En las tierras galegas llenas de meigas, en el
equipo lleno de un poder miudiño, bajo la atenta mirada de Moncho Fernández, el
Alquimista, sólo cabe que jueguen los más aguerridos luchadores y legionarios,
los más valientes entre los valientes, aquellos que se dejan la piel en cada
batalla, sea quien sea el enemigo y sin importar el poder, dándolo todo por los
que le acompañan en la pista y por los que les alientan en la batalla. Y Pavel
Pumprla es el último descubrimiento de los verdaderos conocedores del Obradoiro.
El jugador checo es un ganador nato, un líder que
está a punto de explotar, un jugador con gen ganador que es lo último que le
faltaba al Obradoiro para dar ese paso adelante. Nacido en Zabreh en 1986,
nunca ha jugado en clubes que fueran externos a la República Checa, hasta su
experiencia en el Obradoiro, dónde viene en busca de nuevos retos tras ganarlo
todo en su pais y competir a buen nivel en la Eurocup, la Liga Adriática y la
VTB League.
El jugador, un alero todoterreno
de 1.98 m
de altura y 91 kg
de peso, llega a Obradoiro para su primera experiencia fuera de su país,
después de ganar las tres últimas ligas y copas de su país con el Nymburk
(quien ha ganado todas las ligas desde el año 2004). Es un jugador
polifacético, que ha demostrado su capacidad en los grandes encuentros de talla
continental, cómo pueden ser la Eurocup (segundo quinteto ideal de la temporada
11/12), o sus números tanto en Eurocup cómo en Liga Adriática: siempre por
encima de los 12 puntos, más de 4 rebotes por partido, sobre las 2 asistencias
por partido, además de casi otros 2 robos por partido.
Su juego, en la posición de
alero, se basa en su altura y en su físico para sacar ventaja, pero que no es
un tirador, es un alero “de fuera a dentro”, un jugador que saca su ventaja en
el movimiento de penetración. La mayoría de su anotación viene de sus
penetraciones o de su trabajo en el interior de la línea de tres, dónde es un
alero alto que saca ventaja a su par, y se aprovecha de ello.
Esta temporada, en el Obradoiro, se
ha convertido en un jugador de una calidad necesaria para la permanencia del
Obradoiro. Cierto es que no está siendo tan decisivo cómo en sus anteriores
equipos, o cómo en su misma selección, pero se ha convertido en un legionario.
Este año, en el Obradoiro, Moncho está llevando al extremo la colectividad de
su equipo, y Pavel Pumprla es el jugador ideal: entregado, vive para el
baloncesto y entrena al 120%, cómo le gusta al cuerpo técnico. Necesita, es
obvio, más rodaje y compenetración, y adaptarse a los esquemas (lleva un mes
menos de entrenamientos que los demás compañeros del equipo, por el
Pre-europeo), pero su trabajo es excelente: trabaja los vídeos y las jugadas
del equipo, y en los entrenamientos muestra una intensidad digna de lo más
deseado por el Alquimista.
Los números no son aún del todo
buenos, pero de sus 4 ppp, sus 0,6 app y sus 1.4 rpp se están disminuyendo,
pero esto, desde luego, no es preocupante, ya que la dinámica del equipo es tan
especialmente buena, que, cómo bien declara Moncho, no importa quien haga hoy
los puntos, porque hoy es uno, y mañana otro, si no que importa que todo el
equipo defienda todo el partido, luche todos los balones y se entregue al
máximo por la afición. Y Pavel es el soldado que todos quieren tener en sus filas
para esforzarse al máximo por el equipo.
Pablo Aguado
@nenva20
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