A día de hoy, pocos jugadores en el viejo continente tienen
la determinación de la que hace gala Marcus Williams. Porque a pesar de su
intermitencia y su actitud defensiva que definitivamente es bastante mejorable,
lo cierto es que Marcus Williams se ha erigido como uno de los bases de moda
tanto en España como en el resto de Europa.
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Pocos adjetivos hacen tanta justicia a un jugador como el de
“jugón” a Marcus Williams. Porque el talentoso base del Unicaja es uno de esos
jugadores especiales, uno de esos jugadores por los que merece la pena pagar la
entrada. Ese juego irreverente y descarado ha hecho que Marcus Williams se gane
los elogios y críticas por igual de la afición malagueña, una afición que se ha
dado cuenta que de la inspiración del base muchas veces depende el resultado
final del encuentro. Pero lo que es cierto, es que a estas alturas y visto lo
visto durante toda la temporada, nadie puede poner en entredicho la calidad del
ex de la universidad de Conneticutt.
Un Marcus Williams, que tras consagrarse como una estrella
en el baloncesto universitario teniendo el mando de los Huskies de UConn, dio
el salto a la NBA, de la mano de los Memphis Grizzlies. Pero desde ese 28 de
junio en el que fue elegido en el Draft de 2006 por la franquicia de Tennesse,
las cosas han cambiado y mucho. Tras un malogrado paso por la NBA, en la que
pasó 4 años sin demasiado éxito, decidió cambiar de aires rumbo al viejo
continente, fichando por Enisey Krasnoyarsk de la liga rusa.
Aunque el propio jugador afirmara que el cambio de la NBA a
Europa fue grande (sobre todo en cuanto a estilo de juego se refiere), lo
cierto es que no tardó en destacar, siendo el mejor asistente durante la
temporada regular (6’8 asistencias) y consagrándose como uno de los mejores
jugadores de la competición. Parecía que el destino le sonreía, y más aún
cuando firmó por el Unics Kazan, dando un salto cualitativo en cuanto a lo
colectivo.
Pero fue entonces, cuando las cosas se torcieron, ya que a
pocos días de la firma de su contrato, se le detectó un tumor en el corazón que
le hizo estar 3 meses fuera de las canchas después de la intervención. Así
pues, perdía el tren de augurarse un buen futuro en el baloncesto europeo (de
momento), por lo que tuvo que irse a China para volver a demostrar su valía. Y
lo hizo, porque independientemente de que sus números no fueran ni mucho menos
brillantes, había dado destellos de aquel jugador que deslumbraba antes de la
operación.
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Ahora solo faltaba que un equipo apostase por él y ese fue
el conjunto dirigido por Jasmin Repesa. Un Repesa, que a pesar de saber de
buena mano la inconsistencia del norteamericano, no dudó un ápice en darle la
batuta del equipo malagueño. Hecho que a su vez ha tenido sus pros y sus
contras, ya que desde su “desaparición” en ciertos partidos, en especial en la
Liga Endesa, hemos pasado a auténticos recitales demostrando ser un auténtico
“clutch player” en la Euroliga ante equipos de la talla del CSKA, Panathinaikos
o incluso en Berlín, donde gracias a un triple del base de 28 años sepultó al
equipo alemán.
Llegados a la recta final de la temporada, ya son varios los
equipos que se han interesado por Marcus. Tal y como informa La Opinión de
Málaga, parece que tanto el CSKA como el Andalous Efes han preguntado por la
situación del jugador, ya que cabe recordar que el jugador tiene una opción
unilateral para prorrogar el contrato un año más. Aunque a priori parece que se
quedará en Málaga, no se puede descartar que algún equipo lance alguna oferta
irrechazable para los andaluces.
Esto simplemente da una idea del alto nivel mostrado por el
“playmaker” de Los Angeles esta temporada. Ya que independientemente de su ya
tantas veces comentada irregularidad, su liderazgo y su capacidad para resolver
los partidos en los momentos calientes le hacen una pieza codiciada en nuestro
baloncesto.
Porque Marcus Williams es uno de esos jugadores con esa
mirada que tanto caracteriza a “los de su clase”, esos jugones que tan pronto
te pueden hundir como levantar a la afición de sus asientos con jugadas y
canastas inverosímiles que pocos jugadores son capaces de hacer sobre una pista de baloncesto.
No cabe duda, Marcus Williams está de moda.
elmundo.com |
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