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Más de lo mismo en el segundo cuarto, donde independientemente de las acometidas iniciales de McCalebb, los de Joan Plaza no se dejaban amedrentar en ningún momento, jugando de tú a tú y aferrándose al partido a base de lucha. Enfrentamiento de poder a poder, donde las irrupciones de Toolson y Suarez parecían dar alas a los visitantes, hasta que en esta ocasión era Bjelica quien conseguía mantener a raya al rival. La contienda se ponía aparentemente del lado del Fenerbache cuando Linas Kleiza empezaba a encontrar aro con facilidad pero su adversario enseñaba los dientes y con una canasta de Domantas Sabonis, la paridad era vigente cuando llegábamos al descanso. (33-30)
Pero lo mejor estaba por llegar, porque si bien es cierto que era nuevamente McCalebb quien se echaba el equipo a sus espaldas para poner las cosas claras, el hombre del momento era Kuzminskas, quien con un descaro y un desparpajo sobresaliente, marcaba un antes y un después en el enfrentamiento poniendo una marcha más y dejando a los de Obradovic impotentes, sin ideas y espesos en ataque ante la amenaza constante de un conjunto que tiraba de casta para darle la vuelta al luminoso. Tanto era así, que a falta de 10 minutos para el final, Unicaja se iba por delante. (46-49)
Con las espadas en todo lo alto y en el fulgor de la batalla, el gen competitivo de uno y otro alcanzó su punto álgido. Los andaluces ponían la máxima distancia en el marcador y cuando la gesta estaba cada vez más cerca, el Fenerbache se dio cuenta de la importancia de la cita, e impulsados por un irreductible Onan, aprovechaban el atasco rival para acercarse y llamar a la puerta. Saltaban las alarmas, Zoric se entonaba y Bjelica continuaba siendo un dolor de cabeza sacando las castañas del fuego cuando los suyos más lo necesitaban. La reacción era incontestable para un Unicaja que daba las sensaciones de soltura y agresividad de antaño, lo que no hacía sino peligrar el devenir del partido una vez inmersos en el "clutch time". Fue precisamente ahí donde donde los turcos hicieron gala de su frialdad y experiencia, siendo McCalebb y una polémica falta antideportiva sobre el norteamericano con pasaporte macedonio quien decantaba la balanza, haciendo inútiles sendos triples de Suárez y Kuzminskas sin premiar así los esfuerzos de los verdiblancos (69-67).
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