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lunes, 24 de marzo de 2014

March Madness: Wiggins, Embiid, Parker, Smart, Ennis y McDermott se despiden en unos primeros días de locura

Aunque se hizo de rogar, el March Madness ha vuelto, y de qué manera, ya que si creíamos haberlo visto todo hasta la fecha, la dosis de emoción y sorpresas que nos ha proporcionado el "Gran Baile" hasta la fecha bien podría estar alcanzando proporciones épicas, y es que sin dejar indiferente a nadie, hemos visto de todo, por lo que desde aquí vamos a intentar resumir lo que han dado de sí estos primeros días de competición.
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South Region

El Madness se abría con la primera gran sorpresa del torneo. Una sorpresa, que ni mucho menos acabaría en un mero espejismo, y es que si Dayton centraba la luz de los focos en todo el país tras poner punto y final a la carrera universitaria de Aaron Craft mandando a los Buckeyes a las primeras de cambio, haría lo propio con los Orangemen. Ya consagrada como la cenicienta, los Flyers se ganaban a pulso estar en el Sweet 16, ya que con un descaro y un desparpajo brillantes, jugaron de tú a tú, siendo Vee Sanford quien sentenciaba a Ohio State en el primer encuentro y una labor coral encomiable la que haría inútiles los esfuerzos de una Syracuse que plasmaban su paulatina caída esta temporada. 
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La ración de sorpresas en esta parte del cuadro no quedaba ni mucho menos aquí, y es que si ya avisaba Stanford tras derrocar a los Lobos en primera ronda pese a los voluntariosos esfuerzos de Cameron Bairstrow, aún no habrían dicho su última palabra. Después de que los Jayhawks recuperaran sensaciones ante Eastern Kentucky, se veían las caras con los Cardinal en un encuentro a cara de perro desde los primeros compases. Con un ritmo ofensivo bajo, era Stanford quien marcaba la pauta, apostando por un partido trabado, espeso con el que atascar la pluralidad de Kansas, y sobre todo, a un Andrew Wiggins impotente ante el muro inquebrantable rival, porque pese a las continuas acometidas de un titántico Tarik Black, los chicos de Bill Self no eran capaces de darle la vuelta a la contienda hasta el punto de estar contra las cuerdas. Se avistaban atisbos de esperanza cuando Conner Frankamp irrumpía en el clutch time, pero cuando rozó el milagro, la pelota no quiso entrar, poniendo punto y final a la andadura de los de Lawrence en el Madness.


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@kevinromary

De la tormenta a la calma, y es que en la otra parte del cuadro, bien distintas eran las cosas. Mientras los upsets se sucedían, Florida se seguía erigiendo como una de las claras favoritas a todo, porque si bien es cierto que su primera victoria ante Albany no destacó por su brillantez, el dominio que impusieron sobre una Pittsburgh que venía reforzada tras su contundente triunfo frente a Colorado sí que asustaba. Haciendo gala de una solidez atrás envidiable, los Gators no sobresalían demasiado por su eficiencia ofensiva, pero sí de un bloque compacto y sin fisuras en los que la creatividad de Wilbekin, el músculo y potencia de Patric Young y Prather y la ejecución de Frazier y Finney Smith colocaban a los de Billy Donovan en el Sweet 16 con paso firme.

Sin resultar fácil, UCLA volvia a ver la luz en el Madness tras una temporada para olvidar, porque si bien no eran rivales de renombre contra los que se enfrentaron, su fortaleza física y mental se puso a prueba, sobre todo en el encuentro ante una Stephen F. Austin ensimismada en querer dar aún más guerra tras su increíble upset en los últimos instantes sobre VCU. Sin embargo, como ya mostraron ante Tulsa, una vez imponen su ritmo y Kyle Anderson coge las riendas del encuentro, lo demás va sobre ruedas, y aún más con un Jordan Adams en estado de gracia de cara al aro y con contramaestres de lujo como LaVine, Powell, Wear o incluso Parker. Los Bruins no han dicho su última palabra.

