¿Qué
hubiera pasado si el ejército alemán hubiese quebrado la
resistencia de Stalingrado o si Escipión el Africano hubiese
fracasado en Zama? Con casi total probabilidad, la Historia no
hubiera sido la misma. Al llegar a estas encrucijadas, a estos puntos
en los que hay que tomar una decisión y confiar en la estrategia o
la suerte (como pudo ser también Julio César al cruzar el
Rubricón), el futuro puede cambiar para bien o para mal. Así sucede
con los Charlotte Bobcats, que han tirado los dados y apostado por Al
Jefferson, amarrando a una nueva presencia interior en el equipo tras
draftear a Cody Zeller.
41
millones de dólares por tres años, siendo el último de ellos
opción de jugador arroja un promedio de unos 13,5 por cada una de
las temporadas que juegue en Carolina del Norte. Los aficionados del
equipo sostienen un encendido debate acerca de si ha sido sobrepagar
o no, pero desde el punto de vista del autor este fichaje va más
allá de una simple adición: es un símbolo de esperanza y de
llamamiento a los fans.
Durante
muchos años Charlotte ha vagado por la mediocridad, perdido como
Dante sin Virgilio, y con la suerte en contra en la mayoría de
ocasiones. Jamás les ha tocado el número 1 del Draft, nunca han
conseguido atraer a ningún agente libre a su pequeño mercado, y su
única participación en los Playoffs se saldó con un 4-0 por parte
de los Orlando Magic. Por ello fichar a Jefferson implica la llegada
de, al menos, un "Big Name", un jugador que, aunque no pase
de ser una muy buena segunda espada, supera en bastante el renombre
de gente como Ramon Sessions o Brendan Haywood, firmados el año
pasado. Por ello los millones de más que se desembolsen en su cuenta
deben ser entendidos como los necesarios para que, por vez primera,
un movimiento de la franquicia de Carolina del Norte sea de
relevancia a nivel de toda la liga.
¿Qué
puede aportar "Big Al" a los Bobcats? Fundamentalmente
anotación para su frontcourt. El año pasado el máximo anotador de
los hombres altos fue un Byron Mullens (Unos 10 puntos) que tiró, de
promedio, 4 triples por partido, lo que sumado a sus 6 rebotes y 0,6
tapones indican una considerable alergia a la zona. Entre Biyombo,
Diop, Thomas y Haywood aportaron 13,8 puntos, y junto a los 7 de
Hakim Warrick (en 27 partidos), nos da una cifra miserable. En cambio
Jefferson promedió 17,8 puntos por encuentro, siendo cifras cercanas
a esta una constante en su carrera. Desde su traspaso a Minnesota en
el año 2007 ha tenido dos temporadas por encima de la veintena, y en
todas las demás ha superado los 17 puntos por encuentro. Por tanto,
con este fichaje, Biyombo y Zeller quedan más liberados de tener que
anotar y se consigue a un jugador de gran capacidad en el poste.
Además,
Al Jefferson trae un promedio de 9 rebotes a lo largo de toda su
carrera, y en los últimos 7 años ha superado siempre esa barrera.
Además lo ha hecho en un intervalo de 33-36 minutos, mientras que el
máximo reboteador en los Bobcats (Bismarck Biyombo) ha capturado 7,3
en 27 minutos. En estadísticas por 48 minutos esto nos dice que el
jugador congoleño atraparía 12,8, mientras que el estadounidense
13,4, siempre teniendo en cuenta la dificultad para extrapolar este
tipo de estadísticas dados factores como el cansancio. Visto todo
esto parece claro que lo que Jefferson dará será: visibilidad,
consistencia y una muy necesitada anotación.
Pero
no todo pueden ser flores y alegría en los fichajes. Al Jefferson
adolece de una debilidad en su juego: la defensa, especialmente en el
poste bajo. Pese a sus promedios reboteadores lo cierto es que en el
uno contra uno es muy atacable por parte del juego interior rival. La
esperanza de los Bobcats se supone que es que el trabajo con Ewing y
el complemento de Biyombo logren disimular, lo más posible, esas
carencias defensivas, que pueden suponer un agujero muy importante de
puntos para el equipo de Carolina del Norte.
Por
otra parte está el asunto del "tanking" que pretendía
llevar a cabo Rich Cho. La llegada de Jefferson debería llevar cerca
de las 30 victorias a la franquicia, lo cual, cuando cada vez más
equipos se lanzan a la reconstrucción, podría implicar una gran
bajada de las posibilidades de obtener un "Top-5" en el
considerado excelente Draft de 2014. Y entre Wiggins y "Big Al"
la elección, para todo el mundo, estaría muy clara.
De
todas formas absolutamente nada garantiza que ser uno de los cinco o
seis peores equipos de la NBA lleve a la obtención del Número 1 del
Draft, y la llegada de Al por sí sola no debería clasificar para
los Playoffs a los Bobcats (o dejarlos como novena plaza en el Este),
sino que eso le correspondería a los jóvenes que lo van a rodear,
como Kemba Walker, Cody Zeller o Michael Kidd-Gilchrist. El fichaje
supone además la amnistía para Tyrus Thomas y abre nuevas
posibilidades a la situación de Gerald Henderson, ¿optarán los
Bobcats por retenerlo o buscarán maneras de conseguir a algún
tirador para aprovechar los espacios que abra Al Jefferson?
Lo
que está claro es que la franquicia de Carolina del Norte ha llegado
a una encrucijada, ha mostrado sus armas y se ha lanzado a la carga
por viejos caminos de polvo y grava, esperando que su nuevo centurión
consiga ayudar a los más jóvenes a alcanzar las empedradas calzadas
que llevan a Roma. Michael Jordan no quería que su nombre se
siguiera asociando al fracaso constante, y por ello ha hecho una
apuesta arriesgada. El tiempo dirá.
DATOS
ESTADÍSTICOS OBTENIDOS DE:
- http://www.nba.com/playerfile/al_jefferson/career_stats.html
- http://stats.nba.com/leagueTeamGeneral.html?MeasureType=Opponent&PerMode=Totals&sortField=OPP_OREB&sortOrder=DES
- http://espn.go.com/nba/statistics/player/_/stat/rebounds/seasontype/2
- http://espn.go.com/nba/team/stats/_/name/cha/cat/avgRebounds/charlotte-bobcats
iMpacto
ResponderEliminar