"MVP, MVP"
atruena la grada del Chesapeake Energy Arena mientras Kevin Durant,
la estrella de los Oklahoma City Thunder, se retira a los vestuarios
cabizbajo tras la derrota de su equipo frente a los Cavaliers pero en
su cabeza brilla ya la imagen resplandeciente de un trofeo de MVP que
lleva mereciendo por varios años, y que ya estaría en sus vitrinas
particulares si no fuera por un hombre llamado LeBron James. Ese
mismo hombre ha sufrido una fractura reciente en la nariz y tendrá
que jugar sus siguientes partidos con una máscara, amén de las más
que posibles incomodidades durante los encuentros. El alero de los
Thunder es el mejor anotador de la Liga y juega en el mejor equipo.
Está teniendo una temporada brillante y James parece haberse apagado
mínimamente, pese a seguir manteniendo un ritmo brutal. El trofeo
está al alcance de la mano.
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Y entonces sucede:
con su máscara al más puro estilo Batman puesta en la cara, el ex
jugador de los Cavaliers y actual líder de los Miami Heat destroza a
Nueva York con 31 puntos. Poco después barre a Orlando con un 20/9/7
y 4 robos en apenas 31 minutos...y el día 3 de marzo ocurre el
milagro. Frente a la poderosa defensa de los Charlotte Bobcats,
enmascarado aún y bajo la vigilancia de Michael Kidd-Gilchrist, el
alero de Ohio enchufa 61 puntos con unos porcentajes estelares (66,7%
en tiros de campo y 80% en triples) que dinamitan la defensa rival.
Adereza sus números con 5 asistencias y 7 rebotes, retirándose a
los vestuarios habiendo hecho historia. Al otro lado del país su
rival sigue bombardeando aros y haciendo recuperar a los Thunder del
pequeño bache en el que se habían metido, pero la gesta de James
sobrepasa fronteras y se hace eco a lo largo y ancho del mundo: ha
vuelto.
LeBron parece haber
regresado a la carrera por el MVP, donde muchos expertos vuelven a
situarle a la cabeza (en la última "Race to the MVP"
publicada por nba.com comparte primer puesto con Durant) para ganar
un quinto trofeo que lo situaría en la excelsa compañía de Michael
Jordan y Bill Russell como único poseedor del Repóker de
condecoraciones, teniendo además el honor de levantar tres
consecutivos, que serían cinco de no haber sido por la emergencia de
un espectacular Rose en la 2010-2011. Para el jefe de los Heat sería
un sueño lograr alcanzar a un jugador con el que siempre se le
compara y tener abierta en el horizonte la posibilidad de superarle.
Por su parte Kevin
Durant cumplirá este año 26 y disputa su séptima temporada en la
Liga. Su crecimiento ha sido excepcional y exponencial desde que
llegó como un proyecto de estrella futura y mortífero anotador de
la Universidad de Texas. Ha refinado su juego y se ha convertido en
un peligro desde todas las posiciones de ataque, aparte de mejorar
sus números de asistencias y rebotes y construir el futuro de
Oklahoma como una de las grandes potencias de la competición, bien
secundado por Westbrook e Ibaka (mención hecha a James Harden). Sin
embargo su carrera podría ser mucho más brillante de no haber
tenido que convivir con uno de los mejores jugadores de la historia
como es LeBron disputándole reconocimientos individuales y
colectivos, como el anillo conseguido por los Heat frente a los
Thunder en la 2011-2012. Durant lleva anotando más de 25 puntos
desde su segunda temporada, y en esta casi llega a los 32, pero sus
méritos siempre se han visto ensombrecidos por los de su
archirrival.
En este artículo
intentaremos esclarecer las posibilidades de LeBron en esta remontada
por el trofeo a mejor jugador y si tiene verdaderamente más
probabilidades que Durant para ello. Comencemos.
DUELO DE TITANES:
Lo primero que
tenemos que tener en cuenta es esta característica. No se trata de
un duelo cualquiera, sino de un combate entre Dioses, como una de las
infinitas pugnas celestiales que sacudían al Monte Olimpo de cuando
en cuando. Miami y Oklahoma son dos de los cuatro principales
candidatos al anillo, y los primeros suman a esto el haber ganado los
dos últimos títulos. LeBron y Durant son los líderes de ambos
conjuntos y probablemente los mejores jugadores de la Liga, y además
comparten la misma posición en la cancha, lo cual añade un tinte
aún más épico a la lid.
Empecemos por los
fríos números para poder aproximarnos al asunto que aquí nos trae.