East Region

"La revolución de los empollones", así rezaban titulares al otro lado del charco en su primer plana, y no era para menos, ya que si el año pasado fue New Mexico, este año era la poderosa Cincinnati, que predestinada a dar mucho de que hablar con Kilpatrick como referente, sucumbía ante una Harvard espléndida, que sin dar pie a un baloncesto vistoso, hizo uso de sus armas como bien pudo, jugando de tú a tú y planteando batalla durante los 40 minutos. Y es que pese a jugar al ritmo que acostumbran los Bearcats, los Crimson dieron sensación de seguridad durante todo el encuentro aun con la igualdad vigente, sacando a relucir una frialdad sorprendente en los momentos más calientes, haciendo inútiles las acometidas de un Kilpatrick que ponía punto y final a su periplo colegial de la manera más amarga posible.
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Pero el trayecto se acabaría pronto para ellos, ya que para su desgracia, se cruzaron en el camino con un equipo que bien ha demostrado merecer estar en las quinielas por el título. Con la solidez impecable y el esfuerzo y disciplina colectiva que les precede, Michigan State no se amedrentó un ápice ni en su primer envite ante Delaware ni ante Harvard, porque si a la labor coral manifiesta le añadíamos una actuación sensacional de Adreian Payne (41 puntos) en el primero y Branden Dawson en el segundo los de Tom Izzo se plantaban en el Sweet 16 como una de las escuadras más a tener en cuenta de la competición, razones no faltan para dar fé de ello.
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Seríamos testigos poco después de uno de los que bien podríamos considerar como uno de los partidos del año. Con North Carolina y Iowa State como protagonistas, propiciaron desde los primeros compases un baloncesto alegre, dinámico y desenfrenado, que se traducía en un espectáculo ofensivo vibrante y en una igualdad que bien avisaba de un final apretado. Mientras Meeks y McAdoo comenzaban a dominar bajo los aros compensando el buen hacer tanto de Paige como de McDonald desde el perímetro, era DeAndre Kane (24 pts-10 rebs-7ast) quien se convertía en el amo y señor del encuentro. Bien secundado por Ejim y un acertado Naz Long, era el senior quien acabaría decantando la balanza con un 'game-winner' excelso en un final surrealista que acabaría reflejando la locura que fue el enfrentamiento en sí.

Después de que uno sufriera más de la cuenta (ante St. Joseph's) y otro llegara a la cita con ganas aún de reivindicarse, UConn y Villanova se veían las caras en un duelo emocionante, que volvió a dar buena cuenta de la determinación de uno de los jugadores más espectaculares del país. Tras una primera parte tupida, repleta de imprecisiones y sin un dominador claro, cambiaron las tornas en la segunda mitad entre UConn y Villanova. A pesar de la diversidad anotadora de los Wildcats, pronto saldría a la palestra el que acabaría por decidir el devenir del partido. Shabazz Napier, que tras un inicio discreto, cogió las riendas de los Huskies de manera espléndida, anotando nada más y nada menos que 21 y de sus 25 puntos a la salida de los vestuarios, aportando la magia y talento que tanto necesitaban los suyos para superar la solidez rival, que no encontraba respuesta para frenar al boricua. De esta manera, ni la mejor versión de Ryan Arcidiacono era suficiente para impedir el upset, concluyendo la temporada con mal sabor de boca.


