Como viene siendo habitual en
temporadas anteriores, la ACC se erige un año más como una de las conferencias
de mejor nivel y que mayor atractivo suscita en toda la competición.
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Entre el largo listado de
universidades que darán que hablar a lo largo del año, tres son las que
destacan por encima del resto como candidatas, no solo al título de la conferencia,
sino también al campeonato nacional. De entre ellas salta a la vista que North
Carolina, nombrada número uno de la
nación por Associated Press, es la
gran favorita a alzarse con la gloria allá por el mes de abril, cuando la
locura universitaria cierre el telón. Los de Roy Williams mantienen intacta su
plantilla y presumen de un frontcourt
capaz de marcar la diferencia, pero de nuevo será Marcus Paige quien carde la lana Pese a la gran confianza depositada por los medios norteamericanos en
los Tar Heels, la irregularidad mostrada en el pasado y la gestión de Williams
son argumentos de peso para no creernos plenamente el presunto favoritismo de
UNC. Quizás un año más de experiencia no sea suficiente. Con menos boletos para acabar
campeona y con bajas difíciles de suplir aparece una Duke que apuesta de nuevo
por el one-and-done tan
característico de John Calipari y que Coach K viene últimamente poniendo en
práctica. Disfrutar de freshmen como Brandon Ingram, Chase Jeter o Derryck
Thornton, unidos a jugadores con más experiencia que retornan a Durham como
Grayson Allen o Matt Jones, es sinónimo de candidatura al campeonato nacional.
Menos mediática pero con la solidez por
bandera aparece Virginia. Los Cavaliers se aferrarán al método de Tony Bennett
para paliar las importantes ausencias de Justin Anderson y Darion Atkins. Así pues,
la defensa y el buen cuidado de balón serán las señas de identidad un año más
con Malcolm Brogdon como puntal y London Perrantes como figura que encarna una
filosofía que temporada tras temporada sigue encandilando.
Alejados del big-three de la conferencia pero con mucho por ofrecer se
encuentran Miami y Louisville. Los Hurricanes, con el backourt formado por Ángel Rodríguez y Sheldon McCllenan como
principal arma y un equipo profundo en el que Tonye Jekiri
ejercerá el papel de referente en la pintura, tendrán como objetivo el ansiado
retorno al Madness que dejaron
escapar a última hora el pasado mes de marzo. Mientras, Rick Pitino fía el
poderío de los Cardinals a dos transfers de
ilimitada capacidad anotadora como Damion Lee y Trey Lewis y al freshmen Donovan Mitchel, que estarán
rodeados de jugadores físicos para hacer de Louisville un escollo difícil de
superar.
Foto vía bustingbrackets |
Luchando por unirse al dúo
perseguidor estará una Notre Dame carente de dos leyendas recientes del programa como
Jerian Grant y Pat Connaughton pero con Demetrius Jackson y Zach Auguste como
ilustres valuartes de un equipo que, como no puede ser de otra forma bajo las
órdenes de Mike Brey, tendrá en su circulación de balón y el aprovechamiento
del spacing su principal fortaleza. En
un nivel similar se espera a Florida State, que con recruits de primera fila como Dwayne Bacon apuntala un combinado donde
sobresale una vez más un cañonero del nivel de Xavier Rathan-Mayes, quien será el
encargado de llevar a uno de los underdogs
de la conferencia al gran baile. Por otro lado, aún resarciéndose de la
prematura decisión de Trevor Lacey de dar el salto al profesionalismo están en
North Carolina State, un conjunto que desprende la sensación de que con él el
cielo sería el límite. Pero Lacey ya no está y el objetivo de los Wolfpack
residirá en sentar las bases de un proyecto con grandes expectativas en años
venideros sin perder un ápice de la capacidad competitiva mostrada la anterior
campaña. Asimismo, con ganas de resarcirse tras el sin fin de sanciones, que,
entre otras cosas, les dejó sin competir en marzo, encontramos a una Syracuse con mimbres para
sorprender a propios y extraños y en el que la salud de DaJuan Coleman jugará
un papel decisivo. No hay que olvidar tampoco a una Pittsburgh que, aunque
volverá a aburrir a las piedras, siempre compite y tiene en la defensa su santo y seña.
Con billetes en primera fila para
ocupar el pozo de la ACC emergen Boston College, Clemson, Virginia Tech y
Georgia Tech, mientras que la Wake Forest de Danny Manning, con mejor materia prima, sigue en búsqueda del impulso que les saque de la mediocridad.