Chris Andersen es uno de los jugadores más conocidos de toda
la NBA. Su carisma, su forma de celebrar sus tapones y, sobre todo, sus
tatuajes, han hecho de “Birdman” un icono de la mejor liga del mundo. Su imagen
está muy cotizada, aunque la mayor parte de los seguidores no conocen bien el
juego de este ala – pivot de 2.08 metros de estatura.
Andersen es un jugador ya veterano. No obstante, a sus 35
años, ha recalado en el mejor equipo de toda la competición: Miami Heat. Pero
sus andanzas en la liga no siempre han sido tan fáciles.
Nació y creció en Texas, y sus primeras canastas las hizo en el Instituto Blinn College, y posteriormente en la Universidad de Houston. Se presentó al draft de 1999, en el que no fue seleccionado. Tras este pequeño fracaso, se fue a jugar a China, para acabar recalando en 2001 en los Denver Nuggets, donde se hizo con el apoyo de toda la prensa y aficionados, gracias a su carisma, sus grandes mates y espectaculares tapones. Su carrera empezaba a despegar, y su fama aumentó con su participación en el concurso de mates de 2004, donde quedó tercero. Los Hornets se interesaron por sus servicios y firmó con ellos en este mismo año.
No obstante, en el 2006 el jugador norteamericano sufrió el peor revés de su carrera. Fue expulsado de la liga tras dar positivo por cuarta vez en un control antidrogas. Las tres primeras por marihuana, la última por cocaína. El máximo responsable de la NBA, David Stern, le expulsó de la liga por dos años. El jugador abandonó inmediatamente la disciplina de los Hornets entre muchísimas críticas.
En 2008, tras cumplir la dura sanción y perder la forma y la confianza, Andersen volvió a la liga. Lo hizo en el equipo que más le quiso, los Denver Nuggets. Jugó para ellos hasta 2012, en los que sufrió progresivamente una caída en su juego. Salió sin pena ni gloria del equipo en el que más éxitos había cosechado. No obstante, en enero de 2013 los defensores del anillo, Miami Heat, pensaron en el carismático pívot para reforzar su juego interior. Firmó un contrato de diez días, después renovó diez días más, y finalmente firmó hasta final de temporada.
Ahora, Andersen está en uno de los momentos más dulces de su carrera. Con el apoyo recuperado de la prensa, el de su nueva afición, y sobre todo, el de LeBron James, Wade, Bosh y compañía, y estando en el que es actualmente el mejor equipo del mundo, “Birdman” ha recuperado la sonrisa. La vida le ha dado una segunda oportunidad, y sin duda la ha aprovechado. Abran bien los ojos, porque el pájaro está de vuelta.
Foto: espn.go.com |
Nació y creció en Texas, y sus primeras canastas las hizo en el Instituto Blinn College, y posteriormente en la Universidad de Houston. Se presentó al draft de 1999, en el que no fue seleccionado. Tras este pequeño fracaso, se fue a jugar a China, para acabar recalando en 2001 en los Denver Nuggets, donde se hizo con el apoyo de toda la prensa y aficionados, gracias a su carisma, sus grandes mates y espectaculares tapones. Su carrera empezaba a despegar, y su fama aumentó con su participación en el concurso de mates de 2004, donde quedó tercero. Los Hornets se interesaron por sus servicios y firmó con ellos en este mismo año.
No obstante, en el 2006 el jugador norteamericano sufrió el peor revés de su carrera. Fue expulsado de la liga tras dar positivo por cuarta vez en un control antidrogas. Las tres primeras por marihuana, la última por cocaína. El máximo responsable de la NBA, David Stern, le expulsó de la liga por dos años. El jugador abandonó inmediatamente la disciplina de los Hornets entre muchísimas críticas.
En 2008, tras cumplir la dura sanción y perder la forma y la confianza, Andersen volvió a la liga. Lo hizo en el equipo que más le quiso, los Denver Nuggets. Jugó para ellos hasta 2012, en los que sufrió progresivamente una caída en su juego. Salió sin pena ni gloria del equipo en el que más éxitos había cosechado. No obstante, en enero de 2013 los defensores del anillo, Miami Heat, pensaron en el carismático pívot para reforzar su juego interior. Firmó un contrato de diez días, después renovó diez días más, y finalmente firmó hasta final de temporada.
Ahora, Andersen está en uno de los momentos más dulces de su carrera. Con el apoyo recuperado de la prensa, el de su nueva afición, y sobre todo, el de LeBron James, Wade, Bosh y compañía, y estando en el que es actualmente el mejor equipo del mundo, “Birdman” ha recuperado la sonrisa. La vida le ha dado una segunda oportunidad, y sin duda la ha aprovechado. Abran bien los ojos, porque el pájaro está de vuelta.