Ha tenido que sudar y mucho el equipo español dirigido por Juan Antonio Orenga para imponerse a Francia en un Palacio de los Deportes de Madrid lleno hasta la bandera con más de 12.500 espectadores. El esfuerzo ha sido mayor que lo que refleja el 85-76 final del electrónico ya que si algo caracteriza a esta Francia ha sido su dureza en los contactos.
El comienzo de partido fue frenético, sobre todo por parte del equipo francés que se puso por delante para marcar la máxima diferencia 2-10 del choque en los primeros compases. España por su parte no contaba con el acierto galo de cara a la canasta y tuvo que esperar a que saltaran a pista jugadores a priori secundarios como San Emeterio o Xavi Rey para impedir que el equipo visitante abriera brecha al término del primer cuarto (18-18).
El ritmo bajó considerablemente en el segundo cuarto y la anotación se estancó en ambos lados. Emergieron en ese momento San Emeterio por un lado y Batum por el otro como máximos anotadores pero lo que ponderó fueron las defensas, especialmente las probaturas en zona de los de Orenga.
Ese ajuste cortó la sangría y obligó a Francia a tener que elaborar mucho más sus ataques. La buena defensa estuvo acompañada de salidas rápidas a la contra, juego en el que España se maneja como pez en el agua. El marcador al descanso reflejaba el trabajo de los 'ÑBA' en ese segundo cuarto: 34-33.
Tras la reanudación, Francia fue la que puso el orden y la seriedad defensiva en práctica. En ataque, los galos se mostraron pacientes y supieron percutir la zona española que antes se les había atragantado.
Apareció entonces la figura de Marc Gasol para mantener a España en el partido ya que Francia se había colocado por encima casi sin hacer ruido. El relevo de Gasol lo tomaron Sergi Llull primero y Ricky Rubio después.
El de Menorca colocó por delante a España con dos triples consecutivos (48-47) y Ricky se convirtió en la pesadilla de su par Diot durante los últimos minutos del tercer cuarto. Una canasta inverosímil de Rudy Fernández puso el 61-59 con el que duelo se encamiaba a los últimos diez minutos de partido.
España siguió enchufada tras el intermedio y aunque no estaba Marc en pista, el cerrojo estaba echado a cargo de Xavi Rey. En ataque, Ricky siguió maravillando al pabellón hasta que tanto Rey como Rubio dejaron sus puestos a los cuatro minutos a Sergio Rodríguez y a Marc Gasol.
A falta de cinco minutos para el final el seleccionador galo Collet pidió tiempo muerto antes de que España se fuera más allá del 71-67. De la mano de su estrella Batum,máximo anotador del partido (17 puntos), Francia se reenganchó al partido a pesar de los cambios de defensa con los que España trataba de sorprender.
Sin embargo España en ataque no fallaba y con un triple de Sergio Rodríguez se iba ocho puntos arriba a falta de menos de tres minutos (78-70). El canario se enchufó y tres canastas consecutivas con su firma sentenciaron el partido: 85-76.
Ahora la revancha se la dan los dos equipos para el lunes, en Montpellier.
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