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jueves, 10 de diciembre de 2015

Valencia Basket: Cuchillos bien afilados

Tras la última canasta  de Sergio Llull en el partido final del playoff de la temporada pasada, todos nos quedamos con ganas de más. En el horizonte se barruntaba que el enfrentamiento entre el Barça y el Madrid por el título iba a ser un paseo campal para los de Laso, como así sucedió.  Decepción inmensa en el aficionado, que había visto como el equipo toronja había llevado hasta el extremo su capacidad para conseguir el triunfo sin ceder ni por un momento un palmo de terreno ante el todopoderoso Real Madrid. Quizás por eso, porque se tenía en los despachos valencianistas esa misma sensación, se denunció, al final de la eliminatoria, la alineación indebida del jugador blanco Slaughter. Un berrinche comprensible, pero no justificado, que duró el tiempo suficiente para replantearse lo hecho hasta el momento y darse cuenta de que, si el equipo valenciano quería crecer aun más, se debía de modificar la filosofía, que hasta el momento les había hecho ser un equipo de referencia, para pasar a ser un equipo admirable. Un equipo que, ahora mismo, asombra por su identidad y juego.



Una filosofía que nace  con el concepto de la idea de la táctica del conejo, explicada perfectamente por el añorado Manel Comas a principios de esta década, y que evoluciona hasta conseguir el título de Eurocup en la temporada 2013-14 frente Unics Kazán con Perasovic y Doellman al frente. Una filosofía que va más allá de los títulos conseguidos y que busca su lugar fijo como conjunto clave en el continente porque tiene en el punto de mira su incuestionable lugar en la máxima competición europea, la Euroliga. Ya no se trata de pensar que es lo que va a hacer el Valencia esta temporada, sino de confrontar los resultados con lo que se sabe que es capaz de hacer el conjunto toronja. Pero para ello necesita dar ese salto cualitativo y cuantitativo que marque la diferencia, y que solo se consigue ganando la Eurocup, pero, sobre todo, su asignatura pendiente, la liga ACB. Probablemente por tener en mente ese objetivo y por darse cuenta de que había llegado ese momento, desde las oficinas del club pensaron que había que dejar de remover la paella, formada todos los años con los mejores ingredientes, para ponerse a hacer una tortilla a la que darle la vuelta. Dejando de mirar a Raznatovic (el agente de Doellman) para buscar otros lugares donde el sol brilla con la intensidad adecuada, Justin Zanik (el agente de Hamilton).

Hasta el momento nueve victorias en la liga ACB y nueve victorias en Eurocup hacen de la nueva filosofía valencianista el estilete con el que se plantan en cada partido para hacer que los rivales vean en ellos a un equipo poderoso imposible de batir.

Hay muchas claves en la formación del equipo. Claves que suponen el acierto de la inteligencia del ceramista cuando construye la pieza con los mejores materiales. Para ello se ha tenido que desprender de autenticas joyas como Pau Ribas, Nedovic, Lishchuck, Loncar o Harangody la temporada pasada o Doellman, Lafayette, Barton, Lavrinovic o Aguilar la temporada anterior.

Pero el esfuerzo desarrollado, el buen juego y las victorias hacen que la sombra de estos jugadores se vea ya lejana en el tiempo y, a pesar de que ya no están jugadores muy queridos por la afición como   Lishchuck, al que brindaron un emotivo homenaje el dia de su marcha del equipo, el desarrollo de los acontecimientos hace que solo se pueda pensar en el presente.

LAS CLAVES.


El entrenador:


La apuesta es fuerte, pero solo la fortuna favorece a los valientes. Así lo deben pensar en el staff directivo y, por eso, la decisión de prescindir de Perasovic tras el motín en el vestuario la temporada pasada, que supuso el ascenso de un brillantísimo Carles Duran que apaciguó con inteligencia las turbias aguas, para traer en esta a un entrenador con mucho oficio, que siempre ha contado con la admiración de público y entrenadores, y por el que siempre se ha pedido que tuviera un equipo a su altura, sorprendió en un principio, para no desentonar nada tras lo conseguido hasta el momento y probablemente en lo que se conseguirá en el futuro.