West Region


Es menester empezar hablando de un jugador que ya pasado a formar parte de la historia del baloncesto universitario, Doug McDermott, quien tras haberse consagrado como el mayor dominador y mejor anotador de la presente campaña, decía adiós tras caer ante Baylor en un encuentro dominado de principio a fin por los Bears, en el que consiguieron lo que a priori parecía imposible, frenar al senior y a toda la ofensiva de los BlueJays, demostrando que su solvente victoria ante Nebraska anteriormente no había sido un mero espejismo.
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Otra estrella del panorama baloncestístico colegial y futurible NBA que se despedía era Marcus Smart que aun  haciendo todo lo que estuvo en su mano (23 puntos, 13 rebotes, 7 asistenias, 6 robos), no fue capaz de someter a una Gonzaga que mostró ser más equilibrada, sólida y sobre todo, más regular. Porque aun siendo Gary Bell Jr. y Karnowski los que llevaran el peso ofensivo, el que acabó por marcar un antes y un después para los Bulldogs fue Kevin Pangos, que acrecentó aún más si cabe ese “quiero y no puedo” de los Cowboys que no pudieron fructificar la irrupción final, aunque posiblemente tardía de Markel Brown.
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Pero poco les iba a durar la alegría a los Zags, y es que en su sendero se cruzaban una Arizona con ganas de reivindicarse tras la decepción en el torneo de la Pac 12. Con la máquina de los de Sean Miller bien engrasada, los Wildcats vuelven a sacar a relucir esa labor coral y firmeza colectiva que tan buena prensa había provocado, firmando su pase al Sweet 16 con la entereza de un favorito al título.


Con ellos se verán las caras los Aztecs, que sin centrar nuevamente la luz de los focos, han dado buena cuenta de ser un equipo muy a tener en cuenta en citas venideras, sin dejarse amedrentar primero ante New Mexico State, y luego deteniendo en seco las aspiraciones de North Dakota State para convertirse en una de las sorpresas del torneo tras su emocionante upset ante Oklahoma. Todo ello protagonizado por un Xavier Thames en alza y un conjunto robusto y combativo como ninguno capaz de plantar cara y pagar muy cara la derrota sea quien sea quien se interponga en su camino.

Lo mejor para el final como quien dice, y es que más tarde en Spokane teníamos uno de los encuentros  más apasionantes de lo que llevamos de torneo. Wisconsin y Oregon se encontraban en un encuentro que desde los primeros compases fue muy abierto, siendo los Ducks quienes golpeaban primero, y con contundencia, ya que aprovechando que los Badgers aún no habían hecho casi acto de presencia, Joseph Young y Jason Calliste ponían muy cuesta arriba el choque para los de Bo Ryan que necesitaban de una reacción. Y así fue, ya que tras el dominio de los Ducks, Wisconsin revolucionaba la contienda a la salida de los vestuarios, pisando el acelerador y haciendo partícipes a todos en ataque, conseguían retomar el vuelo paulatinamente. Kaminsky, Gasser, Dekker, Jackson e incluso Brust, todos aportaban, consiguiendo llegar parejos al clutch time. Parecía que iba a ser Joseph Young quien iba a decantar al balanza para los suyos, pero en el fulgor del final, fue finalmente Ben Brust, quien volvió a hacer gala de su frialdad con un triple estratosférico para consumar una victoria tan meritoria con la que seguir vivos y sepultar las buenas sensaciones dejadas por los de Oregon en su victoria ante BYU.
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Midwest Region

Si bien abríamos el telón con el upset de Dayton a Ohio State, ahora lo hacemos con una sorpresa que bien seguro que quedará para el recuerdo del torneo. Hace dos años era Lehigh, y en esta ocasión ha sido Mercer la que ha conseguido echar a las primeras de cambio a nada más y nada menos que Duke. Con un desparpajo encomiable y un gen competitivo digno de la cita, los Bears plantaron cara desde el primer momento, dejando claro que una derrota en caso de que la hubiera se iba a pagar muy cara, lo que bien dieron cuenta de ello tanto Jabari Parker como Rodney Hood, totalmente fuera de combate, erráticos e impotentes ante el meritorio trabajo defensivo rival. Ante esta desesperada situación, Coach K echó mano de la inspiración del backcourt Cook-Sulaimon, salvando los muebles momentáneamente a base de triples.
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Sin embargo, Mercer seguía haciendo gala de su garra y consistencia y de la mano de unos brillantes Daniel Coursey y Jakob Gallon, ponían contra las cuerdas a unos Blue Devils con el agua al cuello. Tanto era así, que ni aun sus acometidas conseguían amedrentar un ápice siquiera a unos Bears que gracias a su frialdad, se consagraban como una de las cenicientas del torneo consumando uno de los mayores upsets de las últimas ediciones.

