Tras la última canasta de Sergio Llull en el partido final del
playoff de la temporada pasada, todos nos quedamos con ganas de más. En el
horizonte se barruntaba que el enfrentamiento entre el Barça y el Madrid por el
título iba a ser un paseo campal para los de Laso, como así sucedió. Decepción inmensa en el aficionado, que había
visto como el equipo toronja había llevado hasta el extremo su capacidad para
conseguir el triunfo sin ceder ni por un momento un palmo de terreno ante el
todopoderoso Real Madrid. Quizás por eso, porque se tenía en los despachos
valencianistas esa misma sensación, se denunció, al final de la eliminatoria,
la alineación indebida del jugador blanco Slaughter. Un berrinche comprensible,
pero no justificado, que duró el tiempo suficiente para replantearse lo hecho
hasta el momento y darse cuenta de que, si el equipo valenciano quería crecer
aun más, se debía de modificar la filosofía, que hasta el momento les había
hecho ser un equipo de referencia, para pasar a ser un equipo admirable. Un equipo
que, ahora mismo, asombra por su identidad y juego.
Una filosofía que nace con el concepto de la idea de la táctica del
conejo, explicada perfectamente por el añorado Manel Comas a principios de esta
década, y que evoluciona hasta conseguir el título de Eurocup en la temporada
2013-14 frente Unics Kazán con Perasovic y Doellman al frente. Una filosofía
que va más allá de los títulos conseguidos y que busca su lugar fijo como
conjunto clave en el continente porque tiene en el punto de mira su incuestionable
lugar en la máxima competición europea, la Euroliga. Ya no se trata de pensar
que es lo que va a hacer el Valencia esta temporada, sino de confrontar los
resultados con lo que se sabe que es capaz de hacer el conjunto toronja. Pero
para ello necesita dar ese salto cualitativo y cuantitativo que marque la
diferencia, y que solo se consigue ganando la Eurocup, pero, sobre todo, su
asignatura pendiente, la liga ACB. Probablemente por tener en mente ese
objetivo y por darse cuenta de que había llegado ese momento, desde las
oficinas del club pensaron que había que dejar de remover la paella, formada
todos los años con los mejores ingredientes, para ponerse a hacer una tortilla
a la que darle la vuelta. Dejando de mirar a Raznatovic (el agente de Doellman) para buscar otros lugares donde el sol brilla con la intensidad adecuada, Justin
Zanik (el agente de Hamilton).
Hasta el momento nueve victorias en la liga
ACB y nueve victorias en Eurocup hacen de la nueva filosofía valencianista el
estilete con el que se plantan en cada partido para hacer que los rivales vean
en ellos a un equipo poderoso imposible de batir.
Hay muchas claves en la formación del equipo.
Claves que suponen el acierto de la inteligencia del ceramista cuando construye
la pieza con los mejores materiales. Para ello se ha tenido que desprender de
autenticas joyas como Pau Ribas, Nedovic, Lishchuck, Loncar o Harangody la
temporada pasada o Doellman, Lafayette, Barton, Lavrinovic o Aguilar la
temporada anterior.
Pero el esfuerzo desarrollado, el buen juego
y las victorias hacen que la sombra de estos jugadores se vea ya lejana en el
tiempo y, a pesar de que ya no están jugadores muy queridos por la afición como
Lishchuck, al que brindaron un emotivo
homenaje el dia de su marcha del equipo, el desarrollo de los acontecimientos hace que
solo se pueda pensar en el presente.
LAS CLAVES.
El entrenador:
La apuesta es fuerte, pero solo la fortuna favorece
a los valientes. Así lo deben pensar en el staff directivo y, por eso, la decisión
de prescindir de Perasovic tras el motín en el vestuario la temporada pasada, que supuso el ascenso de un brillantísimo Carles Duran que apaciguó con
inteligencia las turbias aguas, para traer en esta a un entrenador con mucho
oficio, que siempre ha contado con la admiración de público y entrenadores, y por
el que siempre se ha pedido que tuviera un equipo a su altura, sorprendió en un
principio, para no desentonar nada tras lo conseguido hasta el momento y
probablemente en lo que se conseguirá en el futuro.