En primer lugar analizaremos al aspirante, a un Kevin Durant que
puede presumir de liderar la liga en anotación y de numerosas
proezas estadísticas a lo largo de la temporada. En este curso
2013-2014 mete 31,9 puntos, atrapa 7,7 rebotes y reparte 5,6
asistencias en cada encuentro. Además ha metido cuarenta puntos o
más en al menos diez partidos y está tirando con unos porcentajes
del 50% en tiros de campo, 40% en triples y 87% desde la línea de
tiros libres, datos buenísimos en cualquier caso pero más aún
teniendo en cuenta que lanza 20 de los primeros, 5 de los segundos
dentro de ese cómputo de una veintena y 10 tiros libres en cada
encuentro que disputa.
Más datos que
avalan al aspirante: en esta temporada el ex de los Texas Longhorns
da 5,6 pases de canasta, superando en más de dos su media de
carrera, en una las del curso pasado y más del doble que hace tres,
lo cual habla a las caras de su progresión. Con respecto a otro tipo
de estadísticas tenemos el PER (Player Efficiency Rating), la
estadística diseñada por John Hollinger que intenta ponderar
absolutamente todos los aspectos del juego del hombre a analizar. En
esta métrica se toma como media de la liga un 13-15, y un rating de
27,5 se considera como una sólida candidatura al MVP. Pues bien:
Durant tiene un 30,33, y en lo referente a su "True Shooting
efficiency" (mejor cuanto más alta, evidentemente) pondera con
un 63,9 en una clasificación en la que le superan jugadores como
Korver, Chris Andersen o Ryan Anderson, a los cuales evidentemente no
podemos asignar un rol o un juego remotamente similar al de Kevin.
Todos estos datos nos ayudan a constatar el dominio abrumador que
ejerce el alero de los Thunder sobre la liga este año.
¿Pero está toda la
Galia ocupada por la magnitud de estos números? ¡No!, una pequeña
aldea resiste ahora y siempre al invasor y sueña con recuperar lo
que es suyo por legítimo derecho. Y eso es lo que debe pensar un
LeBron que se acerca al pico de su carrera deportiva, cerca de
cumplir los 30 años y habiendo ya marcado una época en la Liga. Un
nuevo imperio nacido en la ciudad de Oklahoma amenaza su reinado, que
se prolonga en lo colectivo desde hace dos años, cuando impuso su
voluntad con puño de hierro a aquellos que hoy se levantan contra
él, pero no va a poner las cosas sencillas. Sus números son también
estelares, aunque tienen el defecto de que verlos en James es algo
tan común que ya ni impresiona: 27 puntos, 7 rebotes y 6,5
asistencias por encuentro, baremos muy similares a los que ha
manejado en los últimos 4 años en Florida. Ahora bien, ha bajado en
tapones y su acierto desde el tiro libre es solo del 75%, aunque en
triples frise el 40 y en tiros de campo, mucho ojo, el 57,3%.
Pasemos ahora a las
estadísticas avanzadas: En el PER LeBron encuentra solo a un rival
por encima de él, precisamente un Kevin Durant que le supera por
apenas 7 décimas (30,33 contra 29,6), aunque luego le supera en la
ya mencionada clasificación de TS llegando a un magnífico 65,2. Hay
que tener en cuenta también que LeBron lanza 2,5 veces menos a
canasta y va 3 veces menos por encuentro a la línea de tiros libres,
lo cual hace que tenga menos oportunidades de anotar. Compensa esto
con casi una asistencia más por partido que Kevin Durant, amén de
un mejor ratio respecto a pérdidas y cometer muy pocas faltas para
un jugador en su posición (1,7). Sin embargo en el balance con los
números individuales en la mano parece que este año, por fin sí,
gana el alero de los Thunder, que está firmando una campaña
legendaria combinando todas las estadísticas.
BATALLA ENTRE
REINOS:
Oklahoma y Miami,
Heat y Thunder. Una de las rivalidades que el Comisionado de la NBA
probablemente espere ver plasmarse en al menos dos Finales más a lo
largo de los próximos años, con el equipo del Oeste buscando
revancha por la derrota acaecida en 2012, cuando los de LeBron los
borraron del mapa. Son dos franquicias muy poderosas que cuentan con
dos superestrellas y todo un elenco de jugadores para rodearlos y
ayudarles en su búsqueda de la más elevada gloria que ningún
jugador pueda soñar: el trofeo de campeón. Pasaremos ahora a
analizar el apoyo que cada uno de los dos tiene en su equipo para
poder medir su impacto.
