NCAA: North Carolina se lleva "el clásico", Duke se rehace ante Syracuse, Louisville impone su ley, Michigan se vuelve a llevar el derbi y mucho más

El baloncesto colegial sigue sin dejar indiferente a nadie. En el fulgor de una retahíla incesante de encuentros tan decisivos como emocionantes, el espectáculo está servido, y es que conforme pasan los días, podemos ver como las clasificaciones de cara al torneo de conferencia se perfilan lo que no hace sino que el mes de marzo se asome con cada vez más expectación. De esta manera, he aquí lo mejor que ha acontecido a la pasada semana.

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Chapel Hill se preparaba para acoger un nuevo capítulo de la mayor rivalidad del deporte universitario. Duke y North Carolina se enfrentaban una vez más en un encuentro que bien examinaría el momento de forma de uno y otro. Eran los visitantes, quien de la mano de Rodney Hood querían coger la manija del partido, pero los Tar Heels sacaban a relucir su gen competitivo, consiguiendo mantener a raya al rival en todo momento pese a no contar hasta el momento con las mejores versiones de McAdoo y Paige, pero sí con la de McDonald, que aprovechaba su inspiración para ser una auténtica pesadilla para los Blue Devils. Sin embargo, no era suficiente para superar al trío formado por Jabari Parker, Rodney Hood y Quinn Cook, hasta ahora dominadores de la contienda. Pero los de Roy Williams no habían dicho su última palabra, y a la salida de los vestuarios, conseguían dar un golpe sobre la mesa, y echando mano de su superioridad bajo los aros y lo plural de su ataque devolvían la igualdad al marcador. Por mucho o poco que fuera, todos aportaban, mientras que su contrincante seguía dependiendo de las individualidades, permaneciendo impotente y falto de alternativas ante la remontada de los locales. Así pues, cuando el partido más demandaba un revulsivo, aparecía la figura de Marcus Paige, quien junto a McDonald y a la asfixiante defensa se echaba el equipo a las espaldas aumentando una marcha más al envite que acabaría por suponer la sentencia y una victoria que valía su peso en oro. 

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Nos íbamos de la mayor rivalidad a una que promete dar mucho que hablar en los próximos años. Por primera vez, Syracuse visitaba el Cameron Indoor, pero en esta ocasión en un encuentro repleto de alicientes ya que tanto uno como otro venían de sendas derrotas, y querían hacer ver que la suya ante Boston College no había sido sino un mero espejismo fruto de un mal día. A pesar de las pérdidas de los locales como reflejo de la gran defensa impuesta desde el inicio por los Orangemen, la igualdad reinaba sobre el parqué, quien estaba albergando un duelo de poder a poder en el que ninguno conseguía abrir brecha y en el que los detalles se auguraban como diferenciales en un tira y afloja constante. Fue en la segunda parte cuando el ritmo anotador ascendía, y con ello, la figura de Jabari Parker irrumpía, tomando responsabilidades y haciendo estragos a una zona de Syracuse que tambaleaba una vez Coach K había optado por él y por Rodney Hood como jugadores en la cabeza de la zona, creando espacios y encontrando tiros fáciles. Pero la fragilidad interior de los Blue Devils volvía a salir a la palestra, lo que no tardó en aprovechar un Jerami Grant omnipresente, que ayudado por un voluntarioso CJ Fair, hacía pasar por alto la discreta noche de Tyler Ennis, quien también veía como Quinn Cook pasaba factura la escasa inspiración de cara a la canasta. El intercambio de golpes era trepidante, y con Jabari Parker como estandarte, los neoyorquinos tenían que echar mano de su pluralidad en ataque visto lo asfixiante de la defensa rival en el 1x1. Todo ello con una paridad férrea en el luminoso con la que llegábamos a un final de partido no apto para cardíacos donde la polémica se convertía en indiscutible protagonista. En una jugada que hubiera supuesto el empate a poco de finalizar el encuentro, CJ Fair anotaba una canasta de mérito tras corte en línea de fondo que sería inmediatamente invalidada por el árbitro por falta en ataque, lo que desencadenaría la locura de un Jim Boeheim desatado que saltaba a la cancha propiciando una expulsión que acabaría por condenar a los suyos con la segunda derrota consecutiva. (60-66)