La llegada de Pedro Martínez ha supuesto una
revolución en todos los aspectos, desde los sistemas de entrenamiento hasta el
concepto ejecutivo en los tiempos muertos. De hecho, las sorprendentes imágenes
que mostraron a un Guillen Vives explicando a los compañeros detalles del juego
en un timeout, con el beneplácito y la admiración de un gran entrenador, que
sabe cuándo debe dar un paso atrás para afianzar el liderazgo de aquellos cuya
responsabilidad en la cancha es la de la ejecución de sus directrices, dicen
mucho de quien se trajo para dar la vuelta a la tortilla. Pedro Martínez ha
sabido aceptar el reto teniendo la sartén por el mango, pero sin dejarla lo
suficiente en el fuego como para que se queme, ya que la temporada es muy larga.
Dieciocho victorias consecutivas son el resumen del
trabajo realizado por este gran entrenador, que necesita de nuevo un título en
sus manos, quizás porque aquella Copa Korac, conseguida por él hace 25 años con
el Joventut frente al potente equipo italiano del Scavolini de Pesaro de Sergio
Scariolo, queda demasiado lejos en el recuerdo.
La plantilla:
La evolución de la plantilla del Valencia desde que consiguieran la Eurocup en la temporada 2013-14 es importante. Sin embargo, cinco son los jugadores clave que permanecen en el equipo desde la misma y que forman su columna vertebral: Sam Van Rossom, Romain Sato, Vladimir Lucic, Rafa Martínez y Bojan Dubljevic. Podría hablarse de supervivientes, ya que la rotación de jugadores es habitual en Valencia temporada tras temporada, salvo Rafa Martínez, que pertenece al equipo desde la temporada 2008-09. Pero no es el caso, ya que la presencia de estos jugadores es definitiva en la construcción del equipo y en los logros obtenidos.
La columna vertebral:
Cinco son los jugadores que apuntalan los cimientos
de lo conseguido hasta ahora con aportaciones fundamentales en los partidos
clave. Sam Van Rossom, jugador belga nacido en Gante, tras pasar por el CAI
fija su residencia en Valencia en la temporada 2013-14 para aportar desde el
puesto de base 10.7 de valoración. Proporcionando además un juego rápido,
alegre y efectivo durante los 20 minutos de media que está en pista. Romain
Sato es un jugador nacido en la Republica Centro Africana. Se caracteriza por
ser un escolta fundamentalmente defensivo, que en su día sonó para sustituir a Papanicolaou
en el Barcelona. Vladimir Lucic, alero serbio nacido en Belgrado, se lesionó a
principio de temporada y no ha podido aportar los 7,5 puntos, 3,2 rebotes y 8,1 de valoración
que ofreció en los dos cursos que lleva en Valencia. Poco a poco, Pedro Martínez
le está devolviendo a la cancha tras su recuperación. Rafa Martínez, jugador
nacido en Sant Pedor (Barcelona), llegó al Pamesa Valencia procedente del Ricoh
Manresa y desde entonces no ha hecho más que aportar al conjunto toronja
valoraciones excelentes. Actualmente es uno de los capitanes junto a Van Rossom
y promedia 14 de valoración y 12 puntos por partido. Bojan Dubljevic, pívot montenegrino nacido en Niksic, que lo ha visto todo, lo ha jugado todo y ha
visto como otros jugadores abandonaban el equipo mientras él permanecía en la
plantilla tras su incorporación desde el Buducnost de la liga montenegrina.
Aporta, desde sus 2.05, su buen saber hacer en los 18 minutos por partido que
le entrega Pedro Martínez al que le devuelve 13.3 de valoración, 13 puntos y 7
rebotes de media. Es el pilar por derecho propio de la columna vertebral de
estos cinco mosqueteros. La base de la columna.
