Finalizada ya la temporada, nos toca hacer un repaso general a lo que ha dado de si el curso baloncestístico para algunos de los jugadores que más han destacado durante la campaña en equipos tan importantes como el Real Madrid. En este caso, vamos a valorar lo que ha dado de si el año para un jugador que ha tenido una temporada realmente buena como base del equipo. Ese jugador es Sergio Rodríguez. El canario, que sembró muchas dudas en su primera temporada de blanco, ha dado un paso al frente como director de juego madridista, lo que le ha llevado a regresar a una lista importante como es la de los JJOO de Sergio Scariolo, supliendo la baja de Ricky Rubio. Es muy probable que, si Ricky pudiese jugar, el Chacho no acudiese a la cita, pero las circunstancias son las que son de modo que el base del Madrid defenderá los colores de España en los Juegos.
El regreso de Sergio a la selección se da 5 años después de su última convocatoria en el Eurobasket de España 2007. El canario vuelve a un equipo en el que tuvo un peso importante con actuaciones memorables como la realizada ante Argentina en el Mundial del 2006, en lo que será un reto importante para él y para su baloncesto. Deberá demostrar que su mejoría es una realidad, y a sus 26 años la madurez en su juego será clave para hacerse un hueco en las rotaciones del seleccionador. La temporada con el Madrid ha sido un reflejo de ese paso al frente que ha dado Sergio a lo largo del año, alternando actuaciones de mucho nivel con otros partidos algo más flojos, aunque en general podemos decir que su temporada es notable.
Sergio Rodríguez comenzó el curso sabiendo que iba a disputar muchos minutos. La marcha de Prigioni y el no fichar ningún base propició que tanto él como Llull se convirtiesen en los dos únicos playmakers del equipo, con lo cual la mentalidad estaba clara ya desde el inicio. La llegada de Laso al banquillo también fue importante para Sergio. Laso trajo una filosofía muy diferente a la de Messina, ya que pretendía imprimir al juego del Madrid otra cara, una cara de rapidez y efectividad. Sergio supo hacerse con las riendas del equipo, ya que sus características como base eran las adecuadas para el estilo de juego del nuevo Madrid de Laso. Los primeros meses fueron probablemente los mejores del Madrid, con Rudy e Ibaka en la plantilla y con un juego alegre y vistoso, donde Sergio Rodríguez se movía con comodidad y desparpajo. El base madridista disfrutaba en cada partido y hacía disfrutar a sus compañeros, corriendo la cancha y asistiendo con regularidad. La marcha de los NBA supuso un pequeño bajón en el juego del Madrid, pero poco a poco los merengues fueron reponiéndose. Sergio Rodríguez seguía realizando buenos partidos, aunque su gran tarea pendiente era mejorar en el lanzamiento exterior a canasta, un aspecto importante ya que la amenaza de tiro siempre es fundamental para abrir defensas. El Madrid caía en Europa, pero ganaba la Copa del Rey con un buen torneo del Chacho donde pudimos ver asistencias espectaculares como la realizada para Begic en la final ante el Barça.
Sus números habían mejorado notablemente con respecto al año anterior, y la afición madridista ya confiaba en él para dirigir al equipo. La alternancia con Llull funcionaba, y ambos se convertían en la pareja de bases más en forma de toda la ACB. El Madrid disputaba el liderato de la liga, aunque finalmente se clasificaba como segundo para el playoff por el título.
En las eliminatorias empezamos a ver la mejor versión de Sergio Rodríguez. Ante el Cajasol realizó dos buenos partidos, pero fue ante el Baskonia cuando el Chacho demostró de lo que es capaz. Su gran tarea pendiente, el tiro exterior, iba a convertirse en su mejor arma ante los de Ivanovic. El Madrid sufría de lo lindo en la eliminatoria, y con 1-2 en contra llegó el cuarto partido donde Sergio se salió, literalmente. Con una serie de tiro de tres espectacular (5 de 6), el Chacho destrozó la defensa vitoriana, y ayudado por un gran Velickovic, daba el triunfo al Madrid que forzaba un quinto partido en su propia cancha. Sergio se convertía en el mejor de los suyos, llevando el equipo a sus espaldas, anotando, asistiendo y recuperando balones. El Madrid lograba el pase a la final y allí esperaba el Barça. Los dos primeros partidos en Barcelona fueron una continuación de los anteriores, ya que Sergio continuaba con un acierto espectacular desde la línea de tres y era capaz de romper la defensa culé una vez tras otra. Durante el tercer partido, Sergio se comía a los bases blaugranas repartiendo 9 asistencias y convirtiéndose en el hombre más destacado en la posición de base en la final, aunque empezó a empeorar su porcentaje exterior. Sergio no pudo mantener ese nivel de acierto durante los dos partidos siguientes, y el Madrid perdía la liga ante el Barça.
