Llega la cuarta entrega del 0 al 100 y
lo hace con el número 3 y con dos leyendas de la liga, una de ellas en activo
aún. Los protagonistas son Allen Iverson y Dwyane Wade.
#3
Allen Iverson
Vía NBA.com |
Posición: Base
Altura: 1.83
País: Estados Unidos
Uno
de los anotadores más brutales de todos los tiempos. Un rompedor de cinturas
con un manejo de balón diabólico. Un líder capaz de llevar a un equipo lleno de
jugadores promedio a unas finales de la NBA. Ese es Allen Iverson. Iverson ha
sido una bestia desde la época de instituto en las que alternaba impresionantes
actuaciones en el campo de futbol americano con electrizantes canastas en la
cancha de baloncesto. Tras pasar por el correccional se puede decir que fue el
baloncesto quien lo eligió a él y acabó enrolado en las filas de Georgetown.
Tras
dos temporadas universitarias llegaría a los 76ers vía primera posición del
draft, un milagro con solo 1.83 de altura. En los 76ers se convertiría en una
leyenda. En los 10 años que estuvo en la franquicia consiguió ser rookie del
año, MVP de la temporada 2001 y 4 veces máximo anotador de la NBA. Además fue
dos veces MVP del All Star. Pero por encima de todo las finales contra los
Lakers en el año 2001, con Larry Brown de entrenador, persona con la que tuvo
una relación de amor odio. En la 2006- 2007 fue traspasado a Denver donde
coincidió con un muy joven Carmelo Anthony. Pisó una vez las finales de
Conferencia Oeste contra los Spurs pero ya nada volvió a ser como en su casa.
Su
paso por Detroit, una segunda y corta etapa en los 76ers y su fichaje por los
Grizzlies dejaban bien claras las cosas: llegaba la hora de decir adiós a la
NBA para uno de los jugadores más queridos u odiados de todos los tiempos.
Dwyane Wade
Vía ESPN.com |
Posición: Escolta
Altura: 1.93
País: Estados Unidos
Wade
tiene una de las cosas que más me gusta en la carrera de un jugador, por difícil
y por el significado que tiene: ha permanecido en la misma franquicia (Miami
Heat) desde que llegó a la liga en 2003. Ha estado igualmente en los momentos difíciles
como en los éxitos. Ha compartido equipo con O´Neal (un anillo con él, siendo
MVP además) y con LeBron y Bosh (dos anillos con ellos) y siempre se le ha
podido considerar como el líder del vestuario.
En
su palmarés lucen aparte de los tres títulos y el MVP de las finales, un premio
de máximo anotador de la temporada (2009), 11 presencias en el All- Star o dos
presencias en el mejor quinteto de la temporada.
A
pesar de los problemas que ha tenido históricamente para anotar desde la larga
distancia, Wade ha sido uno de los mejores anotadores de lo que llevamos de
siglo XXI. Un tiro desde la media distancia tremendamente efectivo y una
capacidad para anotar penetrando a canasta al nivel de los mejores. Todo unido
a la capacidad de recibir en “su” franquicia a dos estrellas como LeBron y Bosh
por el bien del equipo. Un crack.
¿Qué tienen en común
Allen Iverson y Dwyane Wade?
Puntos.
Puntos. Puntos. Puntos. Puntos. Imposible decirlo más claro. Dos máquinas
ofensivas capaces de hacer puntos desde cualquier posición del campo y en los
momentos calientes de los partidos.
Dos
impresionantes dribladores con un manejo de balón fuera de lo común, que no
tenían (en el caso de Wade mantiene esa característica) ningún problema en enfrentar
a jugadores mucho más altos que están defendiendo el aro rival. Eso les hacía
visitar con mucha asiduidad la línea de los tiros libres. En el caso de
Iverson, con un 1.83, tiene aún mucho más mérito.
Y
el liderazgo. Iverson fue capaz de llevar, prácticamente él solo, a los 76ers a
todas unas finales de la NBA, las de 2001 contra los Lakers. Wade ha mostrado compromiso
y liderazgo a lo largo de toda su vida deportiva en Miami. Cuando un jugador
lleva tantos años siendo la cara visible de la franquicia es que es muy bueno.
¿Qué les separa?
Por
supuesto la posición. Wade siempre ha jugado de escolta y Iverson nunca ha
pisado la posición de escolta, por sus evidentes problemas de altura y porque
le encantaba tener el balón en sus manos, y siendo base esa era la función que
desarrollaba.
Su
físico no se parece en nada. Wade ha sido una bestia física (sobre todo cuando
era más joven), mientras que si pensamos en el éxito de Allen Iverson en la
liga, en la última razón en la que pensamos es en el físico.
Y por
último, el juego defensivo, aunque tiene que ver con lo expuesto en el físico.
Wade puede utilizar su físico para la defensa, mientras que Iverson tenía
ciertos problemas en el lado defensivo del balón, aunque por supuesto que los
compensaba con su juego ofensivo.