La llegada de Pedro Martínez ha supuesto una revolución en todos los aspectos, desde los sistemas de entrenamiento hasta el concepto ejecutivo en los tiempos muertos. De hecho, las sorprendentes imágenes que mostraron a un Guillen Vives explicando a los compañeros detalles del juego en un timeout, con el beneplácito y la admiración de un gran entrenador, que sabe cuándo debe dar un paso atrás para afianzar el liderazgo de aquellos cuya responsabilidad en la cancha es la de la ejecución de sus directrices, dicen mucho de quien se trajo para dar la vuelta a la tortilla. Pedro Martínez ha sabido aceptar el reto teniendo la sartén por el mango, pero sin dejarla lo suficiente en el fuego como para que se queme, ya que la temporada es muy larga. Dieciocho victorias consecutivas son el resumen del trabajo realizado por este gran entrenador, que necesita de nuevo un título en sus manos, quizás porque aquella Copa Korac, conseguida por él hace 25 años con el Joventut frente al potente equipo italiano del Scavolini de Pesaro de Sergio Scariolo, queda demasiado lejos en el recuerdo.

La plantilla:



La evolución de la plantilla del Valencia desde que consiguieran la Eurocup en la temporada 2013-14 es importante. Sin embargo, cinco son los jugadores clave que permanecen en el equipo desde la misma y que forman su columna vertebral: Sam Van Rossom, Romain Sato, Vladimir Lucic, Rafa Martínez y Bojan Dubljevic. Podría hablarse de supervivientes, ya que la rotación de jugadores es habitual en Valencia temporada tras temporada, salvo Rafa Martínez, que pertenece al equipo desde la temporada 2008-09. Pero no es el caso, ya que la presencia de estos jugadores es definitiva en la construcción del equipo y en los logros obtenidos.

La columna vertebral:


Cinco son los jugadores que apuntalan los cimientos de lo conseguido hasta ahora con aportaciones fundamentales en los partidos clave. Sam Van Rossom, jugador belga nacido en Gante, tras pasar por el CAI fija su residencia en Valencia en la temporada 2013-14 para aportar desde el puesto de base 10.7 de valoración. Proporcionando además un juego rápido, alegre y efectivo durante los 20 minutos de media que está en pista. Romain Sato es un jugador nacido en la Republica Centro Africana. Se caracteriza por ser un escolta fundamentalmente defensivo, que en su día sonó para sustituir a Papanicolaou en el Barcelona. Vladimir Lucic, alero serbio nacido en Belgrado, se lesionó a principio de temporada y no ha podido aportar los  7,5 puntos, 3,2 rebotes y 8,1 de valoración que ofreció en los dos cursos que lleva en Valencia. Poco a poco, Pedro Martínez le está devolviendo a la cancha tras su recuperación. Rafa Martínez, jugador nacido en Sant Pedor (Barcelona), llegó al Pamesa Valencia procedente del Ricoh Manresa y desde entonces no ha hecho más que aportar al conjunto toronja valoraciones excelentes. Actualmente es uno de los capitanes junto a Van Rossom y promedia 14 de valoración y 12 puntos por partido. Bojan Dubljevic, pívot montenegrino nacido en Niksic, que lo ha visto todo, lo ha jugado todo y ha visto como otros jugadores abandonaban el equipo mientras él permanecía en la plantilla tras su incorporación desde el Buducnost de la liga montenegrina. Aporta, desde sus 2.05, su buen saber hacer en los 18 minutos por partido que le entrega Pedro Martínez al que le devuelve 13.3 de valoración, 13 puntos y 7 rebotes de media. Es el pilar por derecho propio de la columna vertebral de estos cinco mosqueteros. La base de la columna.