El pasado fin de semana también nos dejaba una nueva entrega del derbi de Michigan. En esta ocasión Wolverines y Spartans se veían las caras en el Crisler Center con el liderato de la Big 10 en juego. La puesta en escena de uno y otro bien reflejaban la altura de la cita, y es que pese a la solidez e intensidad de Michigan State en los primeros compases, los locales se aferraban al encuentro con uñas y dientes, haciendo gala como de costumbre de una diversidad anotadora envidiable, en donde el gran rendimiento en ambos lados de la cancha de un entonado Denzel Valentine pronto pasaría desapercibido con la incursión de un LeVert que revolucionaba el partido contestando también a las continuas acometidas de Gary Harris. Las espadas estaban en todo lo alto, pero nada más empezar la segunda mitad aún faltaba un importante factor a tener en cuenta. Hablo de Nik Stauskas, quien después de haber sido víctima de un gran marcaje, daba un golpe sobre la mesa, marcando un antes y un después en el partido anotando de todas las maneras habidas y por haber, empezando a poner tierra de por medio ante una MSU que echaba de menos en este tipo de envites a Appling o a Dawson para mantener el tipo. Con el canadiense en racha, se produjo un "efecto dominó" en los Wolverines, consiguiendo que en un par de minutos se pusieran las cosas de cara de una manera que pocos podían haber imaginado. El huracán era incontestable, hasta tal punto que los de Tom Izzo no pudieron ni tan siquiera amenazar con retomar el vuelo ante la falta de alternativas, sucumbiendo una vez más en la lucha por el primer puesto en la Big 10 (70-79).

Russ Smith anotando el "game-winner" (courrierjournal.com)

Oportunidad inmejorable la que nos brindaba la AAC para ver un duelo entre los dos mejores equipos de la conferencia. A la casa de los Bearcats llegaban los Cardinals de Pitino, quien sin hacer demasiado ruido en este nuevo año, venían dispuestos a reivindicarse ante una de las grandes sensaciones de la temporada. Pero no se engañen, sí quieren ver espectáculo y baloncesto alegre y desenfrenado este no era su partido. Ya desde los primeros compases se dejó claro que esto iba a ser una batalla en el lodo, donde las defensas se iban a imponer por encima de todo y donde cada canasta vale su peso en oro. La trama siguió el guión esperado, con un respeto máximo entre uno y otro y donde sólo Harrell en Louisville y Kilpatrick en Cincinnati permanecían incisivos en ataque. Si bien es cierto que el ritmo cambiaba a la salida de los vestuarios, no lo era la tónica ni el juego desplegado, por lo que independientemente de la contundencia de los embistes de Harrell y la oportuna aparición de Rozier, la labor coral de los locales con Kilpatrick como adalid predestinaba al encuentro a decidirse en el clutch time. Pero como quien dice, pase lo que pase, los mejores aparecen cuando más se le necesita, y fue entonces donde un hasta ahora fallón Russ Smith decantaba la balanza con un game-winner sólo digno esos jugadores hechos de una pasta especial que no les tiembla el pulso cuando el reloj y el marcador aprietan. (58-57)

Pero como de costumbre, el baloncesto colegial nos volvió a dejar jornadas colmado de contrastes, donde volvíamos a ser testigos de la mejor versión de UCLA en su contundente victoria ante California en Berkeley (86-66), a la par que volvían a sacar a relucir su irregularidad en su derrota ante Stanford (74-83). También cabía destacar las buenas sensaciones dejadas por Kansas en su aplastante victoria ante Texas (54-85), donde Andrew Wiggins se consagró como dominador de un partido en el que sólo hubo un equipo en Kansas. Pero pasamos de la contundencia al sufrimiento, donde tanto Florida como Villanova demostraron que son capaces de amoldarse a las situaciones más adversas frente  ante Ole Miss o St. John's entre otros, y sin olvidarnos de una Kentucky que supo tomarse la revancha ante LSU gracias a un game-winner de Randle. Eso sí, todo ello mientras veíamos como la imparable Wichita State prolongaba su racha de imbatibilidad.

