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martes, 23 de febrero de 2016

Bertomeu contra Petrucci: Los motivos de la denuncia de Euroliga contra la FIBA

Cuando el 11 de febrero, el presidente de la Federación Italiana de Palacanestro (FIP), Gianni Petrucci, concedía una entrevista al primer periódico de Italia, Corriere della Sera,  lo hacía con el ánimo de dejar claro quién es quién en el baloncesto europeo. Y lo hacía desde el prisma de quien ve como las declaraciones explosivas concedidas por Bertomeu al mismo diario dos días antes no hacían más que ahondar en la llaga abierta desde siempre entre las voluntades de los clubes por gestionar sus competiciones y las voluntades de los burócratas por gestionar el dinero.


Gianni Petrucci ha sido tajante: “Manda la FIBA, no la Euroliga”, y lo ha hecho con bastante enojo porque Bertomeu había marcado claramente el territorio de los clubes y el territorio de la FIBA: “Nadie quiere intervenir sobre la normas técnicas, el dopaje u otra preocupación sujeta a la FIBA. Ahí es ella quien manda. Los clubes solo quieren autonomía y respeto.”

Pero el presidente de la FIP estaba sumamente enrabietado, ya que Bertomeu fue claro sobre la cuestión italiana respecto a los días en los que se juega la Euroliga y como estos afectan a los resultados de los equipos en sus competiciones nacionales al declarar que: “los 11 equipos con licencia A tienen un 90% de victorias en sus ligas. En este momento la excepción, por desgracia, en este resultado es Italia.” Un ataque a la línea de flotación de la FIP, que ve como se le muestra la realidad a la cara al unir a sus pobres resultados en competiciones FIBA (Eurobasket, Olimpiadas, etc.), los resultados en la Euroliga. Ataque contra el que su presidente se revuelve menospreciando una Euroliga a la que tacha de puro mercadeo: “La belleza de este deporte no es sólo ver al Real Madrid y al Barcelona, ​​sino también seguir los milagros de un equipo diferente como el Valencia. El resto es sólo mercado.” Y no resulta curioso que aproveche el momento para hacer un guiño al Valencia, equipo que ahora mismo se muestra como la bisagra que puede definir los proyectos de futuro de FIBA y Eurocup porque su juego y record de victorias están en boca de toda Europa.  

La Federación Italiana fue la primera, junto a la francesa, en declarar su amor incondicional por la nueva competición de la FIBA, pero no es amor todo lo que subyace a la hora de tomar partido por una u otra competición, y pese a que Petrucci alega la pertenencia al COI de la FIBA como forma de justificar la importancia de esta institución, Bertomeu es claro cuando explica el motivo por el que la federación transalpina se ha posicionado, manifestando al hablar sobre los patrocinios que es una cuestión política y de favores “es ridículo pensar que la FIBA nos quiere robar los patrocinadores. Cuando se trata de política , entonces es fácil convencer a la gente , te doy una serie preolímpica si me ayudas a hacer esto.” Y es que si no es por el intercambio de favores, la presencia de la FIP sería nada más que testimonial.

En el fondo, ya que FIBA debe cumplir su nuevo contrato con Performla razón que motiva a esta institución para crear la nueva competición no es una cuestión competitiva o de mejora del baloncesto, sino la necesidad de tener abiertas las ventanas en mitad de la temporada para torneos entre selecciones, algo que Bertomeu califica de disparate porque se pregunta: “¿Qué sentido tendría disputar en noviembre y en febrero juegos que valen una clasificación para el Europeo o para la Copa del Mundo sin los mejores jugadores, esas decenas de atletas que juegan en la NBA ? La NBA no permitiría ni la mitad de un jugador, seguro. Y entonces ¿qué espectáculo se ofrecerá a los aficionados? El problema es que la FIBA no entiende nada. Porque ni la FIBA ni la Euroliga mandan: la que manda es la NBA. La FIBA no es la FIFA. Tenemos que manejar la situación basándose en la realidad, no en lo que se espera.”

Las declaraciones de Bertomeu son tan duras que Petrucci contraataca con contundencia: “La Euroliga es eficiente, pero es un organismo privado. La FIBA la reconoce sólo si no entra en conflicto, si lo hace, no tiene ni una oportunidad de sobrevivir.” Y es que el  rumor que circula por toda Europa es que todos clubes serán absorbidos en dos años por la Champions Basketball League aduciendo que pasará igual que pasa en el futbol, donde la FIFA maneja los negocios de los clubes y los autoriza o desautoriza a hacer operaciones, con los clubes que formen parte de la competición de Bertomeu. Además Petrucci devuelve la pelota a Bertomeu sobre el poder de la NBA, la cual tiene poder, pero no un "poder judicial", aludiendo así al caso en el que la NBA no permita la incorporación de los jugadores a las selecciones en las ventanas de mitad de temporada, ya que: “la NBA no manda nada en el ámbito de las regulaciones del COI”. 