La caballería:
Tras la columna vertebral llega la
caballería. Las nuevas incorporaciones dotan de mucha velocidad
al equipo, pero también de mucho oficio. En el vestuario se han juntado en hambre con las ganas de comer, ya que, unida a la necesidad de demostrar su valía como jugadores que merecen por derecho propio estar en la élite, son jugadores que necesitan títulos. Guillem Vives, jugador formado en la cantera del Joventut de Badalona, ha aprovechado las oportunidades que se le han presentado con sobresaliente. Tras adaptarse al equipo la temporada pasada haciendo un brillantísimo papel, que le llevó al Eurobasket2015 de la mano de Scariolo, se ha mostrado como lo que es: uno de los mejores bases nacionales. No solo su aportación es decisiva para el equipo, sus 11 de valoración y 7.2 puntos en 22 minutos de media por partido hablan por sí solos, sino que, tras la lesión de Van Rossom, tuvo que demostrar que no solo había venido a ser el sustituto del base belga, ya que, desde la confianza que le ha demostrado Pedro Martínez, la seguridad de su juego le permite desarrollar todo su carácter. El triple decisivo conseguido en Alemania ante el Ratiopharm Ulm en la jornada tercera de Eurocup, saltándose cualquier jerarquía que haya en el equipo habla por sí solo del carácter ganador y de liderazgo que tiene este jugador. Fernando San Emeterio. Al jugador cántabro no hace falta descubrirlo. Formado en la cantera del antiguo Forum Filatélico de Valladolid, no ha dejado de sorprender, tras su incorporación en el año 2001, en cualquiera de los equipos de ACB en los que ha jugado. Forum Filatélico, Akasvayu en Manresa y Baskonia, al que le dio la liga 2009-10 tras conseguir la canasta final frente al Barcelona de Navarro y Mickeal, que fue dominador absoluto de la competición y que ganó la Euroliga en esa temporada, han sido los equipos por los que ha pasado antes de llegar a Valencia para aportar 9 de valoración y 9 puntos en los 22 minutos de media por partido que lleva jugados. Habitual del seleccionador Scariolo, ha conseguido estar junto a la elite del baloncesto en competiciones olímpicas como en Londres2012 y en el último
Eurobasket disputado. John Stefansson llegó a Valencia con un contrato de tres meses para sustituir a Antoine Diot, que se había lesionado. El jugador islandés ya había sorprendido a propios y extraños cuando desembarcó en la ACB en la temporada 2011-12. Atrás quedaban equipos que ya se habían fijado en este jugador como los Dallas Mavericks, el propio Pamesa Valencia en la temporada 2006-07, el CB Granada, el CAI Zaragoza, donde hizo un brillantísimo papel, y el Unicaja, en el que su aportación fue menor. Jugador muy rápido y efectivo, como quedó demostrado en el Eurobasket2015 con la deslumbrante selección de Islandia, país del que procede. Promedia 4.8 de valoración media y 7 puntos por partido en 13 minutos. Números que hacen de él un suplente de lujo que aprovecha muy bien los minutos que tiene en la rotación del equipo. Antoine Diot, jugador francés procedente del SIG Strasbourg, juega su primera temporada en ACB y aporta 6.5 de valoración y 4.3 puntos para 14 minutos de juego. Su experiencia internacional le hace ser un jugador reserva fundamental, que ademas esta siendo muy apoyado por el resto del equipo, ya que se lesionó a principio de temporada.
