Tras más de un mes de competición disputado y con la navidad a la vuelta de la esquina, empieza a ser tiempo para sacar las primeras conclusiones. Con el calendario non-conference a punto de concluir, será el fragor de la batalla de las conferencias el que dictamine en qué punto se encuentra exactamente cada college y, en gran medida, decida quienes estarán presentes en el gran baile de marzo.
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Michigan State y Oklahoma se posicionan como favoritos
A poco más de una semana para entrar en 2016 son tan solo seis los equipos que no conocen todavía la derrota en la NCAA, siendo Michigan State, Oklahoma, Xavier, SMU, South Carolina y Arkansas- Litte Rock los programas que forman parte de este selecto grupo de equipos imbatidos. Dentro del mismo, Spartans y Sooners sobresalen como auténticos contenders. Los primeros, de indudable solidez y cuajo competitivo, siguen sustentándose en la fortaleza del bloque con Denzel Valentine como pilar. Aún en días grises, como ante Florida, son la fiabilidad hecha conjunto y hacen de su equilibrio a ambos lados de la cancha su argumento más letal. Para mayor inri, Izzo sigue sin encontrarle a Eron Harris el rol capital que se le podía presuponer, por lo que su peligrosidad no irá sino en aumento cuando logre darle acople. Por su parte, Oklahoma se está destapando como un candidato al título de pleno derecho. Los Sooners aunan físico y talento ofensivo para aburrir y, al igual que MSU, cuentan en la figura de Buddy Hield con uno de los jugadores más determinantes y desequilibrantes de la nación. Villanova ha sido su gran piedra de toque y el resultado rozó el sobresaliente, demostrándose así mismos y a todo el baloncesto universitario que no tenerles en cuenta resultaría una osadía. Ambos equipos parecen, a día de hoy, los dos mejores del país. Está por ver si mantendrán el nivel en la BIG Ten y la BIG XI.
Su estela en cuanto a sensaciones, que no en cuanto a recursos, la sigue Xavier. Los Musketeers están sobrepasando las expectativas y resultando ser un rodillo implacable en el cual la pluralidad ofensiva se destapa como mejor arma. Michigan, Dayton o Cincinnati ya han sucumbido frente a los Trevon Bluiett, Myles Davis, Jalen Reynolds y compañía, lo cual demuestra el poderío del combinado edificado por Chris Mack, que no solo parece listo para competir de tú a tú por la Big East, sino que se posiciona como uno de los principales outsides de cara al March Madness. Por otro lado, SMU, sancionada sin poder disputar la post-temporada, ha comenzado el curso evidenciando que el college basketball pierde a un conjunto fantástico para la locura de marzo. Si bien el calendario no ha sido especialmente exigente, los Mustangs se han mostrado como un equipo solvente y con muchos elementos que contener, pues los ocho jugadores habituales de la rotación de Larry Brown sobrepasan los 7,5 puntos por partido.
Más sorprendente resulta la imbatibilidad de South Carolina, aún partiendo de la base de que, al igual que SMU, su calendario no ha sido especialmente duro. La veteranía es un grado y en el caso de los Gamecocks se está demostrando. Frank Martin ha conseguido compenetrar a un grupo experimentado cuyo éxito reside en la fuerza del colectivo y que no está necesitando de un rol estelar de su principal recruit, PJ Dozier. La SEC juzgará hasta qué punto el rendimiento de South Carolina es real, pero lo cierto es que lo reflejado hasta la fecha expone trazas de universidad de Madness. Aunque, todo sea dicho, más inesperado es ir a verificar el récord de Arkansas-Little Rock y comprobar que, efectivamente, el cero sigue presente en su casillero de derrotas. Las victorias frente a San Diego State y Tulsa exponen el superlativo trabajo que está realizando en el presente curso Steve Shields al frente de los Trojans, que tendrán en la Sun Belts la oportunidad de manifestar en su conferencia que su condición de invicto es más que una mera anécdota.