Sergio Rodríguez ha terminado la temporada con unos promedios de 9,5 puntos por partido, 4,2 asistencias, 1,7 rebotes y 10,1 puntos de valoración. Sin duda se trata de unos números de nivel en un equipo como el Madrid, donde los jugadores se reparten los minutos por igual. En 21 minutos por partido, Rodríguez ha logrado hacerse con los galones suficientes como para llamar a las puertas de la Selección, donde nuevos retos le esperan.
¿Qué podemos esperar del Chacho en la Selección? Es probable que la adaptación de Sergio a la Selección no sea costosa, pero parte importante de su encaje en el equipo dependerá de Scariolo y el rol que le otorgue. En principio, es de esperar que Sergio sea el segundo base del equipo, saliendo en la rotación tras Calderón y por delante de Sada. Sus compañeros le conocen bien, jugadores como Rudy, Felipe Reyes o los Gasol no tendrán problemas en adaptarse al ritmo de juego del canario. Su forma de jugar es parecida a la de Ricky Rubio, un juego rápido, vistoso y alegre, perfecto para que la Selección tome buenas dinámicas ofensivas, aunque habrá que ver que ritmo quiere Scariolo para el equipo, si va a preferir anotaciones altas, bajas o dará la suficiente libertad a los jugadores como para que inventen. Sergio Rodríguez necesita esa libertad para crear juego, aunque en ciertos momentos pueda parecer atrevido, pero es primordial que el jugador madridista sienta que existe confianza en el cuerpo técnico para que pueda desplegar su juego sin presión, como ha ocurrido con Laso a lo largo de la temporada.
Ahora queda esperar para poder ver a Sergio Rodríguez vestido de rojo de nuevo, repartiendo asistencias y lanzando a canasta. El Chacho está de vuelta, en el que está siendo uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Toda la suerte para él.
El regreso de Sergio a la selección se da 5 años después de su última convocatoria en el Eurobasket de España 2007. El canario vuelve a un equipo en el que tuvo un peso importante con actuaciones memorables como la realizada ante Argentina en el Mundial del 2006, en lo que será un reto importante para él y para su baloncesto. Deberá demostrar que su mejoría es una realidad, y a sus 26 años la madurez en su juego será clave para hacerse un hueco en las rotaciones del seleccionador. La temporada con el Madrid ha sido un reflejo de ese paso al frente que ha dado Sergio a lo largo del año, alternando actuaciones de mucho nivel con otros partidos algo más flojos, aunque en general podemos decir que su temporada es notable.
Sergio Rodríguez comenzó el curso sabiendo que iba a disputar muchos minutos. La marcha de Prigioni y el no fichar ningún base propició que tanto él como Llull se convirtiesen en los dos únicos playmakers del equipo, con lo cual la mentalidad estaba clara ya desde el inicio. La llegada de Laso al banquillo también fue importante para Sergio. Laso trajo una filosofía muy diferente a la de Messina, ya que pretendía imprimir al juego del Madrid otra cara, una cara de rapidez y efectividad. Sergio supo hacerse con las riendas del equipo, ya que sus características como base eran las adecuadas para el estilo de juego del nuevo Madrid de Laso. Los primeros meses fueron probablemente los mejores del Madrid, con Rudy e Ibaka en la plantilla y con un juego alegre y vistoso, donde Sergio Rodríguez se movía con comodidad y desparpajo. El base madridista disfrutaba en cada partido y hacía disfrutar a sus compañeros, corriendo la cancha y asistiendo con regularidad. La marcha de los NBA supuso un pequeño bajón en el juego del Madrid, pero poco a poco los merengues fueron reponiéndose. Sergio Rodríguez seguía realizando buenos partidos, aunque su gran tarea pendiente era mejorar en el lanzamiento exterior a canasta, un aspecto importante ya que la amenaza de tiro siempre es fundamental para abrir defensas. El Madrid caía en Europa, pero ganaba la Copa del Rey con un buen torneo del Chacho donde pudimos ver asistencias espectaculares como la realizada para Begic en la final ante el Barça.
