla ver como juegan y sinceramente, no se llega a unas finales NBA "tirando solo triples".

Juntando todos los hechos que nos han llevado hasta este día queda claro que LeBron James ha hecho historia, y no solo por conseguir otro título, si no por la forma en que lo ha hecho, por como lo ha hecho y contra quién lo ha hecho.

Nadie puede discutir que LeBron está ya en el olimpo de este deporte junto con unos pocos elegidos y aun nos queda rey para rato.

¡Larga vida al rey LeBron!

El efecto Donovan

Si en la anterior entrada de este blog hablaba sobre los nuevos proyectos de equipos NBA con nuevos entrenadores al frente de ellos, en los siguientes párrafos toca hablar de uno que ya ha empezado un proyecto muy ilusionante, Billy Donovan.

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Para ponernos en antecedentes me gustaría echar la vista atrás hasta hace poco más de un año, el final de la temporada regular NBA 2014/2015. En esa temporada los Oklahoma City Thunder consiguieron un balance de 45-37 y no lograron meterse en Playoffs, hecho que lapidó a Scott Brooks y llevó a su despido ya que el equipo debería estar uno (o varios) peldaños más arriba de lo que habían conseguido.

Con este cambio la franquicia de los Thunder lo que buscaba era “iniciar un nuevo proyecto” que les llevase de nuevo a unas Finales NBA y por qué no, a un anillo. Una cosa está clara, a día de hoy, y esperando a ver lo que sucede en el mercado de agentes libres, Kevin Durant y Russell Westbrook son unos fijos para la franquicia, ellos son el alma del equipo con lo cual no iba a haber cambios muy significativos dentro de la plantilla pero sí en el staff técnico, ahí es donde entra en escena Billy Donovan.

No es ningún secreto que en la NCAA hay entrenadores de muchísima calidad con requisitos más que de sobra para entrenar en la mejor liga del mundo. Pero eso es una cosa y contar con un entrenador sin experiencia NBA y que además ilusione a franquicia, jugadores y aficionados es otra. 

La primera buena señal fue en el verano, cuando vimos a KD junto a Donovan en la Summer League de Orlando, ahí comenzó a fraguarse lo que sería una magnífica temporada en Oklahoma.

La mejora que vemos a simple vista en el equipo es el récord, ha ganado 10 partidos más que la temporada pasada y de quedar novenos ha pasado a terceros del Oeste solo por debajo de unos imparables Spurs y Warriors. Si indagamos un poco en las estadísticas y las comparamos con la temporada pasada vemos que el equipo ha subido el nivel en todo y eso no es nada comparado con lo que realmente le importaba esta temporada y la razón de este artículo, los Playoffs.

Vayamos directos a semifinales de conferencia. Tras haber vencido 4-1 a los Dallas Mavericks les esperaban unos San Antonio Spurs que había sido imparables durante todo el año pero que, de alguna forma, todos veíamos que los Thunder tenían muchas opciones de ganar. La culpa de esto la tiene su entrenador, Billy Donovan.

Es increíble el trabajo que ha hecho con esta plantilla, ya no solo táctica y técnicamente, si no mentalmente.

Aunque por el resultado de la serie lo parezca, no es nada fácil ganarle 4 partidos de 6 a los San Antonio Spurs, tienen al mejor entrenador del siglo XXI en su banquillo y lo es por algo. Pues bien, Donovan supo sacar lo mejor de sus jugadores, desde el que más minutos tenía hasta el último en la rotación, para encontrar y aprovechar ventajas de esas mínimas y casi imperceptibles debilidades que tiene el rival.

Para sorpresa de la mayoría y aunque sabíamos que había posibilidades reales de que eso pasase, los Thunder nos habían dejado sin las finales del Oeste deseadas por casi todos, Spurs-Warriors, pero nos lo han compensado y de qué manera.