al equipo, pero también de mucho oficio. En el vestuario se han juntado en hambre con las ganas de comer, ya que, unida a la necesidad de demostrar su valía como jugadores que merecen por derecho propio estar en la élite, son jugadores que necesitan títulos. Guillem Vives, jugador formado en la cantera del Joventut de Badalona, ha aprovechado las oportunidades que se le han presentado con sobresaliente. Tras adaptarse al equipo la temporada pasada haciendo un brillantísimo papel, que le llevó al Eurobasket2015 de la mano de Scariolo, se ha mostrado como lo que es: uno de los mejores bases nacionales. No solo su aportación es decisiva para el equipo, sus 11 de valoración y 7.2 puntos en 22 minutos de media por partido hablan por sí solos, sino que, tras la lesión de Van Rossom, tuvo que demostrar que no solo había venido a ser el sustituto del base belga, ya que, desde la confianza que le ha demostrado Pedro Martínez, la seguridad de su juego le permite desarrollar todo su carácter. El triple decisivo conseguido en Alemania ante el Ratiopharm Ulm en la jornada tercera de Eurocup, saltándose cualquier jerarquía que haya en el equipo habla por sí solo del carácter ganador y de liderazgo que tiene este jugador. Fernando San Emeterio. Al jugador cántabro no hace falta descubrirlo. Formado en la cantera del antiguo Forum Filatélico de Valladolid, no ha dejado de sorprender, tras su incorporación en el año 2001, en cualquiera de los equipos de ACB en los que ha jugado. Forum Filatélico, Akasvayu en Manresa y Baskonia, al que le dio la liga 2009-10 tras conseguir la canasta final frente al Barcelona de Navarro y Mickeal, que fue dominador absoluto de la competición y que ganó la Euroliga en esa temporada, han sido los equipos por los que ha pasado antes de llegar a Valencia para aportar 9 de valoración y 9 puntos en los 22 minutos de media por partido que lleva jugados. Habitual del seleccionador Scariolo, ha conseguido estar junto a la elite del baloncesto en competiciones olímpicas como en Londres2012 y en el último
Eurobasket disputado. John Stefansson llegó a Valencia con un contrato de tres meses para sustituir a Antoine Diot, que se había lesionado. El jugador islandés ya había sorprendido a propios y extraños cuando desembarcó en la ACB en la temporada 2011-12. Atrás quedaban equipos que ya se habían fijado en este jugador como los Dallas Mavericks, el propio Pamesa Valencia en la temporada 2006-07, el CB Granada, el CAI Zaragoza, donde hizo un brillantísimo papel, y el Unicaja, en el que su aportación fue menor. Jugador muy rápido y efectivo, como quedó demostrado en el Eurobasket2015 con la deslumbrante selección de Islandia, país del que procede. Promedia 4.8 de valoración media y 7 puntos por partido en 13 minutos. Números que hacen de él un suplente de lujo que aprovecha muy bien los minutos que tiene en la rotación del equipo. Antoine Diot, jugador francés procedente del SIG Strasbourg, juega su primera temporada en ACB y aporta 6.5 de valoración y 4.3 puntos para 14 minutos de juego. Su experiencia internacional le hace ser un jugador reserva fundamental, que ademas esta siendo muy apoyado por el resto del equipo, ya que se lesionó a principio de temporada.
Los Pilares de la Tierra:
Los 2.13 cm. de Justin Hamilton desaparecen
de la vista cuando se observa su manera de desenvolverse por la pista. ¿Alguien
diría que los mide? Tiros lejanos, tiros cercanos, Pick and Roll, contraataque,
rebotes y, sobre todo movilidad. Su límite no existe. MVP del mes de noviembre
en ACB. Sus 18.9 de valoración y sus 16 puntos por partido en 24 minutos hacen
de él uno de los pilares fundamentales del Valencia. Cuando él no está, el
equipo se resiente, pero no por ello baja los brazos.
Luke Sikma es una de las apuestas seguras en
la ACB. Hijo del jugador profesional de los añorados Seattle SuperSonics de la
NBA, Jack Sikma, Luke ya no es el hijo de papa que viene a España a labrarse un
futuro como jugador. Tras pasar por LEB en equipos tan dispares como UB La
Palma o Autocid Ford Burgos, se asienta en ACB la temporada 2013-14 jugando con
el Tenerife para demostrar a todos de que pasta está hecho. Con el Valencia
aporta solvencia al juego a través de sus 11 de valoración, 7 puntos y 6
rebotes en 23 minutos. La defensa del Valencia atrás es cosa suya.
