Para los filósofos del baloncesto, el trabajo en equipo es igual a equipo exitoso. Mientras, otros piensan, que el trabajo individual vale más que otra cosa en la NBA. ¿Sera ese el camino del éxito o fracaso?
Foto vía tjcnewspaper.com |
Los equipos en la NBA se conforman bajo ciertos modelos o estilos de juegos que los caracterizan. Algunos, buscan establecer un equipo equilibrado bajo un gran coach y el lema uno para todos. Otros, lo construyen alrededor de un gran jugador con las características de un MVP, donde el lema y la teoría principal es; todos para uno.
Quizás comenten que esta teoría es algo amarillista, pero les explicare un poco sobre esto.
Se trata de nada mas y nada menos que la dependencia a las actuaciones de un jugador estrella. Aquel jugador que se siente y hacen sentir capaz de manejar las ofensivas y finalizarlas por su cuenta, el que pide los rebotes, y siempre aparece en primera plana, eso si, con el equipo en el fondo. Pero mas allá de esto, es aquel jugador que dependiendo de sus actuaciones, su estado emocional y armónico con el resto del equipo es que llegan las victorias. Y a su falta, se convierten en equipos muy vulnerables.
Quizás, y solo quizás, les suenen nombres como los de James Harden en Houston, Westbrook y Durant en Oklahoma, anteriormente Carmelo Anthony en New York -sigue en los Knicks, pero estos juegan ahora en base a otra modalidad -. Y la razón lo dan los resultados, que ha pesar del talento que tenga el resto del equipo, la mayoría de las victorias caen gracias a sus buenas actuaciones. Cabe destacar, que este tipo de jugadores son simplemente excepcionales, capaces de resolver partidos ante los mejores equipos del circuito. Tanto así, que siempre logran colocar el nombre de sus equipos entre los favoritos de la liga. Pero que en la ausencia de estos jugadores, suele ser mucho peor a que ni existieran en la plantilla.
Ejemplo, Houston Rockets de James Harden, una plantilla muy respetable en la NBA, pero el peso general cae sólo en la buena actuación de un jugador. O en otro caso Oklahoma la temporada pasada, donde sus dos grandes referentes perdieron una cantidad importante de partidos y quedaron fuera de playoffs. Ambos casos muestran que fundamentan sus trabajos envase a un jugador y no al colectivo ¿obtienen resultados? Claramente lejos de los pronósticos.
De igual manera, la teoría se adapta al estilo de juego de ciertos equipos en la NBA. Toronto es uno de ellos. Es una de las mejores plantillas en el este, pero que no es conocida por su defensa, sino por actuaciones individuales en ataque, donde un gran jugador improvisa y resuelve. Estos son equipos que pueden ganar muchos partidos en la temporada, pero que terminaran fracasando en las etapas finales, donde siempre se revelan sus defectos y su contundente falta de juego.
La gran diferencia de estos equipos con los campeones de los últimos años en la NBA, digase Golden State y San Antonio, es simplemente que no construyen un equipo a través de sus estrellas, sino de un sistema y modo de juego basado en el colectivo. Trabajando en defensa, involucrando a todos sus jugadores en ataques y haciendo las cosas pequeñas. Además, no dependen de un gran jugador, y puede que en su ausencia baje el nivel del equipo, pero la idea de juego, es la misma y siguen siendo competitivos. Claramente polos opuestos con la propuesta de los equipos basada en sus estrellas, por un lado se nota el éxito, mientras, en el otro existe mucha frustración.
Esta teoría, que tan poco éxito a tenido en el baloncesto moderno se vuelve tendencia en muchos equipos. Juego totalmente atractivo para los gerentes generales, que consiguen muchas victorias, pero, sus grandes defectos, los esperan en los playoffs.
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