Antes de que empezase la serie entre Oklahoma City Thunder y Golden State Warriors todos veíamos prácticamente imposible que el equipo de La Bahía estuviese en un ‘win or go home’ en el quinto partido de la serie, pero así fue. Esto ocurrió porque Donovan supo darse de una simple cosa: si quieres jugar como los Warriors, ellos lo van a hacer mejor que tú. Tras el 1-1 supo ver y confió en sus jugadores para minimizar a los Warriors metiendo centímetros en la pintura. Aquí es donde toman una tremenda importancia en la serie tanto Enes Kanter como Steven Adams. El trabajo que han hecho en la pintura es impagable, han sabido atacar a Draymond Green y secarle en sus momentos más flojos.

Aun así, y para que nos demos cuenta de lo que son estos Warriors, consiguieron igualar la serie y llevarla al Oracle Arena para un séptimo partido mayúsculo. 

Los Thunder comenzaron realmente bien el partido, hecho que tiene mucho mérito ya que el equipo venía de perder “dos vidas” y con ello dos pases a la final de la NBA. Pero mentalmente se les veía enteros, fuertes y con confianza en sí mismos, cosa que no siempre es fácil y tiene un durísimo trabajo por parte del staff técnico en las sombras. Esto no fue suficiente para que los Warriors acabasen siendo los Warriors y se llevasen la eliminatoria.

Pese a la derrota tras, como decía antes, tener un 3-1 a tu favor esto no es ningún fracaso para el equipo. Gracias al trabajo de los jugadores y sobre todo, al trabajo táctico y psicológico de Billy Donovan han eliminado de los Playoffs a los mejores San Antonio Spurs de la historia y han puesto contra las cuerdas a uno de os mejores equipos de la historia. Eso no es algo fácil de hacer, ni siquiera de decir.

Los Thunder tienen un futuro brillante y con mejor pinta que nunca gracias a Billy Donovan. Si en su primer año ha conseguido casi tocar la cima del baloncesto, no se cual es el techo de este equipo para los próximos años.

La búsqueda del líder adecuado

Los Playoffs ya están aquí y con ellos, muchos equipos equipos se dejan el resto para conseguir ser campeones y otros, se lo dejan también todo en las oficinas para comenzar el camino a ello.

Foto vía Fox Sports

No es algo nuevo, ni algo tan apasionante como puedan ser los Playoffs, pero en un segundo plano todos los años hay un trabajo brutal en los despachos NBA por cambiar el rumbo del equipo empezando por una de las piezas más claves en los proyectos, el entrenador.

Tenemos varios tipos de equipos cada verano, los que van bien pero quieren dar un paso adelante, los que no dan con la tecla exacta para dar un paso adelante para poder alcanzar sus objetivos y los que tienen un proyecto de baloncesto fantástico pero les hace falta ese comandante que indique el camino.

En este último grupo podemos meter el que, para mí, es la gran incorporación de este verano, la de Tom Thibodeau a los Minnesota Timberwolves. 

No es ningún secreto que los Wolves son el proyecto que más tiene intrigado al mundo NBA, están repletos de talento y en un futuro, si todo transcurre con normalidad, pueden ser uno de los grandes equipos de la liga pero con la llegada de Thibs les da un plus que seguramente muy pocos entrenadores les puede dar. Es verdad que en un proyecto como este se necesita tiempo, a veces mucho, pero sobre todo, hace falta paciencia. Son jugadores muy jóvenes que son un talento por pulir y en eso se tarda tiempo, veremos si en los despachos del equipo también tienen esto claro.

Otro de los nombres que ha sonado mucho durante casi toda la temporada como entrenador de algún equipo NBA ha sido el de Luke Walton. El inicio de temporada que tuvo con los Warriors le sirvió para estar en la lista de deseos de muchos equipos pero al final los Lakers le han conseguido convencer. 

En L.A. tienen un proyecto muy parecido al que comentaba antes, con la marcha de Kobe se quedan huérfanos de un referente en la cancha pero tienen a su favor que la mayoría son jugadores jóvenes con toda una carrera por delante para formarse, aprender y quién sabe si crear una dinastía.

