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Como en todo, a
menudo se podría determinar cualquier situación con un “el antes y después”.
Distintos grupos de música, gracias a su peculiar estilo y grandes dotes por la
innovación, han hecho en este mundo cambios necesarios para que este avance
como es debido. ¿A quién no le viene en la cabeza cierto grupo o cantante de
rock, de pop o de cualquier otro estilo, cuando hablamos de la progresión en el
lenguaje musical? Todo engrandece a medida de lo necesario, pero realmente
se puede afirmar que hay uno o varios factores que contribuyen para que esto
ocurra.
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El fin de semana
de las estrellas, el que tantas críticas está recibiendo en estos últimos años,
ha marcado siempre “el antes y después”. A pesar de que muchas opiniones estén
de acuerdo para remodelar el formato del evento, las cosas que acontecen allí
van más allá de un simple fin de semana de las estrellas. Finalizado el
All-Star se cruza la línea que distingue dos sectores muy marcados, sin
referirse a algo interno como sería un evento histórico, gracias los partidos y
concursos que transcurren en las tres noches, la NBA adopta un nuevo rol, se
aproxima la recta final. Es ahora cuando los equipos deben hacer verdaderamente
bien el trabajo, alcanzar los objetivos para unos, no dar la temporada por perdida
para otros. Juntos logran los partidos más interesantes de la regular season.
No es de extrañar ver como los General Managers se encargan de realizar los
últimos retoques que quedan por pulir, es entonces cuando se efectúan los
traspasos. Candidatos a PlayOffs lo son todos –a pesar de que por algunos se
confíe menos– y aquellos que no han tenido suficiente con los rosters que
confeccionaron a principio de temporada se intentan hacer con alguna que otra
estrella para decantar la balanza a su favor. ¿Qué me dices de Monta Ellis?
Antaño Milwaukee Bucks se hizo con sus derechos e intentó clasificarse para
postemporada, aunque no pudo ser. No obstante, Golden State Warriors perdía uno
de sus referentes en ataque, en cambio este año es el equipo revelación de la
liga, su clasificación para PlayOffs es casi segura.
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Es esta la
esencia que propicia un All-Star. Un parón va muy bien para refrescar las
mentes y volver un poco más descansados física y mentalmente, después de llevar
un tercio de año jugando de dos a cuatro partidos por semana aproximadamente.
Parecido a los míticos conjuntos musicales que después de su retirada
profesional su estilo se concibió de otro modo, después de un fin de semana
como el vivido en mes de Febrero, el resto de partidos se enfocarán con otro
punto de mira. Más conservador, tanto como dosificador, en los casos que
necesiten dar reposo a algunos jugadores del equipo; más ambicioso, tanto como
arrollador, en los casos que deben darlo todo si es que quieren alargar al
máximo esta campaña. “El antes y después” de cada temporada es el puro mensaje
que transmite un All-Star Weekend.
