El 15 de
marzo de 1995, nació en el seno de una familia del sur de Chicago un jugador
que más tarde sería considerado una de las mayores esperanzas del
baloncesto mundial. Aunque bien es cierto que las comparaciones son odiosas, en su día se habló de
un fenómeno comparable con el de LeBron James durante su época en el instituto. Pese a que quizá ya lo hayan adivinado dada la repercusión que ha tenido, estoy
hablando de Jabari Parker.
A pesar de
contar con un cuerpo y un físico impropio para un chico de su edad (mide 2’05m
y pesa alrededor de 100kg) Parker reúne la capacidad de manejo de balón de un
base, un lanzamiento exterior más que notable y la contundencia y potencia
física de un “center”. Un auténtico multiusos sobre el parquet, ya que no sería
descabellado decir que ‘polivalente’ se le queda corto. Con un IQ
baloncestístico envidiable, es posiblemente el jugador más completo de su
generación. Notable tiro exterior, hace gala de un sinfín de recursos ofensivos
que le convierten en una amenaza permanente para la defensa, quien ve además
como su rival echa mano de su visión de juego para involucrar a sus compañeros.
Habiendo dicho todo esto, cuesta creer que a su edad pueda reflejar una madurez
en cancha digna de admirar, ya que lejos de toda realidad, no es ni mucho menos
un jugador egoísta Pero si hubiera que definir a Jabari con una sola
palabra, sería ganador. Es el hecho de que su juego no tenga límite el que muchos
vieran en el la próxima estrella del baloncesto mundial.
Pero si algo
ha caracterizado a Jabari Parker durante toda su vida ha sido su ferviente
convicción religiosa, dado que cabe destacar que Parker es mormón, algo poco
común en la comunidad afroamericana. Desde
su infancia, la religión ha formado una parte muy importante de su vida. Creció
en un barrio conflictivo al sur de Chicago, pero fue en la iglesia mormona de
Hyde Park donde encontró su verdadero hogar. Fue allí donde empezó a demostrar
sus dotes para el baloncesto, porque el lugar contaba con una pista de
baloncesto donde el joven Parker pasaba día y noche.
Un día,
Parker decidió ir a ver un partido del que era por aquel entonces la gran
estrella del prestigioso instituto Simeon, Derrick Rose. Fue entonces cuando
Jabari supo que quería estar a las órdenes del célebre Dean Smith cuando entrara
en el instituto. Aquel encuentro al que asistió el joven Parker acabaría siendo
un punto de inflexión en su vida.
A partir de
ahí, todo fue sobre ruedas para el prometedor alero mormón. Se convirtió en la
mano derecha de Dean Smith y junto llevaron al instituto Simeon a conseguir
tres títulos estatales de manera consecutiva. Gracias a su gran ética de
trabajo, Jabari siguió mejorando en todos los aspectos del juego. Su gran
rendimiento desde su temporada “sophomore” no había pasado desapercibido en los
medios y ya muchos lo colocaban entre los mejores jugadores de su generación.
Pero fue en
su temporada junior cuando todo el potencial de Parker salió a la luz. Se había
erigido ya como líder de su equipo, un jugador que podía aportar de manera
sobresaliente en todos los aspectos del juego, un jugador total. Tanto fue así,
que aun siendo “junior” fue elegido en el mejor quinteto de la nación por SLAM Magazine. Pero fue su aparición en la
portada de la prestigiosa revista
“Sports Illustrated” la que le catapultó al estrellato.
"La inteligencia baloncestística del chico es mayor que la que tenía LeBron a su edad. Es perfectamente capaz de dominar un partido sin anotar un solo punto. No le importa meter una canasta o 25 si los suyos ganan. Y no he visto a nadie con esas ansias de victoria a su edad. Como Jabari Parker sólo hay un jugador por generación" afirmaba Daniel Poneman, de Five-Star Basketball.
En su último
año de instituto, se empezó a hablar mucho sobre el futuro del jovencísimo
alero. Parker se enfrentaba ante una de las decisiones más importantes de su
vida. Como muchos sabréis, los mormones se ven obligados a realizar una misión
durante dos años de su vida, en los que
cuales no se puede ejercer una profesión. Por ello, Parker se encontraba entre
la espada y la pared, debía decidir entre la fe y el baloncesto. En vez de
ello, Jabari tomaría una decisión que independientemente de no resultar
contundente hacia esto, empezaba a dar pistas sobre la respuesta final, debido
a que entre todos los focos, Jabari Parker elegiría finalmente que asistiría el
año siguiente a la universidad de Duke, estando así a las órdenes de ‘Coach K’.
"Realmente, aún no lo sabe en este momento. Queda mucho por recorrer. Tiene que terminar su último año y acaba de elegir la universidad a la que asistirá el año que vien ", dijo Sonny Parker. "Ha pensado en ello, pero no ha tomado una decisión... Él sigue siendo parte de la iglesia. Eso nunca va a cambiar. “
Con un peso
menos de encima, Jabari Parker volvió a concentrarse por activa y por pasiva al
baloncesto. Tras sobreponerse de sus problemas físicos que le hicieron incluso
ganar peso, no defraudó sobre la cancha liderando a Simeon hacia otro título
estatal. Pero era nada más finalizar la temporada regular cuando se avecinaba
el plato fuerte, ya que con la llegada de los prestigiosos McDonald’s
All-American, Jordan Brand Classic Game y Nike Hoop Summit, las miradas volvían
a estar puestas en Jabari.
Independientemente
de que hacía tiempo desde que se le había desbancado como mejor jugador del
país, puesto en el que se había consagrado Andrew Wiggins, Parker se asentaba
en el TOP 5. Hablar de la Class del 2013 era hablar de una de las mejores
generaciones que había dado el baloncesto en los últimos años. Wiggins, Randle,
Aaron Gordon, los gemelos Harrison, Chris Walker, Kasey Hill, Wayne Selden,
Noah Vonleh, Dakari Johnson, Keith Frazier y así podríamos continuar durante
una retahíla indefinida de horas. Nombres que puede que ahora no se hayan hecho
eco entre el aficionado del baloncesto, pero que sí pueden dar mucho que hablar
en un futuro muy cercano.
Como no
podía ser de otra manera, y a pesar de la naturaleza de este tipo de encuentros
(no dejan de ser amistosos que sacan a la luz el talento y poderío físico de
los ‘prospects’) Jabari Parker cuajó un notable final de temporada que ponía
fin a su periplo en ‘high school’.
Como bien reza un conocido dicho mormón, 'muchos son llamados...y pocos los escogidos'.
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*Declaraciones vía MARCA.com & Dukechronicle.com
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