Walton lo tiene todo a su favor, es “de la casa”, tiene ya un nombre hecho por el gran trabajo que ha hecho a la sombra de Steve Kerr con el actual campeón NBA y llega a una franquicia que tienen claro que va a ser un proceso largo, que ni hoy ni mañana van a conseguir lo que consiguieron hace unos años. Veremos que tal sale la apuesta de los Lakers por él, interesante, sin ninguna duda, es.

Por último, pero no menos importante quiero destacar un último nombre de entre todos los entrenadores que cesarán/cotratarán los equipos NBA, es el de Scott Brooks.

No se fue muy bien de los Thunder, podríamos decir que se fue un poco por la puerta de atrás ya que nunca supo llevarles a ese nivel que se podría pedir a un equipo que cuenta en sus filas con dos prodigios como Kevin Durant y Russell Westbrook y ahora llega a unos Wizards que tienen plantilla para dar un paso adelante pero les falta esa regularidad más que necesaria para hacer algo en esta liga. El proyecto liderado en la cancha por John Wall, a priori pinta muy bien; tienen a talento joven como Bradley Beal, Otto Porter Jr. o el propio Wall y Brooks no tendrá esa presión de tener que llegar lejos en Playoffs o incluso ganar el campeonato porque siendo honestos, los Wizards a día de hoy no son candidatos a ello. 

Las teorías conspiradoras sobre la llegada de Brooks no se hicieron esperar, sobre todo una: ¿La llegada de Brooks significa que KD va a volver a casa como tanto se ha rumoreado? 

A día de hoy nadie sabe eso, es muy difícil pero en este mundo nunca se sabe, lo que parece imposible se acaba convirtiendo en realidad y lo que parece hecho al final se derrumba con lo cual el futuro de Durant a día de hoy sigue siendo una incógnita.

En resumen, el año que viene veremos iniciar proyectos muy interesantes de cara a un futuro no muy lejanos a los cuales hay que estar muy atentos gracias a un gran trabajo que se hace a fuego lento siempre un poco tapado por otras grandes noticias pero que al fin y al cabo, es el trabajo que acaba cambiando la mejor liga del mundo.

Bienvenidos A La Locura

Ya está aquí, por fin ha llegado, tras seis meses de espera finalmente tenemos otra edición del gran baile del baloncesto universitario entre nosotros y otro año más, como no, tiene una pinta fantástica.

Imagen vía: http://www.digitaltrends.com/

Para las personas que estén leyendo esto y aun no sepan de lo que trata este artículo o nunca se hayan interesado por ello, estamos hablando del March Madness, o lo que es lo mismo, la gran fiesta de la NCAA que cada año saca a relucir la locura del aficionado a este deporte.

Sí, locura, porque para definir esta competición y sobre todo este mes de Marzo esa es la palabra perfecta. Ya es muy  difícil que alguien no se quede enganchado a esto cuando ve en un partido de regular season a las bandas de cada universidad animar a su equipo, o al ambiente que generan las aficiones tan especial. Quién esté buscando un “estilo NBA” con chavales de 18 años, se ha equivocado de lugar. Esto no es un partido del Rising Stars Challenge o un mero paso de jugadores que eclipsan al mundo desde que están en el instituto para llegar a la NBA.

Si alguien está empezando a estar interesado en el college basketball por todo lo que se está hablando estos días sobre ello he de decirle que no pierda el tiempo, que se empape de esto cuanto antes porque esta es la mejor época. La época en la que tienes decenas de partidos muy interesantes casi a diario y la época en la que los jugadores se lo juegan todo, ganar o irte a casa casi a diario.

Marzo, como ya he dicho antes, es especial. Puedes tener el mejor equipo de la nación, llegar con un nivel y una dinámica fantástica y ser candidato a todo que una universidad que ha entrado por los pelos, te gana y se queda toda la gloria, esa es la magia de esto.  Si aun después de todo esto estáis pensado que esto no tiene nada de especial, que solo son chicos de 20 jugándose un campeonato de universidades os voy a dejar un dato que ha recogido, entre otros, ‘The Wall Street Journal’: La productividad de los trabajadores estadounidenses baja considerablemente en la época de March Madness llegando a generar pérdidas de hasta $1.9 billones. Eso, añadido a que muchos empleados llegan a pedir la baja laboral para poder ver a su North Carolina, Miami o Virginia hace de este mes una pesadilla para los empresarios.