Sus números habían mejorado notablemente con respecto al año anterior, y la afición madridista ya confiaba en él para dirigir al equipo. La alternancia con Llull funcionaba, y ambos se convertían en la pareja de bases más en forma de toda la ACB. El Madrid disputaba el liderato de la liga, aunque finalmente se clasificaba como segundo para el playoff por el título.
En las eliminatorias empezamos a ver la mejor versión de Sergio Rodríguez. Ante el Cajasol realizó dos buenos partidos, pero fue ante el Baskonia cuando el Chacho demostró de lo que es capaz. Su gran tarea pendiente, el tiro exterior, iba a convertirse en su mejor arma ante los de Ivanovic. El Madrid sufría de lo lindo en la eliminatoria, y con 1-2 en contra llegó el cuarto partido donde Sergio se salió, literalmente. Con una serie de tiro de tres espectacular (5 de 6), el Chacho destrozó la defensa vitoriana, y ayudado por un gran Velickovic, daba el triunfo al Madrid que forzaba un quinto partido en su propia cancha. Sergio se convertía en el mejor de los suyos, llevando el equipo a sus espaldas, anotando, asistiendo y recuperando balones. El Madrid lograba el pase a la final y allí esperaba el Barça. Los dos primeros partidos en Barcelona fueron una continuación de los anteriores, ya que Sergio continuaba con un acierto espectacular desde la línea de tres y era capaz de romper la defensa culé una vez tras otra. Durante el tercer partido, Sergio se comía a los bases blaugranas repartiendo 9 asistencias y convirtiéndose en el hombre más destacado en la posición de base en la final, aunque empezó a empeorar su porcentaje exterior. Sergio no pudo mantener ese nivel de acierto durante los dos partidos siguientes, y el Madrid perdía la liga ante el Barça.
Sergio Rodríguez ha terminado la temporada con unos promedios de 9,5 puntos por partido, 4,2 asistencias, 1,7 rebotes y 10,1 puntos de valoración. Sin duda se trata de unos números de nivel en un equipo como el Madrid, donde los jugadores se reparten los minutos por igual. En 21 minutos por partido, Rodríguez ha logrado hacerse con los galones suficientes como para llamar a las puertas de la Selección, donde nuevos retos le esperan.
¿Qué podemos esperar del Chacho en la Selección? Es probable que la adaptación de Sergio a la Selección no sea costosa, pero parte importante de su encaje en el equipo dependerá de Scariolo y el rol que le otorgue. En principio, es de esperar que Sergio sea el segundo base del equipo, saliendo en la rotación tras Calderón y por delante de Sada. Sus compañeros le conocen bien, jugadores como Rudy, Felipe Reyes o los Gasol no tendrán problemas en adaptarse al ritmo de juego del canario. Su forma de jugar es parecida a la de Ricky Rubio, un juego rápido, vistoso y alegre, perfecto para que la Selección tome buenas dinámicas ofensivas, aunque habrá que ver que ritmo quiere Scariolo para el equipo, si va a preferir anotaciones altas, bajas o dará la suficiente libertad a los jugadores como para que inventen. Sergio Rodríguez necesita esa libertad para crear juego, aunque en ciertos momentos pueda parecer atrevido, pero es primordial que el jugador madridista sienta que existe confianza en el cuerpo técnico para que pueda desplegar su juego sin presión, como ha ocurrido con Laso a lo largo de la temporada.
Ahora queda esperar para poder ver a Sergio Rodríguez vestido de rojo de nuevo, repartiendo asistencias y lanzando a canasta. El Chacho está de vuelta, en el que está siendo uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Toda la suerte para él.
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