Y de
pronto Danny Ainge abanderó una revolución, y como si del famoso "Motín
del Té" se tratase, los Celtics le dijeron a la NBA que estaban allí,
listos para recuperar el trono tiempo atrás perdido y reclamar la corona, que
hacía demasiado tiempo que no se ponían en la cabeza. A sus filas llegaron Ray
Allen y Kevin Garnett para formar el primero de los "Big Three" de
esta nueva era, y encontraron un aliado sorprendente y que solo podía ir a más
en el joven Rajon Rondo. Armados con la experiencia y veteranía de Pierce y las
dos nuevas incorporaciones, los Celtics vencieron a los Lakers (reforzados por
un conquistador español como Pau Gasol) en los grandes duelos finales. Dos años
después, y previo título de los angelinos, llegaron de nuevo a la última lid de
las justas para, esta vez sí, caer frente al conjunto de Bryant y Phil Jackson,
pero demostraron que pese a los años y los agoreros seguían manteniendo un
nivel de competitividad brutal. Ese nivel que les permitió seguir plantando
cara a equipos mejores y más jóvenes...hasta este año.
La
marcha del francotirador Allen a Miami supuso un golpe para aficionados y
equipo...pero nada comparable a la partida en este verano de Paul Pierce y
Kevin Garnett. Es cierto que no parecía que el proyecto pudiera dar más de sí,
pero se iban el capitán y el alma de la franquicia, dos pilares de los últimos
grandes años de los Celtics. El proceso de reconstrucción había comenzado, dejando
como enseña y bandera única a Rajon Rondo, el joven que llegó a un equipo de
viejas glorias y consiguió auparse hasta el puesto de estrella, haciendo buena
aquella máxima de Isaac Newton: "Si he llegado a ver más lejos de otros es
porque me subí a hombros de gigantes". Dadas estas circunstancias parece
lógico que se apueste por jóvenes que puedan aportar a un equipo necesitado de
savia nueva. Y es aquí donde entra el último fichaje de la franquicia de
Massachusetts: Vitor Faverani.
El
pívot brasileño dejará el Valencia Basket para firmar por la franquicia más
laureada de la NBA, previo pago de su cláusula de rescisión (750.000 euros) y
comenzar un nuevo periplo en la Costa Este de Estados Unidos. Vitor había
atraído la atención de los Spurs (con los que llegó a hacer Workouts), los
Wizards y los Knicks. El contrato parece ser por tres años y 6,3 millones de
dólares y según informaba Enric Pincus (Los Ángeles Times y Hoopsworld) los dos
millones de esta temporada provendrían de la Mid Level Exception de los
Celtics, lo cual los dejaría con otros 3,15 para fichar.
Para el
jugador, según decía en su Twitter se cumplía un sueño y agradecía a la
franquicia de Boston la posibilidad de jugar en la mejor Liga del Mundo. A su
vez se despedía del Valencia y de sus aficionados proclamando que en su corazón
siempre estará el Taronja levantino, y dando gracias por los ánimos recibidos y
haberle ayudado a alcanzar la última frontera del baloncesto. El pívot
brasileño ha jugado las dos últimas temporadas en la capital del Turia, donde
ha pasado de 8 puntos y 4 rebotes en su primer año a 9,3 y 4,6 en esta
finalizada 2012-2013, con aproximadamente 17 minutos de promedio en ambas. Su
calidad está fuera de toda duda, y para los Celtics supone un movimiento de
"Low Risk-High Reward" que se suele llamar allende el Atlántico, pero
también es cierto que arrastra molestias crónicas en una rodilla, y que las
lesiones le han impedido jugar más, arrojando ciertas dudas acerca de cuál
puede ser su rendimiento jugando 25 minutos por encuentro.
Faverani
nació en Portoalegre hace 25 años, y llegó a España con 14, fichado por el
Unicaja de Málaga. Jugaría con 17 en el filial, el Clínicas Rincón Axarquía
(temporada 2005/2006), y sería cedido al CAI y al Bruesa respectivamente en las
siguientes temporadas. Y sin embargo, pese a todo lo que prometía solo dos años
antes, no consiguió asentarse y la 2008/2009 fue su última temporada en la
Costa del Sol antes de que su contrato fuera rescindido, previo pago de una
indemnización considerable (Habida cuenta de que percibía un sueldo bastante
elevado dadas las esperanzas en él depositadas). Libre para probar suerte en
otros lares, el Murcia le tendió una mano para ayudarlo a dar un salto en una
carrera que parecía estancarse (Ni siquiera había sido drafteado ese año), y
pese a su lucha constante contra las lesiones, demostró que podía aportar
bastante. Descendido el equipo murciano, el brasileño ayudó a recuperar la
categoría en la temporada 2010-2011 con 15 puntos y 6,4 rebotes por encuentro,
demostrando que la LEB se le quedaba pequeña. El Valencia lo fichó ese
verano...y el resto es historia.
Hoy se
abre una nueva puerta para el joven jugador brasileño, que ha estado subido en
una montaña rusa llena de "loopings" desde su llegada a España. De
promesa internacional a fiasco tendente a las lesiones y con su contrato
rescindido por el equipo que había apostado por él...a liderar al Murcia y
convertirse en pieza importante del Valencia pese a los límites en cuanto a
minutos jugados. Ahora la NBA le espera, en una franquicia que busca mover
contratos como el de Kris Humphries o Gerald Wallace para recolectar jugadores
jóvenes y rondas del Draft que les permita establecer un nuevo proyecto a
medio-largo plazo y aspirar otra vez al trono, ahora firmemente agarrado por
los Miami Heat, de la Mejor Liga del Mundo.
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.