Para añadir más motivos a lo bonito que es esto, hay que añadir que está siendo una temporada muy extraña. Los primeros de cada región en esta edición del March Madness han perdido más partidos que ningún otro año y parece que este será el uno de los años mas propicios para los upsets.

Entrando ya más en materia concreta, el Selection Sunday de este año no ha estado exento de controversias. Empezando por la retransmisión del mismo donde han pasado de la información, al show añadiendo figuras como Charles Barkley o aumentando el tiempo del programa, lo que llevó a la filtración del bracket mucho antes de que se conociesen todos los participantes.

Otras de las disputas que están teniendo los aficionados en como se trata a las Mid-Majors, que muchas de ellas se han quedado fuera por no “tener” tanto nombre y han entrado equipos como Tulsa que –con todos mis respetos- nadie contaba con ellos.

Si hablamos de nombres muchos estaréis pensando en Ben Simmons. El más que aclamado próximo numero 1 del Draft de la NBA desde que estaba en High School no estará en el March Madness y esto tiene una razón muy sencilla, LSU no ha jugado en todo el año a nada. Tenían ante ellos una oportunidad fantástica, pero la han desaprovechado.  Tenían a uno de los mejores talentos del país pero no han sabido usarlo y todo el “proyecto Ben Simmons” se ha desmoronado llevándose a su paso todo el hype que habían provocado.

En conclusión, lo que muchos estamos esperando durante tantos meses ya está aquí. La gran fiesta del baloncesto universitario va a servir para gastar todas esas horas de sueño acumulado durante el año y disfrutar de chavales que se van a dejar todo sobre la cancha de baloncesto en un mes para el disfrute del aficionado del baloncesto.

El Espectáculo Vuelve Y Kobe Se Va

Gran fin de semana el vivido la semana pasada el Toronto con sorpresas, diversión, buenos momentos, bienvenidas y despedidas. El Sábado presenciamos uno de los mejores concursos de la última década y el Domingo, a un All-Star Game que quedará para la historia.

Foto vía depor.com

Para todos los aficionados del baloncesto, y en especial para los fans de la NBA, el All-Star Weekend es una fecha especial, ese fin de semana que estás esperando todo el año para, con más o menos fé, ver con que te sorprende este año.

Este año ha sido de los buenos, de los muy buenos. El fin de semana empezó con un ya clásico partido de rookies reconvertido desde el año pasado en un World vs. USA que sirvió para que los jugadores más jóvenes de la liga disfruten, se luzcan y lo pasen bien que acabó con un más que merecido MVP para Zach LaVine.

El día que todos más esperamos de este fin de semana es el Sábado, es verdad que en los últimos años ha sido muy decepcionante en cuanto a rivalidad en concursos pese a tener nombres como el del propio LaVine que han puesto el espectáculo y nos han hecho levantarnos del asiento en más de una ocasión pero la competición ha sido más bien sosa. 

Este año, por fin, todo ha sido distinto. Empezamos la noche con un Skills Challenge renovado en el que los jugadores grandes mas habilidosos de la liga se tendrían que enfrentar a los del backourt y que, pese a ser favoritos claramente estos últimos el rookie de los Minnesota Timberwolves Karl-Anthony Towns ganó para el equipo de los interiores.

La noche empezaba bien, un concurso, una sorpresa, más no se podía pedir hasta ahora. 

El concurso de triples no tuvo mayor trascendencia por una simple razón: los Splash Brothers estaban invitados. Estando ellos era muy difícil que algún otro fuera a llevarse el título. El ganador fue el escolta de los Warriors Klay Thompson que compartió final con su compañero en el backourt de Golden State Stephen Curry y el joven escolta de los Suns, Devin Booker.

