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Llevo dos meses o así callado, en la sombra, sin querer comentar nada acerca del tema, como esperando a que todos hagan sus rituales y expresen sus formas ante la opinión pública. Llevo demasiado tiempo callado.
Todo empieza este verano, unas semanas antes de que la noticia se haga oficial, me llega a través de un amigo la noticia de que Abós está enfermo y que muy posiblemente no entrenará en la presente temporada. Nos recomendaron no comunicar nada hasta que el club lo considerase pertinente, cosa que cumplimos. Cuando el 4 de Agosto se oficializó la noticia que muchos desgraciadamente conocíamos. Yo seguía callado.
Tras la publicación de la noticia, fueron miles los mensajes de apoyo que se enviaron no sólo desde la afición del CAI, sino de diversos grupos, aficiones, etc. Esto ha provocado una masificación y una gran hipocresía acerca de un tema tan duro como este. Cientos de periodistas que nunca habían alabado la gran labor del propio Abós, ni del CAI comenzaban a repetir un discurso que sonaba igual para la mayoría de escritores. Yo seguía callado.
Parecía ser que todos conocían el gran trabajo del CAI y de su entrenador y no les apetecía hablar del tema ya que no trascendía o no atraía al lector, hecho que tras el anuncio de su enfermedad ha demostrado la gran hipocresía que reina en el periodismo deportivo y no tan deportivo. Yo seguía callado.
Con el paso de los meses, había que seguir atrayendo visitas y qué mejor forma que realizar una 'carta abierta a José Luis Abós', aquí es donde el populismo periodístico hace su entrada. Mientras tanto, en Twitter los hastags de #AnimoAbos y #FuerzaAbos llenaban los time-line por muchas celebridades que dudo mucho que hubieran visto anteriormente a los maños. Yo seguía callado.
Me considero una persona paciente pero como todas las personas tiene un límite, a día de hoy pocas serían las personas que diesen sus palabras de ánimo a Abós conseguirían sorprenderme. ¿Lo positivo de todo esto?, se ha dado a conocer un fantástico entrenador que yo personalmente he sido el primero en cuestionar muchas de sus decisiones pero siempre he defendido su labor, ya que sin duda, merece reconocimiento. Espero no haber levantado muchas ampollas y haber hecho sentir hipócrita a algún que otro.
Entonces hablé y rompí mi silencio.
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