John Shurna, suplente de lujo que, tras
abandonar Badalona, recayó la temporada pasada en Turquía para regresar, en
esta, a un equipo al que brinda números fundamentales para los 17 minutos de
media que está en pista, aportando, desde sus 2.04 cm. 6.1 de valoración, 5.3
puntos y 3 rebotes.
Jordi Trias es un jugador que esconde
experiencia. Como pívot ha jugado en equipos punteros como el Barcelona, con el que ganó la Euroliga, o más
recientemente el Joventut. Fue uno de los jugadores fundamentales para el
ascenso del Morabanc Andorra hace dos temporadas. De Trias siempre se espera
mucho y siempre se le pide mucho. Pedro Martínez lo hace funcionar poco a poco y con pocos minutos,
aportando 5 de valoración y 4.3 en 10
minutos de juego.
EL JUEGO.
Si algo estaba claro a comienzos de temporada
es que Pedro Martínez tenía entre manos a un gran equipo con algunas incógnitas
tras las nuevas incorporaciones, pero lo que todos veíamos a simple vista es
que, tras el partido inaugural contra el Real Madrid al que vencieron por 88 a
82 en el Barclaycard Arena, había dos unidades claramente diferenciadas. Van
Rossom, San Emeterio, Lucic, Hamilton y Sikma formaron la primera unidad de
salida y la segunda unidad la formaron Vives, Rafa Martínez, Sato, Stefansson y
Dubljevic o Shurna. Dos unidades muy potentes capaces de mantener con absoluta
garantía el juego del equipo en las dos competiciones que tenían por delante.
Para ello Pedro Martínez debía construir un esquema de rotaciones muy claro que
permitiera que los jugadores no acabasen quemados antes de tiempo. Sin embargo,
la suerte estuvo de su lado en forma de mala suerte, ya que las lesiones de
tres de sus jugadores: Van Rossom, Lucic y Diot iban a servir para poner a prueba a jugadores
que estaban pidiendo a gritos desde el principio pertenecer a la primera
unidad, como el caso de Guillen Vives al sustituir a Van Rossom en su primera
lesión en el tobillo a finales de octubre o de jugadores como Stefansson, que
tenían que dar lo mejor de sí mismo tras ser contratado por tres meses mientras
se recuperaba Diot, y que ve ahora como el fruto de su esfuerzo es recompensado,
ya que tiene la renovación al alcance de la mano.
Ante estas lesiones, al entrenador no le
quedó más remedio que optar por modificar el juego desde el punto de vista de
la velocidad. Consiguiendo actualmente que
el equipo no pare de correr en ningún momento, manteniendo la intensidad de
juego con la que terminaron la temporada pasada y jugando de memoria en
acciones en las que no invierten más de 15 segundos por jugada. Probablemente,
de esta intensidad, sean responsables los entrenadores asistentes que arropan a Martínez: Carles Durán, Juanjo Rojo y Carlos Maroto, pero es que los genes de todos
los jugadores de este brillante equipo les hacen llevar tatuados en la frente la etiqueta
de intensidad. Intensidad cuando corren, intensidad cuando atacan en estático e
intensidad cuando defienden.
Lo peor para los equipos rivales es que, a
medida que transcurren los partidos, los jugadores nuevos están más asentados y
evolucionan de la mano de sus propios intereses hacia el concepto de equipo
total. No hay malas miradas o malos rollos y todos se arropan con todos. Ninguno,
a pesar de la jerarquía que puede haber en un equipo de alto nivel, está por
encima de nadie. Todos juegan auténtico baloncesto, que en ocasiones es
brillantísimo, como ocurrió en la jornada ocho al enfrentarse a un rival
directo, tanto en Eurocup como en ACB, como es el Herbalife Gran Canaria de Aíto García Reneses.
El juego del Valencia no es el mismo de la
jornada primera, ya que ha evolucionado por la necesidad de no anquilosarse en
lo conseguido y por la necesidad y la visión de los jugadores de tener plena
conciencia de que pueden, no solo, optar a batir records, sino jugar... simplemente jugar al ba-lon-ces-to.
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.