Tras todo esto llegaba el plato fuerte de todos lo concursos, el Slam Dunk Contest. Aquí es donde la gente estaba más desanimada porque en los últimos años ha sido la parte que más ha decepcionado. Es verdad que con los nombres que había pintaba bien pero también pasó esto en años anteriores y fue un fracaso así que el aficionado ya no sabe que esperar de esto. 

Viendo la primera ronda todo hacía entender que íbamos por el mismo camino: LaVine se salía, Gordon se quedaba un poco por detrás y tanto Drummond como Will Barton no eran rivales. 

Todo esto cambió a partir de la segunda ronda, es verdad que Drummond y Barton se quedaban atrás y les iba a ser imposible hacerse con el concurso, pero Aaron Gordon aparecía y hacía peligrar la victoria de LaVine.

La final del concurso… bueno, la final si no lo habéis visto os recomiendo encarecidamente que lo hagáis porque es lo mejor que vais a ver en un All-Star de los últimos 15 años. Tanto Gordon como el vigente campeón, LaVine, hacían las delicias de todo el mundo con mates que parecen imposibles para un humano.

El concurso, pese a estar muy discutido, se lo volvió a llevar el jugador de los Wolves aunque para la mayoría el verdadero ganador fue Aaron Gordon. Ya sabéis, a veces el hype te ayuda.

Lo gordo del fin de semana más espectacular del año en la NBA ya había pasado, pero aun nos quedaba el mayor atractivo de este, el último All-Star Game de Kobe Bryant.

Creo que a nadie le sorprende ya si digo que este partido fue una mera pachanga, este año ni un pique mínimamente serio tuvimos. Este partido está hecho com el mismo propósito que el primero del que hablaba en este artículo, que la gente se divierta viendo como disfrutan las estrellas de la mejor liga del mundo.

Pese a eso, el partido había que verlo sí o sí, Kobe Bryant, tras 20 años en al liga y 18 All-Star Games, se despedía de estos partidos y solo por eso había que estar delante de la tele obligatoriamente.

En definitiva, no habrá otro All-Star como este; los mates están de vuelta, el espectáculo está de vuelta y una leyenda como Kobe ha tenido una noche dedicada, merecidamente, a él. Charlotte nos espera para la fiesta de 2017.

Mirada al futuro: premios de temporada NBA

Parece que fue ayer cuando estábamos viendo la entrega del anillo a los recientes campeones de la NBA, los Golden State Warriors, pero ya estamos a mitad de temporada y con el All-Star Weekend a la vuelta de la esquina poco a poco se empiezan a perfilar los nombres para los premios de esta temporada.

Foto vía http://sfbay.ca/

Empecemos por el que más repercusión tiene, el MVP. 

Aunque algunos veíamos que este podía ser el año de Russell Westbrook en cuanto a este premio, si no se produce una catástrofe todo apunta a que Stephen Curry volverá a llevarse el galardón por segundo año consecutivo.

El nivel actual de los Warriors está siendo abrumador y con él también el de Steph, que un año más esta maravillando a todo los aficionados de este deporte haciendo gala de un dominio total sobre sus rivales.

La temporada de los chicos de “La Bahía” es comparable a la de los Bulls del 72-10 y si, es verdad que Curry no es Jordan, que Klay o Green no son Pippen o Rodman pero este equipo está compitiendo muy fuerte y eso también ayudará si, cuando acabe la temporada, hay dudas sobre quién merece ser el ganador del premio.

Dejando a un lado la espectacularidad de Curry a lo que ninguno nos cabe duda es que un campeonato no se gana sin una gran defensa y para el premio de este año en este aspecto mi favorito, y creo que el de todos, es Kawhi Leonard.

Este es otro jugador que no deja de sorprendernos, es el método Popovich hecho persona. Kawhi es la peor pesadilla para los rivales desde hace ya algunas temporadas, nadie se quiere enfrentar a él porque sus rivales salen a la cancha sabiendo que salvo milagro, no van a sobresalir esa noche. 

No solo es eso lo que hace especial al alero de los Spurs, si no que temporada a temporada a parte de mejorar en cuanto al juego defensivo también lo hace en el ofensivo. Sabe que el futuro de la franquicia está en sus manos, él es el que va a comandar el proyecto en pocos años y está preparado para ello.

