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domingo, 10 de junio de 2012

Así ha sido el año del "dragón" Goran Dragic.


Así llamaron en Houston a la temporada que Goran Dragic tuvo en los Rockets. Sus números crecieron exponencialmente: 26 minutos, casi 12 puntos, 46 por ciento de tiros de campo, y más de 5 asistencias por partido. Pero para comprender porqué tuvo semejante ascenso este talentoso base, hay que retrotraerse al 2008, año de su llegada a la NBA.

Para cualquier jugador que sale de FIBA y hace su intento en la poderosa NBA las cosas pueden ser muy difíciles. Más difíciles serán si no hablas bien el idioma inglés y si encima llegas con un sueño bajo el brazo. Sabemos todos, los sueños a veces pueden ser cargas. No para Goran...

Phoenix le prestó atención cuando San Antonio decidió elegirlo en el puesto 45 del draft de 2008. Spurs no iban a tenerlo en cuenta y los Suns vieron en él cualidades que se podían pulir y explotar. Además, Steve Nash comandaba (comanda aún) las riendas del equipo y qué mejor que uno de los mejores bases que ha visto la NBA para enseñar a un jóven Dragic.

Así arrancó su carrera Estados Unidos. Ese año jugaría 55 partidos, promediando poco más de 13 minutos de juego y 4.5 puntos. Números modestos, pero que lo ayudarían en la transición del baloncesto esloveno al norteamericano. Durante una temporada y media más seguiría siendo el base suplente de Nash, aportando buenos números en puntos y asistencias. En febrero del 2011 Phoenix decidió traspasarlo a los Houston Rockets por Aaron Brooks y una elección de primera vuelta del draft próximo. Allí cambió su carrera.

Ya en la calurosa Houston (quizás no mucho más que Phoenix) encontró un nuevo equipo, compañeros, entrenador y estilo de juego. Los Rockets no tienen su ofensiva armada en torno a un base, como sí los Suns con Nash, y eso ayudó a que encuentre su rol dentro de la rotación. Cerró el 2011 con 22 partidos jugados y algo más de 7 puntos de promedio.

Llegaría el lock out y Goran armó sus valijas por un tiempo hasta conocer cuál iba a ser el futuro de la liga. Llevaría su velocidad, certero tiro y llamativa forma de pasar el balón a España: el Caja Laboral lo disfrutaría durante un tiempo hasta que acabó el paro en la NBA y regresó a Houston.

La temporada 11-12 la comenzó como suplente de Lowry. El número siete de los Rockets estaba teniendo una gran temporada, hasta que una lesión le permitió a Dragic tomar la titularidad y mantenerla a base de tareas destacadas. Además de crecer sus números, creció su importancia en el equipo. Jugadores como Scola lo agradecieron en los pick and roll y Parsons en las salidas rápidas en contraataques furiosos.

Lamentablemente Houston no alcanzó los Playoffs, pero esta temporada quedó en el recuerdo del base esloveno. Subió sus números, entró en el radar importante de la NBA y pudo desplegar su veloz juego, su manera de cargar el balón con velocidad en el campo y su liderazgo. Sin dudas, la temporada que dará comienzo en octubre lo tendrá como uno de los bases protagonistas del Oeste. MacHale, coach de los Rockets, dijo en repetidas ocasiones que su juego lo sorprendió gratamente. Veremos si logra mantener ese nivel, creemos que sí lo hará...

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