La NBA es una liga plagada de estrellas, en la que estos astros suelen brillar con luz propia haciendo levantarse de sus asientos a miles de aficionados por todo el mundo. Sin embargo, y siguiendo la terminología astral, a veces, algunas de estas estrellas son a veces son eclipsadas. Eclipsadas por situaciones a veces injustas y otras fortuitas. Hablamos del caso de John Wall.
A pesar de sólo jugar una temporada en la Universidad de Kentucky, fue elegido por los Wizards en el número uno del Draft de 2010. Sus 16,6 puntos, 4,3 rebotes y 6,5 asitencias por partido, que le habían hecho ser elegido Jugador del Año de la Southeastern Conference, le avalaban.
Claramente hubiera sido el Novato del Año en la campaña siguiente, puesto que en su primera temporada en el equipo de Washington brilló y asombró a la liga con su espectacular velocidad y habilidades de manejo del balón, además de promediar unos sensacionales 16.4 puntos, 8.3 asistencias y casi 2 robos por partido. Y tenemos que utilizar el términi hubiera en lugar de fue porque irrumpió en escena ese preciso año la bestia, Blake Griffin.
Griffin, había sido también seleccionado como el número uno de su draft, el del año inmediatamente anterior, pero una lesión de rodilla le dejó KO durante la que hubiera sido su año de novato. Por tanto, al no haber jugado en todo el año, se le consideró rookie al año siguiente.
El fenómeno Griffin, considerado uno de los novatos que más impacto había causado en la liga en años, eclipsó en gran medida la gran campaña de Wall. Sin duda, dejó al base sin el premio del Novato del Año al que estaba predestinado.
Sin embargo, John no se desmoronó y continuó trabajando duro para mostrar que era un jugador regular, algo por lo que algunos expertos le criticaban, y capaz de liderar un equipo.
Capaz de liderar un equipo, pero… ¿qué clase de equipo debía liderar? Un equipo sin aspiración alguna. Unos Washington Wizards que en la temporada anterior a la llegada de Wall sólo había ganado 19 partidos. Un equipo que durante estas últimas dos campañas no ha conseguido en ningún momento dejar de ser considerado de los peores de la NBA.
Quizás, el hecho de estar en un equipo tan débil, que ha intentado mejorar con el traspaso del incompresible McGee pero que en esencia no ha cambiado mucho, ha provocado que John Wall no goce a día de hoy de un reconocimiento mayor.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, y de verse constantemente eclipsado por factores como fuera en su momento Griffin y como es actualmente su flojo equipo, sabemos que el potencial del base nacido en el año 90 en descomunal y que está llamado a ser uno de los mejores bases de la liga.
Para mi junto a Tyreke Evans uno de los bases llamados a liderar la liga en las proximas temporadas. Las cosas no pintan bien en Wizards ahora mismo pero nunca se sabe si podra dar la vuelta a una franquicia perdedora.
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