El siguiente premio, para mi, siempre es el más difícil todos los años. Muchos jugadores que salen del banquillo hacen un gran papel y salvo raras excepciones, los números de los sextos hombres de los equipos no suelen variar mucho y esta temporada no es una de esas. 

Tristan Thompson, ese es el nombre que a día de hoy está con más números para llevarse el premio. Tras un verano muy pesado para él y los Cavs el jugador consiguió sacar un gran contrato con el equipo de Cleveland declinando la opción de irse a su Toronto natal parece que ha dado sus frutos. El joven ala-pívot está promediando más de 7 puntos y 9 rebotes partiendo como suplente de Kevin Love, una posición siempre complicada.

Por suerte para los aficionados a los jugadores jóvenes de la liga, hay años en los que llegan chavales que tienen condiciones tanto físicas como técnicas para dominar la liga y este es uno de ellos.

Este año el claro favorito a ROY es el pivot ex de Kentucky, Karl-Anthony Towns. Desde high school se le veían muy buenas maneras para este deporte pero el año pasado en Kentucky confirmó que tiene potencial de sobra para ser uno de los grandes nombres de la liga en los próximos años. 

Además, ha tenido la inmensa suerte de que puede tener a su lado a un jugador como Kevin Garnett que le puede enseñar todo en lo referente a este deporte y esta liga. El dominicano tiene las cosas de cara desde su primer año y no lo está desaprovechando.

El único con posibilidades de quitarle este premio en esta segunda mitad de temporada es el fenómeno letón llegado desde la ACB, Kristaps Porzingis. Muy pocos esperaban el nivel que ha dado esta temporada desde el primer día, al igual que Towns, tiene una cosa muy a su favor, tiene a Carmelo Anthony a su lado. Un jugador élite siempre beneficia para que los jóvenes progresen y estén centrados tanto dentro como fuera de la cancha. Además, el ya apodado 6God por los fans de los Knicks tiene la gran suerte, haber caído en los Knicks. New York es una ciudad que te expone mucho, tanto para lo bueno como lo malo, si eres bueno, te coronas, si eres malo, te sentencia. Por ahora le letón está en la primera parte y no parece que vaya a pasar a la segunda parte por suerte para él y su equipo.

Estos dos últimos premios los he dejado para el final por un simple hecho, están cantados.

Cuando Portland se convirtió en un solar este verano debido a las marchas de Aldridge, Batum, Robin Lopez y Matthews estaban claras dos cosas, Damian Lillard era claro candidato a mayor anotador del año y era el momento de CJ McCollum para explotar.

Lo primero era muy difícil pero con la cantidad de tiros que podría acumular por partido Lillard no era nada descabellado pero es el segundo hecho del que voy a hablar a continuación. McCollum desde que llegó a la NBA siempre ha estado a la sombra de Lillard y Matthews pero con la marcha del segundo era su oportunidad y lo ha sabido aprovechar, se suele decir que de todo lo malo se puede sacar algo bueno y aquí tenemos las buenas noticias para los Blazers, con él en este estado de forma se puede apuntalar un equipo de futuro acompañando a Lillard como segunda espada de la franquicia y lo está dejando claro esta temporada. Por ello de seguir a este nivel, sin ninguna duda, CJ McCollum se llevará el ‘Most Improved Player’ este año.

El premio que nos queda es el de ‘Entrenador del Año’ y sin duda, va muy ligado al primero de este artículo. En su primer año Steve Kerr consiguió llevar a los Golden State Warriors a lo más alto del baloncesto mundial y al paso que van, este año parece que van a revalidar el título de campeones. 

Es verdad que hasta el 22 de Enero Kerr no ha debutado en el banquillo por problemas de salud y Luke Walton se ha hecho cargo del equipo pero todo lo conseguido por los Warriors en estos dos años no podía haber sido posible sin una figura como la de Steve Kerr. Ha dado al equipo ese punto que le faltaba con Mark Jackson para dar un paso adelante y que se hable de ellos por su magnifica forma de jugar al baloncesto.

