Gran fin de semana el vivido la semana pasada el Toronto con sorpresas, diversión, buenos momentos, bienvenidas y despedidas. El Sábado presenciamos uno de los mejores concursos de la última década y el Domingo, a un All-Star Game que quedará para la historia.
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| Foto vía depor.com |
Para todos los aficionados del baloncesto, y en especial para los fans de la NBA, el All-Star Weekend es una fecha especial, ese fin de semana que estás esperando todo el año para, con más o menos fé, ver con que te sorprende este año.
Este año ha sido de los buenos, de los muy buenos. El fin de semana empezó con un ya clásico partido de rookies reconvertido desde el año pasado en un World vs. USA que sirvió para que los jugadores más jóvenes de la liga disfruten, se luzcan y lo pasen bien que acabó con un más que merecido MVP para Zach LaVine.
El día que todos más esperamos de este fin de semana es el Sábado, es verdad que en los últimos años ha sido muy decepcionante en cuanto a rivalidad en concursos pese a tener nombres como el del propio LaVine que han puesto el espectáculo y nos han hecho levantarnos del asiento en más de una ocasión pero la competición ha sido más bien sosa.
Este año, por fin, todo ha sido distinto. Empezamos la noche con un Skills Challenge renovado en el que los jugadores grandes mas habilidosos de la liga se tendrían que enfrentar a los del backourt y que, pese a ser favoritos claramente estos últimos el rookie de los Minnesota Timberwolves Karl-Anthony Towns ganó para el equipo de los interiores.
La noche empezaba bien, un concurso, una sorpresa, más no se podía pedir hasta ahora.
El concurso de triples no tuvo mayor trascendencia por una simple razón: los Splash Brothers estaban invitados. Estando ellos era muy difícil que algún otro fuera a llevarse el título. El ganador fue el escolta de los Warriors Klay Thompson que compartió final con su compañero en el backourt de Golden State Stephen Curry y el joven escolta de los Suns, Devin Booker.
Tras todo esto llegaba el plato fuerte de todos lo concursos, el Slam Dunk Contest. Aquí es donde la gente estaba más desanimada porque en los últimos años ha sido la parte que más ha decepcionado. Es verdad que con los nombres que había pintaba bien pero también pasó esto en años anteriores y fue un fracaso así que el aficionado ya no sabe que esperar de esto.
Viendo la primera ronda todo hacía entender que íbamos por el mismo camino: LaVine se salía, Gordon se quedaba un poco por detrás y tanto Drummond como Will Barton no eran rivales.
Todo esto cambió a partir de la segunda ronda, es verdad que Drummond y Barton se quedaban atrás y les iba a ser imposible hacerse con el concurso, pero Aaron Gordon aparecía y hacía peligrar la victoria de LaVine.
La final del concurso… bueno, la final si no lo habéis visto os recomiendo encarecidamente que lo hagáis porque es lo mejor que vais a ver en un All-Star de los últimos 15 años. Tanto Gordon como el vigente campeón, LaVine, hacían las delicias de todo el mundo con mates que parecen imposibles para un humano.
El concurso, pese a estar muy discutido, se lo volvió a llevar el jugador de los Wolves aunque para la mayoría el verdadero ganador fue Aaron Gordon. Ya sabéis, a veces el hype te ayuda.
Lo gordo del fin de semana más espectacular del año en la NBA ya había pasado, pero aun nos quedaba el mayor atractivo de este, el último All-Star Game de Kobe Bryant.
Creo que a nadie le sorprende ya si digo que este partido fue una mera pachanga, este año ni un pique mínimamente serio tuvimos. Este partido está hecho com el mismo propósito que el primero del que hablaba en este artículo, que la gente se divierta viendo como disfrutan las estrellas de la mejor liga del mundo.
Pese a eso, el partido había que verlo sí o sí, Kobe Bryant, tras 20 años en al liga y 18 All-Star Games, se despedía de estos partidos y solo por eso había que estar delante de la tele obligatoriamente.
En definitiva, no habrá otro All-Star como este; los mates están de vuelta, el espectáculo está de vuelta y una leyenda como Kobe ha tenido una noche dedicada, merecidamente, a él. Charlotte nos espera para la fiesta de 2017.
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