Desde
el comienzo de temporada, uno de los hechos que pesaban sobre la espalda del
aficionado del UCAM era que su jugador franquicia podría abandonar el equipo a
mitad de la misma. Augusto Lima había sido fichado por el Madrid y la
condición impuesta por el Murcia era que el jugador no se marchase
automáticamente, sino que permaneciese en el equipo hasta que, teóricamente,
ocupará una posición bastante cómoda de cara a la clasificación para la Copa y los playoffs. En la
mirada de los directivos murcianos, la jugada era redonda, porque contar con el
jugador para el que se estaba haciendo un equipo de calidad comandado por Fotis
Katsikaris, como entrenador de lujo avalado por sus éxitos y su curriculum como
brillante gestor de voluntades en Bilbao, hacían del Murcia un equipo favorito
para clasificarse para la Copa del Rey. En todas las agendas estaba anotado y
en todas las apuestas así se veía.
Sin
embargo, la realidad ha sido muy diferente. El equipo, desde aquel primer
partido jugado contra Unicaja, mostró muchas debilidades en cuanto a conjunción
de juego y eficacia. No en cuanto ha resolución, ya que siempre han hecho de su
casa una fortaleza, aunque lo ocurrido en el inicio de temporada había
reflejado escasos resultados permitiendo comprobar cómo la deriva de los murcianos llevaba
tintes de alejarse por completo de los objetivos previstos en un principio.
UCAM se vio en una situación muy comprometida en la jornada novena tras perder
con el Real Madrid y colocarse decimocuarto en la clasificación y tocó fondo en
la decimosegunda al colocarse en el puesto número quince, a solo tres puestos del
último clasificado.
Actualmente
el UCAM Murcia ya no cuenta con un Augusto Lima, que finalmente fue traspasado
al Real Madrid en enero, y ha abandonado hace tiempo los malos resultados siendo
séptimo en la clasificación. La pregunta
que se hacen constantemente los pocos aficionados que aun le recuerdan es qué
sucedió en el equipo hasta su incorporación al Real Madrid. ¿Por qué el rendimiento
del equipo fue tan negativo hasta su marcha?
Desde el
inicio de temporada, dos eran los nombres que estaban en el punto de mira de la
afición: Augusto Lima, fichado por el Real Madrid, y Facundo Campazzo, que venía
de la casa blanca. El argentino, dispuesto a demostrar que tenía un puesto en
la ACB tras su escasa y poco significativa participación, aunque no exenta de
momento espectaculares, la temporada anterior en el conjunto de Pablo Laso, dio
desde el principio el do de pecho demostrando que lo ocurrido en Madrid había
sido un espejismo, sin embargo, el brasileño, que había dado todo y más en Murcia las temporadas anteriores, tenía un ojo y la mitad del otro puestos en su traspaso. Se suponía
que la conjunción de ambos jugadores permitiría hacer del UCAM un conjunto de
referencia, sin embargo, las personalidades de ambos jugadores en vez de crear
una franquicia de mas altura restaron opciones a un equipo que adaptaba la filosofía
sudamericana a su juego: transiciones rápidas, juego agresivo e imposición de
la personalidad por encima del conjunto, lo que llevó a la creación de dos
facciones: la que se dejó arrastrar por el juego rápido y fuerte de Campazzo
como líder y foco de atención del aficionado y el resto de jugadores que veían
en Lima el punto de anclaje fijo que, por trayectoria en el equipo, debía continuar.
Pero, los
números de Lima nos hablan de realidad. Alejado de las increíbles valoraciones
de la temporada anterior, en la que consiguió un promedio de 17 de valoración
con solo cinco jornadas por debajo de la
decena, en esta se mostraba irregular desde el comienzo, pese a haber conseguido una valoración media de 13 en
las diecisiete jornadas que ha permanecido en Murcia demostrando, además, que sus
resultados enseñan irregularidad esta temporada. Si en una jornada solo conseguía un 5 o 6
se valoración en la siguiente lo compensaba con un 26 o un 28. Unos picos que no
nos hablan del jugador estable, constante y referente del equipo hasta el punto
de hacer que el Madrid se fijara en él, sino de un jugador más parecido al
Nacho Martin del Estudiantes: buenos jugadores, pero profundamente irregulares.