La temporada pasada la gran actuación de los Hawks con Budenholzer a la cabeza le privó de este premio pero este año lo tiene más que merecido.

Hasta Pronto Kobe, Y Gracias

Hace poco menos de un mes pasó una cosa en el mundo del baloncesto de esas que dentro de unos años nos preguntaremos unos a otros: “¿Tú que estabas haciendo cuando sucedió?”.  Kobe Bryant anunció su retirada del baloncesto profesional, el cuerpo, por culpa de las lesiones, no le da para más. Ahora solo queda disfrutar de cada partido que le queda.

Foto vía usatoday.com/sports/

Hablar de Kobe Bryant es hablar de un jugador ídolo de una generación, de un jugador que ha marcado un antes y un después no solo en Los Angeles Lakers, si no en toda la NBA y en todo el baloncesto.

Es un jugador especial, único, de eso, te guste más o menos, no puedes tener duda. Algunos de los recuerdos que tengo del baloncesto antes de que hubiese todo el bombo que hay ahora gracias a internet son de cuando llegaban a cuentagontas la información de lo que pasaba en la NBA. Para eso tocaba madrugar para ver los programas que ponían en el Canal+ y que más tarde pasarían a Cuatro. Gracias a eso y a la recientemente desaparecida Revista NBA uno se podía mantener informado semanalmente de lo que ocurría al otro lado del charco.

Me acuerdo, por ejemplo, de cuando consiguió la segunda marca más alta de anotación en la NBA, 81 puntos. De eso todo el mundo se acuerda, pero pasa siempre muy desapercibido que en los cuatro partidos anteriores Kobe anotó 37, 51, 37 y 38 puntos respectivamente, una auténtica salvajada. Cuando llegaron las imágenes y los highlights aquí recuerdo alucinar con lo que era capaz de hacer, con que facilidad conseguía anotar desde cualquier posición y de cualquier forma.

Seamos sinceros, a Kobe este país, en cuanto a baloncesto, también la debe mucho. Si él no se hubiese fijado en un Pau Gasol mucho más inexperto del que vemos ahora pero con una calidad innegable y lo pidiese como compañero nunca hubiésemos vivido la sensación de que un jugador de los nuestros hubiese ganado un anillo. Él mismo dice que ganó esos dos anillos se ganaron gracias al español, que fue la pieza clave para que todo funcionase a la perfección, y razón no le falta, pero gracias a él aquí vivimos el inicio del boom del baloncesto, el inicio de que todos los medios se subieran al carro del baloncesto, el inicio de que se empezase a hablar de este deporte a nivel nacional, el inicio de lo que hoy en día estamos viviendo.

Cada uno tendremos nuestros propios recuerdos de Kobe Bryant, seas de los Lakers o no. Seguramente alguna vez haya destrozado a tu equipo, seguramente le hayas odiado más de una vez por lo bueno que es, pero está claro que todos, en una u otra medida, tenemos momentos impresionantes suyos en nuestra retina.

Como decía antes, te guste más o menos, le odies o le quieras, nadie puede negar que Kobe Bryant ha hecho historia en este deporte. Pasará a la historia como uno de los mejores que ha dado este deporte, un jugador especial que a toda una generación nos ha dejado muchos momentos muy buenos y grandes recuerdos relaciones con este deporte, por todo eso, gracias Kobe.

Nos queda hasta el 13 de Abril para poder disfrutar de él sobre una cancha de baloncesto, poco más de 4 meses en los que cada cancha que visite, cada vez que juegue en el Staples, será un partido especial.

Yo, personalmente, eso haré. Sin pensar en lo que pudo haber sido sin lesiones, sin pensar en que hubiese pasado sin  hubiese funcionado bien con ciertos compañeros, solo disfrutar de él y su juego porque recordar; Kobe sigue siendo ese niño con los calcetines enrollados, los cubos de basura en la esquina, que con 5 segundos en el reloj, tiene el balón en sus manos.