Alarmas en Lexington con Kentucky y el problema Labissiere
Kentucky no está bien y es un hecho. Más allá del récord (9-2) figuran las sensaciones. Los Wildcats a día de hoy son un cúmulo de problemas y defectos por resolver y la esperanzadora imagen ofrecida en el duelo con Duke se quedó en Chicago. El cambio de estilo está siendo brusco y las carencias bajo tableros están quedando expuestas. Marcus Lee está siendo lo más parecido a un referente inferior fiable, aquello que se esperaba encontrar en un, hasta la fecha, decepcionante Skal Labissiere. Al pívot haitiano se le aprecia el talento y potencial que atesora, pero su falta de instinto (tanto a la hora de cargar el rebote como en defensa 1vs 1 en el poste) y músculo están lastrando sobremanera las posibilidades del colectivo. Con la llegada de Tai Wynyard se espera minimizar daños en la que ni muchos menos es la única carencia de Kentucky, pero sí la principal. La falta de tiro exterior hace de UK un cuadro previsible y el bajón de Tyler Ulis (con lesión de por medio) ha restado coherencia y temple ofensivo. Agarrados a los ramalazos de superclase de Jamal Murray o a la intensidad que ofrecen Alex Poythress, Isaiah Briscoe o Marcus Lee, en Lexington toca aferrarse a que el tiempo todo lo cura y a la habilidad de John Calipari para tener a sus grupos en su pico de juego más alto en el tramo decisivo. Para ello, el propio Calipari deberá realizar ajustes, encontrar una rotación óptima y definida y, sobre todo, sacar un mayor rendimiento de un Labissiere hundido en lo anímico y en su juego.
Gracias, Bo Ryan
Durante estas dos semanas se hizo oficial un secreto a voces: Bo Ryan se retira a final temporada. La retirada del actual head coach de Wisconsin es la de un auténtico mito de los banquillos en la NCAA. Con 2 Final Fours, 7 títulos de la BIG Ten, 14 presencias en el March Madness y la mayor cifra de victorias en la historia de los Badgers, Ryan se irá pero su legado perdurará para siempre. El campeonato nacional, salvo sorpresa mayúscula, será la espinita clavada de un entrenador que año tras año ha hecho magia. Gracias por tanto, Bo.
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La gran actuación de estos 15 días
No es la actuación, sino el hecho. Kyle Collinsworth sumó el pasado viernes un nuevo triple-doble (12 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias) que le consolida como el líder histórico del baloncesto universitario norteamericano en dicho apartado estadístico con nada menos que ocho partidos de semejante calibre. La pregunta es obligada. ¿En cuántos triples-dobles dejará Collinsworth el récord? Queda mucha temporada para ver hasta donde es capaz de llegar.
Quinteto de la temporada (21/12/2015)
PG: Kris Dunn (Providence). 16.8 puntos, 6.1 rebotes, 6.9 asistencias y 3.4 recuperaciones por partido. Dunn solo ha podido disputar 15 minutos en los últimos tres partidos de los Friars por culpa de una lesión, pero que hasta ella estaba siendo el mejor base de la competición es una certeza. All-around guard.
SG: Buddy Hield (Oklahoma). 23.5 puntos, 4.8 rebotes, 1.8 asistencias y 1.8 recuperaciones por partido. Solo la poca exigencia del calendario de los Sooners se había entrometido en su presencia en el quinteto en la anterior edición. Villanova ha sido el gran test de Oklahoma en estas dos semanas y Hield ha respondido con nota. Anotador.
SG: Denzel Valentine (Michigan State). 18.5 puntos, 8.3 rebotes, 7.1 asistencias y 1 recuperación por partido. Los Spartans siguen siendo el mejor equipo y probablemente Valentine siga siendo el mejor jugador, con bajada de anotación y porcentajes incluidos. En esa barbaridad de nivel estaba. MVP.
PF: Ben Simmons (LSU). 18.7 puntos, 13.9 rebotes, 5.8 asistencias, 1.4 tapones y 2.2 recuperaciones por partido. LSU sigue siendo un completo desastre, pero Simmons es una delicia. La responsabilidad recae por completo en él y produce con una facilidad abismal. The real deal.
PF: Kyle Wiltjer (Gonzaga). 20.6 puntos, 7.6 rebotes y 1.4 asistencias por partido. La regularidad personificada. No ha sido el mejor non-conference posible para los Zags, pero el rendimiento de Wiltjer no deja lugar a dudas, aunque Brice Johnson (North Carolina) viene pisando fuerte. Constancia.
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