La caballería:


Tras la columna vertebral llega la caballería. Las nuevas incorporaciones dotan de mucha velocidad
al equipo, pero también de mucho oficio. En el vestuario se han juntado en hambre con las ganas de comer, ya que, unida a la necesidad de demostrar su valía como jugadores que merecen por derecho propio estar en la élite, son jugadores que necesitan títulos. Guillem Vives, jugador formado en la cantera del Joventut de Badalona, ha aprovechado las oportunidades que se le han presentado con sobresaliente. Tras adaptarse al equipo la temporada pasada haciendo un brillantísimo papel, que le llevó al Eurobasket2015 de la mano de Scariolo, se ha mostrado como lo que es: uno de los mejores bases nacionales. No solo su aportación es decisiva para el equipo, sus 11 de valoración y 7.2 puntos en 22 minutos de media por partido hablan por sí solos, sino que, tras la lesión de Van Rossom, tuvo que demostrar que no solo había venido a ser el sustituto del base belga, ya que, desde la confianza que le ha demostrado Pedro Martínez, la seguridad de su juego le permite desarrollar todo su carácter. El triple decisivo conseguido en Alemania ante el Ratiopharm Ulm en la jornada tercera de Eurocup, saltándose cualquier jerarquía que haya en el equipo habla por sí solo del carácter ganador y de liderazgo que tiene este jugador. Fernando San Emeterio. Al jugador cántabro no hace falta descubrirlo. Formado en la cantera del antiguo Forum Filatélico de Valladolid, no ha dejado de sorprender, tras su incorporación en el año 2001, en cualquiera de los equipos de ACB en los que ha jugado. Forum Filatélico, Akasvayu en Manresa y Baskonia, al que le dio la liga 2009-10 tras conseguir la canasta final frente al Barcelona de Navarro y Mickeal, que fue dominador absoluto de la competición y que ganó la Euroliga en esa temporada, han sido los equipos por los que ha pasado antes de llegar a Valencia para aportar 9 de valoración y 9 puntos en los 22 minutos de media por partido que lleva jugados. Habitual del seleccionador Scariolo, ha conseguido estar junto a la elite del baloncesto en competiciones olímpicas como en Londres2012 y en el último
Eurobasket disputado. John Stefansson llegó a Valencia con un contrato de tres meses para sustituir a Antoine Diot, que se había lesionado. El jugador islandés ya había sorprendido a propios y extraños cuando desembarcó en la ACB en la temporada 2011-12. Atrás quedaban equipos que ya se habían fijado en este jugador como los Dallas Mavericks, el propio Pamesa Valencia en la temporada 2006-07, el CB Granada, el CAI Zaragoza, donde hizo un brillantísimo papel, y el Unicaja, en el que su aportación fue menor. Jugador muy rápido y efectivo, como quedó demostrado en el Eurobasket2015 con la deslumbrante selección de Islandia, país  del que procede. Promedia 4.8 de valoración media y 7 puntos por partido en 13 minutos. Números que hacen de él un suplente de lujo que aprovecha muy bien los minutos que tiene en la rotación del equipo. Antoine Diot, jugador francés procedente del SIG Strasbourg, juega su primera temporada en ACB y aporta 6.5 de valoración y 4.3 puntos para 14 minutos de juego. Su experiencia internacional le hace ser un jugador reserva fundamental, que ademas esta siendo muy apoyado por el resto del equipo, ya que se lesionó a principio de temporada.

Los Pilares de la Tierra:


Los 2.13 cm. de Justin Hamilton desaparecen de la vista cuando se observa su manera de desenvolverse por la pista. ¿Alguien diría que los mide? Tiros lejanos, tiros cercanos, Pick and Roll, contraataque, rebotes y, sobre todo movilidad. Su límite no existe. MVP del mes de noviembre en ACB. Sus 18.9 de valoración y sus 16 puntos por partido en 24 minutos hacen de él uno de los pilares fundamentales del Valencia. Cuando él no está, el equipo se resiente, pero no por ello baja los brazos.

Luke Sikma es una de las apuestas seguras en la ACB. Hijo del jugador profesional de los añorados Seattle SuperSonics de la NBA, Jack Sikma, Luke ya no es el hijo de papa que viene a España a labrarse un futuro como jugador. Tras pasar por LEB en equipos tan dispares como UB La Palma o Autocid Ford Burgos, se asienta en ACB la temporada 2013-14 jugando con el Tenerife para demostrar a todos de que pasta está hecho. Con el Valencia aporta solvencia al juego a través de sus 11 de valoración, 7 puntos y 6 rebotes en 23 minutos. La defensa del Valencia atrás es cosa suya.