Durant tiene dos muy
firmes aliados en Russell Westbrook (aunque esta temporada ha estado
mucho tiempo lesionado) y Serge Ibaka. El primero siempre ha sido un
punto de fricción entre los aficionados, muchos de los cuales
consideran que los Thunder jugarían mejor con un base distribuidor y
no con un jugador que piensa más en anotar y del que se suele decir
que choca con Durant en cuanto al estilo y la imposibilidad de meter
a dos gallos en el mismo corral. Sea como fuere lo cierto es que el
ex de UCLA es clave para las aspiraciones de los Thunder y pese a las
recientes derrotas de los de Oklahoma existen pocos bases como él en
la competición, capaces de hacer un triple-doble en poco más de 20
minutos o de anotar con tanta consistencia. Ibaka, por su parte, ha
ido mejorando año a año y aparte de ser un excelente taponador
ahora anota y rebotea más. El resto del equipo es de una calidad
considerable para rodear a sus tres jugadores más importantes:
Jeremy Lamb, Reggie Jackson y Steve Adams lo están haciendo bien en
sus minutos de juego, cuentan con la veteranía de Derek Fisher,
Caron Butler y Thabo Sefolosha y pueden contar con alguna puntual
colaboración de Kendrick Perkins (aunque no se esperan muchas)
Por su parte LeBron
lidera a su equipo tanto en puntos como asistencias y rebotes, y se
ve secundado por las otras dos patas del "Big Three" de
Miami: Dwyane Wade y Chris Bosh. Sin embargo el primero está
teniendo la peor temporada de su carrera, quedándose en promedios
cercanos al 19-5-5 y viendo su velocidad muy reducida por la edad y
las lesiones. Bosh sigue aportando desde su puesto de tercera espada,
pero el cómputo de los dos aliados de LeBron no parece vencer al de
Durant. El resto del equipo está conformado por una variada
selección de jugadores con química desarrollada y experiencia en
Playoffs, liderados por Ray Allen y Chris Andersen (ambos de bastante
edad aunque claves en este equipo) y con aportaciones como Cole,
Chalmers o Battier. En general el "supporting cast" de los
Heat, aunque no es ni mucho menos malo, parece inferior a lo que
tiene Oklahoma tanto en pista como en el banquillo. Durant, a juicio
del escritor, está mejor rodeado.
EL VEREDICTO:
Antes de concluir
debemos tener en cuenta algunos factores no numéricos más que
pueden pesar mucho en la decisión de los votantes al premio. En
primer lugar la emergencia de LeBron en sus últimos encuentros y la
endeblez mostrada por los Thunder en su última racha (si bien los de
Miami también han encadenado varias derrotas). James ha dado
muestras de que puede echarse de nuevo el equipo a la espalda y hacer
números con la misma facilidad que respira. No es extraño el
partido en el que tras verle anotar cómodamente y tener la sensación
de que ha estado de paseo se comprueba el "Box score" y el
de Ohio ha anotado más de 25 puntos, cogido unos 7 rebotes y
repartido 6 asistencias casi sin haberse cambiado. James sigue siendo
la gran fuerza del baloncesto y el hombre imparable cuando se lo
propone, aunque inteligentemente parece racionarse para el mes de
Abril y la postemporada, y precisamente es en el susodicho mes cuando
sus actuaciones pueden tener más peso aún.
Por otra parte darle
un nuevo MVP a LeBron implicaría tanto pasar por alto el temporadón
de Durant y de los Thunder, aunque los Spurs los hayan cogido, como
situarlo a la altura de Jordan y Russell, poniendo a Abdul-Jabbar a
tiro. James ha merecido cada uno de sus MVP y es un jugador
tremendamente dominante, que ha pulido todos los aspectos de su juego
y apenas tiene ya fallas en el mismo, pero sería situarlo en un
escalón altísimo habiendo un jugador que parece reunir los mismos
méritos o más para llevarse el trofeo. Es esta presión mediática
e histórica la que puede también decantar la votación.
Con todo esto dicho
creo que LeBron no ganará este año, aunque a mi juicio (y repito,
esto es una opinión totalmente personal) es el mejor jugador que hay
en la Liga sin discusión alguna, y podría ganar el MVP si quisiera
ser menos generoso o no se centrara ya en la postemporada. Eso no
debe restarle méritos a un Durant que se desembarazó de George y ha
ido liderando la carrera toda la temporada hasta este resurgir del
"Elegido", y que lleva una temporada digna de los más
grandes. El primer MVP de la sala de trofeos de un hombre destinado a
reinar parece estar ya en camino.
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