ukathletics.com

Otros resultados destacados:

• Kansas 64-63 Texas Tech (game winner de Wiggins incluido)
• Texas 76-85 Iowa State
• Kentucky 84-70 Ole Miss
• Arizona 67-63 Utah (OT)
• Saint Louis 89-85 George Mason (OT)
• Gonzaga 65-73 BYU (Upset!)
• Temple 79-82 Memphis
• Minnesota 46-64 Ohio State
• Wisconsin 79-74 Iowa (Upset!)
• San Diego State 44-58 New Mexico (Upset!)
• Gonzaga 66-69 San Diego (Upset!)
• SMU 64-55 UConn (Upset!)

Freshman Focus

Repasemos los números de algunos de los jugadores de primer año más destacados en lo que llevamos de temporada:

• Andrew Wiggins (Kansas): 16'4 puntos, 6 rebotes, 1'7 asistencias (45'2% TC)
• Jabari Parker (Duke): 19'1 puntos, 8'8 rebotes, 1'2 asistencias, 1'3 tapones (4852% TC)
• Julius Randle (Kentucky): 16 puntos, 9'8 rebotes, 1'7 asistencias (52'9% TC)
• Joel Embiid (Kansas): 11'1 puntos, 7'7 rebotes, 2'6 tapones (62'5% TC)
• Aaron Gordon (Arizona): 11'9 puntos, 7'9 rebotes, 1'6 asistencias, 1 tapón (48'7% TC)
• Aaron Harrison (Kentucky): 13'8 puntos, 3'1 rebotes, 2'2 asistencias (44% TC)
• Zach LaVine (UCLA): 10'6 puntos, 2'4 rebotes, 2 asistencias (47'5% TC)
• Andrew Harrison (Kentucky): 11'2 puntos, 3'1 rebotes, 3'2 asistencias (38'5% TC)
• Noah Vonleh (Indiana): 11'7 puntos, 9'4 rebotes, 1'3 tapones (533'5% TC)
• James Young (Kentucky): 14'6 puntos, 4'3 rebotes, 1'9 asistencias (41'3% TC)
• Tyler Ennis (Syracuse): 11'7 puntos, 3'4 rebotes, 5'7 asistencias (40'8% TC)

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La semana de los españoles

Con nuestros representantes inmersos en el ritmo de competición que exigen los prolegómenos del mes de marzo, seguimos siendo testigos de su crecimiento, porque independientemente de habernos quedado sin Javier Lacunza (Florida Atlantic) por lesión como ya adelantábamos la pasada semana, está todo aún por decidir en sus respectivas conferencias, y es que que lo mejor de la temporada está por llegar.

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Pese a que Sebas Saiz se ha asentado como una de las piezas angulares en los esquemas de Andy Kennedy, no está atravesando su mejor momento, tanto individual como colectivo, ya que su descenso tanto en aportación como en minutos en los últimos días ha coincidido con una racha negativa de 4 derrotas consecutivas. Una llamada de atención a unos Rebels que han de ponerse las pilas de cara al torneo de la SEC.

Por otro lado, ya asentado en su rol y con un creciente protagonismo, tenemos a un Jorge Bilbao del que sólo podemos contar buenas cosas porque sus Mavericks parecen haber encauzado el rumbo en el mejor momento, escalando posiciones en una Sun Belt Conference que promete mucha emoción e igualdad una vez se tenga que decidir el campeón. Más de lo mismo en el caso de Marco Porcher, ya que aunque los resultados no llegan, el escolta va de menos a más teniendo como tarea pendiente el conseguir esa regularidad que le consagre como uno de los estiletes de su equipo.

Por último, que no menos importante cabe destacar la participación de Aitor Zubizarreta con sus Pilots, interviniendo en un encuentro clave como el que les enfrentaba BYU. Sin embargo, ni el marcador ni su inspiración ayudaron demasiado, lo que no deja de ser un escalón más con el que seguir progresando en la rotación de los de Oregon.