Cuando
el 7 de enero se filtraba la noticia de que el Madrid quería incorporar
definitivamente al jugador a sus filas el 25 de enero y fijaba los titulares en
Lima, la noticia de la incorporación de Víctor Faverani al juego del UCAM desde
la jornada catorce se engrandecía. Y es que la incorporación de este jugador
relaja el ambiente en el equipo desplazando la lucha interna entre Campazzo y
Lima, que realmente nunca se han entendido, y desplaza también la
responsabilidad del liderazgo a alguien que ya se había ido del equipo desde
que se anunció que podría abandonar la disciplina del Murcia a principio de
temporada. Porque, por mucho que se intente, es difícil mentalizar a un jugador
que se pregunta por qué sigue jugando en un equipo mediano, si en el horizonte
está uno de los equipos referentes en Europa. Aparte de ver cómo van pasando
por la disciplina blanca pívots de medio pelo que no tienen los niveles de
rendimiento necesarios para estar en un
grande: Trey Thompkins, Maurice Ndour y Willy Hernangómez. La incorporación
de Faverani y la petición del Madrid hicieron que el equipo solo haya perdido
tres de los nueve partidos que han jugado desde su llegada y en los que en los últimos seis encuentros solo hay triunfos. Llevándoles en volandas a igualar actualmente sus derrotas y
victorias (11-11) y permitiéndoles tener la mejor clasificación de su historia:
séptimos.
En la
antigua Roma se veneraba a un dios que tenía dos caras, el dios Jano. Los
romanos lo hacían para significar que un mismo proyecto tenía dos opciones
cuando comenzaba: la favorable y la que no. Por tanto la cuestión que debería
prevalecer en la mente de los aficionados del UCAM Murcia es la de preguntarse: ¿Qué
hubiera ocurrido con Lima y el UCAM, si los pívots fichados por el Madrid hubieran
dado el rendimiento que se esperaba de ellos en un principio? ¿Fue Lima el
responsable de la deriva del equipo o lo fue la intransigencia de Campazzo? ¿Qué
hubiera ocurrido si el Madrid no hubiera fichado a Lima, realmente este se hubiera entendido
con Campazzo? Es decir, desde el punto de vista del dios que muestra las dos caras:
¿Por qué Lima no se entendió con Campazzo o por qué Campazzo no se entendió con
Lima?
Las
respuestas pertenecen al desarrollo del concepto de liderazgo como punto de
partida del desarrollo del jugador franquicia de un club y, recordando la película
de Los Inmortales, en la que la frase recurrente es que “solo puede quedar uno”,
el espacio ocupado por el líder, en igualdad de condiciones, está reservado al
que más ansias tiene por conseguirlo. Los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille
O'Neal ganaron tres títulos mientras los egos se mantuvieron igualados, pero tuvieron
que desprenderse de uno de ellos para seguir siendo competitivos porque la
lucha por ser el referente o el líder o el jugador franquicia estaba
destrozando el equipo.
¿Perjudicó Lima a su equipo? Los datos dicen
que sí, pero la respuesta es no. Porque quien realmente lo hizo, como siempre
ocurre cuando hay dos gallos en el corral, fue la lucha por mantener el
liderazgo de quien se iba frente al que llegaba. Lejos de esquemas tácticos, técnicas
o estrategias, los malos resultados de parte de la temporada obedecen a la gestión
de mentalidades por parte de Katsikaris, el cual ahora tiene allanado el camino con
dos importantes jugadores, que fueron defenestrados en su día, y que actualmente suman porque necesitan volver a demostrar su valía.
Hola creo que todo ya estaba pactado ellos no debían entenderse.solo jugarían un tiempo juntos y Campazo minutos y minutos
ResponderEliminarHola Porter Gomez. Es interesante tu reflexion porque el hecho de que estuviera pactado le da un nuevo punto de vista al articulo. Y es que, si así ha sido, entonces Lima debia de haber salido mucho antes del equipo, pero el miedo a perder mas partidos les atenazó. Fotis debia de haber gestionado esta situacion mucho mejor. Pero no pudo o no le dejaron.
EliminarGracias por tu comentario y un saludo.