John Shurna, suplente de lujo que, tras abandonar Badalona, recayó la temporada pasada en Turquía para regresar, en esta, a un equipo al que brinda números fundamentales para los 17 minutos de media que está en pista, aportando, desde sus 2.04 cm. 6.1 de valoración, 5.3 puntos y 3 rebotes.

Jordi Trias es un jugador que esconde experiencia. Como pívot ha jugado en equipos punteros como el Barcelona,  con el que ganó la Euroliga, o más recientemente el Joventut. Fue uno de los jugadores fundamentales para el ascenso del Morabanc Andorra hace dos temporadas. De Trias siempre se espera mucho y siempre se le pide mucho. Pedro Martínez lo hace funcionar poco a poco y con pocos minutos, aportando 5  de valoración y 4.3 en 10 minutos de juego.

EL JUEGO.


Si algo estaba claro a comienzos de temporada es que Pedro Martínez tenía entre manos a un gran equipo con algunas incógnitas tras las nuevas incorporaciones, pero lo que todos veíamos a simple vista es que, tras el partido inaugural contra el Real Madrid al que vencieron por 88 a 82 en el Barclaycard Arena, había dos unidades claramente diferenciadas. Van Rossom, San Emeterio, Lucic, Hamilton y Sikma formaron la primera unidad de salida y la segunda unidad la formaron Vives, Rafa Martínez, Sato, Stefansson y Dubljevic o Shurna. Dos unidades muy potentes capaces de mantener con absoluta garantía el juego del equipo en las dos competiciones que tenían por delante. Para ello Pedro Martínez debía construir un esquema de rotaciones muy claro que permitiera que los jugadores no acabasen quemados antes de tiempo. Sin embargo, la suerte estuvo de su lado en forma de mala suerte, ya que las lesiones de tres de sus jugadores: Van Rossom, Lucic y Diot  iban a servir para poner a prueba a jugadores que estaban pidiendo a gritos desde el principio pertenecer a la primera unidad, como el caso de Guillen Vives al sustituir a Van Rossom en su primera lesión en el tobillo a finales de octubre o de jugadores como Stefansson, que tenían que dar lo mejor de sí mismo tras ser contratado por tres meses mientras se recuperaba Diot, y que ve ahora como el fruto de su esfuerzo es recompensado, ya que tiene la renovación al alcance de la mano.

Ante estas lesiones, al entrenador no le quedó más remedio que optar por modificar el juego desde el punto de vista de la velocidad.  Consiguiendo actualmente que el equipo no pare de correr en ningún momento, manteniendo la intensidad de juego con la que terminaron la temporada pasada y jugando de memoria en acciones en las que no invierten más de 15 segundos por jugada. Probablemente, de esta intensidad, sean responsables los entrenadores asistentes que arropan a Martínez: Carles Durán, Juanjo Rojo y Carlos Maroto,  pero es que los genes de todos los jugadores de este brillante equipo les hacen llevar tatuados en la frente la etiqueta de intensidad. Intensidad cuando corren, intensidad cuando atacan en estático e intensidad cuando defienden.

Lo peor para los equipos rivales es que, a medida que transcurren los partidos, los jugadores nuevos están más asentados y evolucionan de la mano de sus propios intereses hacia el concepto de equipo total. No hay malas miradas o malos rollos y todos se arropan con todos. Ninguno, a pesar de la jerarquía que puede haber en un equipo de alto nivel, está por encima de nadie. Todos juegan auténtico baloncesto, que en ocasiones es brillantísimo, como ocurrió en la jornada ocho al enfrentarse a un rival directo, tanto en Eurocup como en ACB, como es el Herbalife Gran Canaria de Aíto García Reneses.


El juego del Valencia no es el mismo de la jornada primera, ya que ha evolucionado por la necesidad de no anquilosarse en lo conseguido y por la necesidad y la visión de los jugadores de tener plena conciencia de que pueden, no solo, optar a batir records, sino jugar... simplemente jugar al ba-lon-ces-to. 

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