Muchos
días después, Unicaja volvió a ganar, esta vez ante uno de los últimos
clasificados, pero toda victoria es merecida (76-83). Los discípulos de Chus
Mateo no están realizando una buena segunda parte de campaña, pero justo la
semana antes de la Copa del Rey, se vuelve a ganar, lo que da un respiro a los
jugadores, y una hilo de esperanza a los aficionados. Los 21 puntos de Valters
y Fitch llevaron en volandas a Unicaja hacia la victoria. Una victoria que
Touré, con 13 puntos y 20 de valoración no iba a dejar en bandeja.
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Y eso
que el partido comenzaba de la mejor manera para los pucelanos, ya que en
ningún momento estuvieron por detrás en el marcador, y las ventajas, aunque
cortas, eran suficientes (19-14).
La
historia cambió ya en el segundo periodo, donde Unicaja apretó para ponerse por
delante en el marcador, aunque no sería posible hasta, prácticamente, el último
minuto del cuarto, donde los hombres de Chus Mateo obtuvieron su máxima
diferencia en el partido, +4 (36-40).
El paso
por vestuarios no cortó la racha ascendente de Unicaja, que no dejó que los
pucelanos volvieran a dominar en el encuentro. Partícipe de esto fue Valters,
que resurgió como el base que Unicaja necesita para afrontar todos sus desafíos
venideros, y más si está escudado por un Fitch tan enchufado como el día de
hoy. A los minutos finales se llegaba, aún así, con todo por decidir (57-65).
Los
minutos finales favorecieron, esta vez sí, a Unicaja, que terminó ganando un
partido importantísimo, no tanto por el partido en sí, sino por la inyección de
moral que les supone a jugadores y aficionados de cara al difícil duelo en Copa
del Rey frente al Banca Cívica. Duelo de gigantes, en el que Unicaja necesitará
a sus jugadores al cien por cien, en plano físico y psicológico.

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