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jueves, 7 de enero de 2016

Entrenadores europeos en la NBA ¿Sueño o realidad?

Pau Gasol, Kristap Porzingis, Danilo Gallinari, Dirk Nowitzki, Tony Parker... está claro que la NBA se nutre cada vez más del extenso mercado europeo para llenar sus plantillas siguiendo siempre el estereotipo de que un jugador del Viejo Continente será mejor tirador y tendrá una mejor técnica mientras que un afroamericano tendrá en el físico su principal ventaja. Este concepto ha ido evolucionando con el tiempo y en la mejor liga del mundo ya compiten más de cien extranjeros, jugadores nacidos fuera de Estados Unidos. 28 de ellos acudieron al Eurobasket´15 con sus respectivas selecciones demostrando que dar el salto a la NBA desde Europa ya no es ninguna quimera. 

Vincent Collet, interesado / www.lemonde.fr
Pero...¿Qué pasa con los entrenadores?. En los últimos años la cifra ha ido ascendiendo y sonados han sido los casos de Ettore Messina en los Spurs o David Blatt en los Cleveland Cavaliers. Sin embargo el técnico de los Cavs tiene la doble nacionalidad y tan solo cinco europeos se sientan en los banquillos de las treinta franquicias. Además del propio Messina, Igor Koskokov (Utah Jazz), Vitaly Potapenko (Cleveland Cavaliers), Neven Spahija (Atlanta Hawks) y Darko Rajakovic (Oklahoma City Thunders) completan el quinteto inicial de entrenadores-asistentes en la NBA. Teniendo en cuenta que cada equipo cuenta con un cuerpo técnico de en torno a las cinco-seis personas, los Estados Unidos no parecen un destino de fácil acceso para los técnicos extranjeros. 

Sergio Scariolo y Panagiotis Giannakis ya han mostrado su interés por probar fortuna en los banquillos americanos y Vincent Collet, seleccionador francés, se expresa así al respecto: "Soy un apasionado del baloncesto y a pesar de que me gusta la Euroliga, la NBA sigue siendo la mejor liga del mundo". Sin embargo, a pesar de compartir el vestuario de Blatt durante los Campus de Verano, Collet ve como algo "utópico" su fichaje por alguna franquicia y se muestra escéptico frente al supuesto interés de los americanos de incorporar entrenadores europeos a sus equipos. Arturas Karnisovas, que ayudó al Dream Team 2.0 durante su preparación para el Mundial 2014, si que ve algo más de curiosidad entre los GMs y cree que en el futuro si podrá ser una realidad.

Muchos partidos, pocos entrenamientos

Una de las principales dificultades que encuentran los analistas es la enorme cantidad de partidos que hay durante la temporada, un total de 82 a razón de 3 o 4 cada semana dejando apenas espacio para los entrenamientos. George Karl (Sacramento Kings) advierte que es "un gran salto" y habla de un "esquema psicológico" que los entrenadores "deben cambiar" antes de dirigir en Estados Unidos. Algo que para Vincent Collet, entrenador también del Estrasburgo, no supondría un gran cambio. "Hay muchos partidos, el año pasado tuvimos 70 y en la NBA hay algunos equipos que se quedan en 82. Ya no hay tiempo para entrenar, nos hemos adaptado a este ritmo de competición. Incluso Zeljko Obradovic ha tenido que cambiar su forma de entrenar en los últimos 10 o 15 años". 

¿Sustituirá Messina a Popovich en los próximos años?
www.basquetplus.com
Gregg Popovich (San Antonio Spurs), quizá el entrenador más innovador y en cuya plantilla hay más extranjeros que americanos comenta "Un montón de entrenadores podrían estar en la NBA. El baloncesto es ya un deporte internacional y los entrenadores han mejorado en todo el mundo, como los jugadores. Hay buenos entrenadores y jugadores en todas partes, solo hay que encontrar un equipo con agallas para ficharlos". Su franquicia fue osada cuando le dio las riendas del equipo a Becky Hammon, la primera asistente de la historia, ¿Servirá de ejemplo?

Queda claro que es una opción que se baraja dentro de los equipos de la NBA pero de momento no parece factible a corto plazo. Equipos como Chicago Bulls o Boston Celtics prefieren darle las llaves del vestuario a jóvenes prometedores de la NCAA antes que a experimentados maestros europeos. Poco a poco se irá rompiendo esta barrera psicológica y pasará a ser algo tan habitual como ver jugadores europeos. Hasta entonces, quizá miedo a lo desconocido, quizá incertidumbre ante la falta de experiencia en una de las ligas más competitivas del mundo donde priman los resultados inmediatos y existen pocos proyectos pacientes a largo plazo, parece que habrá que esperar. En estos momentos, un europeo dirigiendo a los mejores del mundo es más sueño que realidad. 

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