Sin brillar demasiado, pero con autoridad. Una vez más, Louisville ha demostrado ser uno de los conjuntos más equilibrados y colectivamente hechos de toda la competición, sin dar su mejor versión, dan una sensación de seguridad y confianza envidiable que bien se ha visto reflejado ante unos Bilikens que no lo pusieron nada fácil, como ya avisaban tras su triunfo ante los Wolfpack de TJ Warren. Tras una espesura imperante en la primera mitad, los chicos de Pitino salían reforzados gracias a un Luke Hancock que se echaba el equipo a las espaldas ante la falta de acierto de los suyos, hasta que Saint Louis daba un golpe sobre la mesa marcando un antes y un después en el encuentro. Este punto de inflexión no sólo era determinante por la remontada en sí, sino porque serviría como toque de atención para su rival, ya que a partir de entonces  los Cardinals volvían por sus fueros ,desplegando un juego coral y disciplinado, subiendo líneas en defensa y poniendo una marcha más en ataque, sorprendiendo a St. Louis hasta el punto de sentenciar el encuentro en cuestión de minutos, llevándose una victoria con la que continuar con su impecable andadura.
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Tras sugerir todo tipo de dudas durante toda la temporada regular, Kentucky llegaba al Madness en su mejor momento en un cuadro desafiante desde el primer encuentro. Después de una ardua conquista ante la Kansas State de Marcus Foster, la imbatida Wichita State era la prueba definitiva con la que medir a uno y otro. Como no podía ser de otra manera, el choque no defraudó lo más mínimo, habiendo de todo en un despliegue sobresaliente de facultades tanto individuales como colectivas en uno y otro, especialmente en los Shockers, siendo ellos quienes llevaban la batuta en la primera parte echando mano del dúo Baker-Early que acabaría dando más de un dolor de cabeza a Calipari. Sin embargo, mientras Julius Randle seguía centrando la atención de todos, eran los gemelos Harrison, sobre todo Andrew quienes se echaban el equipo a las espaldas de una forma insólita visto lo visto hasta la fecha. Finalmente, en un intercambio de golpes frenéticos en la recta final, acabo siendo James Young quien actuaba como verdugo, y es que sin temblarle lo más mínimo la mano, resolvía el devenir de un auténtico instant classic del Madness.

Otro equipo que plasmaba su gran estado de forma eran los Wolverines, que en un encuentro a priori muy atractivo ante Texas, volvieron a echar mano de su mejor arma, la pluralidad ofensiva. Un mal inicio de los Longhorns dio pie a que desde los primeros compases Michigan cogiera las riendas, forzando a su rival a permanecer a remolque. Sin embargo, de la mano de un voluntarioso Isaiah Taylor, los texanos amenazaban con la hegemonía de los de Ann Arbor a base de trabajo defensivo, pero de poco acabaría sirviendo, ya que si no era Stauskas, era LeVert, o Glenn Robinson III o incluso Jordan Morgan quien respondería a las acometidas. Sin salir entre bambalinas, Michigan ya está entre los 16 mejores.

Pero para "discretos" los Volunteers, quienes tras meterse in extremis en el Madness, han sabido aprovechar sus oportunidades, ya que una vez los Blue Devils estaban eliminados, se les ponía en bandeja estar en el Sweet 16. Buena parte de la culpa de sus éxitos corrían de la cuenta de un Jarnell Stokes al que faltan adjetivos para describirle en las victorias sobre UMass y Mercer, asentándose como el amo de la pintura, todo ello bien secundado por unos letales Jordan McRae y Josh Richardson. "Big Three" con el que intentarán seguir dando guerra.


Así queda el cuadro cuando llegamos al Sweet 16:


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