Con la dureza como rutina, la Big
Ten promete volver a regalarnos de nuevo batallas épicas en donde cada canasta valdrá oro pese a la probable desigualdad que pueda existir entre las
universidades punteras y el resto de la conferencia.
Foto vía blacksportsonline |
El cartel de favoritos
indiscutibles recae en una potencia emergente como Maryland y un clásico como
Michigan State. Los Terrapins parten por delante en los pronósticos merced a la
composición de uno de los mejores quintetos de la competición. Melo Trimble
será el adalid ofensivo de un equipo repleto de alternativas que añade tiro
exterior con Rasheed Sulaimon y poderío interior con el freshman Diamond Stone y que disfrutará de la versatilidad de Jake
Layman. La lesión de Dion Wiley (probablemente se perderá toda la temporada)
merma el potencial de una segunda unidad a la que Mark Turgeon deberá saber
sacar jugo. Menos focos acaparan los Spartans de Tom Izzo, a quienes el
descompromiso de Caleb Swanigan –con destino final en Purdue- les restó
favoritismo pero no mimbres para volver a ser un conjunto aspirante a la Final Four. Todo girará alrededor de un
Denzel Valentine que en su año senior se
postula como serio candidato a mejor jugador de la NCAA y que escoltado por una
metralleta certera como Eron Harris, que regresa tras un año en blanco tras su transfer, y el poder en la pintura que
otorgará la presencia del novato Deyonta Davis, dará que hablar. Y pese a ello, el factor
ganador vuelve a estar en Tom Izzo quien potencia sus recursos como ningún
otro y es sinónimo de solidez en marzo.
Al acecho de Maryland y Michigan
State se cuenta con que esté Indiana. Los Hoosiers son, seguramente, quienes
aglomeran más talento ofensivo en su roster
de toda la nación. Ningún backourt
atesora el potencial anotador y el talento de Yogi Ferrell y James Blackmon Jr., pero lo que
declina la balanza a favor de pensar que este año es el bueno en Bloomington es
la adición de Thomas Bryant, un freshman
que se antoja clave para conseguir el equilibrio entre talento exterior y
recursos interiores que tanto añoraron los de Tom Crean la anterior campaña.
Menos talentosa pero
fantásticamente entrenada se espera a Wisconsin. Como en el caso de Michigan
State, la baza ganadora se encuentra en el banquillo. Bo Ryan ha visto como, en
consecuencia de las bajas, las aptitudes de un conjunto que el año pasado rozó
con la yema de los dedos el título han menguado considerablemente. De esta
manera, Nigel Hayes y Bronson Koenig quedan como líderes de unos Badgers a los
que no es recomendable menospreciar mientras Ryan esté al mando. A su vez, el
objetivo de regresar al Madness asoma en Purdue tras configurar una de las
baterías interiores (A.J. Hammons-Isaac Haas-Caleb Swanigan) más temibles del
país, que cohesionada con un grupo profundo de jugadores de perímetro pueden hacer de los
Boilermakers una de las revelaciones del curso. En otro orden de cosas, tras
cuajar una actuación para el olvido en la 14/15, Michigan pondrá sus esperanzas
en la vuelta de Caris LeVert para rehacerse luego de un año de penuria. Por
debajo pero no demasiado lejos de los equipos más fuertes puede estar Iowa,
que aún perdiendo a su mejor jugador –Aaron White- espera ser competitiva de la
mano de un Jarrod Uthoff que puede ser uno de los tapados en la carrera por el Big Ten Player of the Year.
Foto vía bleacherreport |
Si refiriéndonos a Wisconsin hablábamos
de marchas duras, ninguna parece tan difícil de remplazar como la de D´Angelo
Russell en Ohio State. Los Buckeyes buscarán la fortaleza en el bloque debido a no contar con un referente claro. La falta de experiencia y anotación interior jugarán en
contra de los de Thad Matta a la hora de pelear por un puesto en la locura de marzo.
Del mismo modo, Illinois puede ser también un bubble team durante el transcurso de la temporada, pero la segunda
lesión grave consecutiva de Tracy Abrams es un mazazo que puede resultar
demasiado pesado. Tampoco nos hemos de dejar en el tintero a la Minnesota de Richard
Pitino, que aguarda en Kevin Dorsey a uno de los jugadores de primer año más
productivos de la liga. Sumando, Northwestern apunta a ser el típico equipo
que, aún sin grandes expectativas, puede sumar victorias ante los peores
combinados y dar el susto a más de una potencia de la conferencia.
En la cola se sitúan tres
universidades que, si ya dejaron que desear, las bajas rebajan aún más sus
escasas pretensiones. Las ausencias Terran Petteway, DJ Newbil y Kadeem Jack y
Myles Mack desdibujan sobremanera el panorama de Nebraska, Penn State y
Rutgers, abocadas al infierno salvo sorpresa.
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.