Dicen que lo bueno se hace esperar. Concretamente 631 días han tenido que pasar para que hayamos visto a Royce White debutar en un partido oficial de la NBA. Ha sido esta noche, ante los Spurs, cuando faltaba menos de un minuto para terminar el partido.
Foto: nba.com |
Pocas veces se han vivido un caso como el de White. Drafteado por los Rockets en 2012, distintos problemas de ansiedad, trastornos compulsivos o miedo a volar han impedido de una u otra manera verle en una pista de baloncesto.
Los Rockets no le dieron la oportunidad y, a sus 22 años, parece que los Kings sí confían en él. Su rendimiento en la D-League fue bueno y los Sixers apostaron por él, pero tampoco tuvo la suerte de jugar.
El año pasado estuvo a punto de abandonar la liga por falta de oportunidades y por sentirse menospreciado por los máximos dirigentes de la competición. Parece que la vida le brinda una oportunidad. Veremos si la aprovecha.
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