Finalmente Petrucci atacó duramente a Bertomeu al chulearle la opción de los árbitros cuando el diario italiano le preguntó por los mismos: “Si un árbitro quiere pasarse a la Euroliga, puede hacerlo. Pero,  ¿le conviene renunciar a las otras competiciones? En el cauce de la FIBA tienen pólizas de seguros solidas, espero que también las tengan con la Euroliga. La formación de los árbitros pertenece a la FIBA y si vas a luchar, no te vamos a dar a los árbitros. ¿De dónde va a cogerlos Bertomeu cuando los veteranos lo dejen?”

Nueve días después FIBA anunciaba en su página web, noticia que recogió Sentimiento AyN, que la Euroliga, a través de una de sus sociedades con sede en el paraíso fiscal de Luxemburgo: Euroleague Properties, había interpuesto una denuncia contra FIBA y FIBAEurope ante la Comisión Europea alegando una violación de las leyes de la competencia. Curiosamente, Petrucci había recogido esta posibilidad y en tono chulesco había afirmado que la opción de ir a los tribunales representaba una victoria clara de FIBA:”Yo era sindicalista. Me enseñaron que a menudo nos vamos a la corte porque su organización no ha logrado los objetivos: por lo tanto, esto supone ya que es una derrota”. Esta era su respuesta a la contestación Bertomeu a la pregunta de qué haría Euroliga si FIBA prohíbe a los clubes jugar en su competición: “Iremos a los tribunales.”

FIBA ha dejado claro en su comunicado que la Euroliga no tiene intención de dialogar con ella y esta ha respondido, en otra nota de prensa, que han interpuesto la denuncia “como consecuencia de las repetidas presiones que los clubes de baloncesto europeos están sufriendo a manos de la Federación Internacional y sus federaciones nacionales afiliadas, con el objetivo de obligarlos a renunciar a su participación en las competiciones europeas que desde el 2000 los clubes mismos han gestionado a través de la Euroleague Basketball.” Alegando que el objetivo de la demanda es conseguir “que los clubes, jugadores y árbitros pueden tomar libremente la decisión de participar en las competiciones que consideren apropiadas, sin ser objeto de amenazas o presiones.” Aduciendo además que hay casos anteriores en los que determinadas entidades obligaron a participar en sus competiciones, como los contenciosos de los patinadores sobre hielo contra la Unión Internacional de Patinaje y los del Circuito de Vehículos Eléctricos contra la Federación Internacional de Automovilismo, “que demuestran que las federaciones deportivas no pueden usar sus poderes de regulación y sanción para obtener una ventaja en el mercado.” dice el comunicado de Bertomeu, el cual es claro  cuando señala que en la queja ante la Comisión "reproducen los comentarios públicos realizados y publicados en diversos medios de comunicación en los últimos meses en los que diferentes representantes de la Federación Internacional y sus federaciones nacionales amenazan o insinúan posibles sanciones o penalizaciones a diferentes colectivos profesionales de acuerdo con su decisión de participar en una competición u otra.”

En definitiva, según el comunicado de la empresa de Bertomeu, este se ha convertido en el William Wallace del baloncesto europeo porque dice que “La Euroleague Basketball y sus clubes se han visto obligados a presentar esta queja en defensa de los clubes, jugadores, árbitros y otros profesionales que deben tener la libertad de decidir, de conformidad con la legislación europea vigente.” Sin embargo, por si el Plan A falla, los tres equipos con licencia A ya han avisado a los clubes de la ACB que el dinero del nuevo contrato con Movistar+ se repartirá, por si acaso albergan dudas de a quien seguir, de forma diferente en función de si juegan con Bertomeu o con el Secretario General de FIBA, Patrick Baumann.

Es cierto que FIBA debería indicar a sus propios dirigentes que fueran más comedidos en sus declaraciones, pero, también es cierto que Bertomeu no puede jugar a ser Robín Hood o William Wallace y enarbolar la bandera de la libertad a la vez que también representa el papel de los ricos nobles que privan de independencia a los débiles.

Chulerías las justas.


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