Nadie, ni aún intentando realizar una crónica imparcial cómo todo buen periodista debería hacer, puede dejar de emocionarse con lo que ocurre en el baloncesto. Si el fin de semana hablábamos de la importancia de que un raro Real Madrid ganase la Copa, hoy un Gescrap Bizkaia Bilbao Basket ha olvidado sus penas y ha apelado a la épica para ganar un partido dificil a un muy buen Montepaschi Siena. Yo creo que nadie duda de que Miribilla es el lugar "where amazing happens" gracias al tiro sobre la bocina de Raúl López.
El partido de Miribilla ha resultado de una emoción de las que hacen afición. El comienzo del partido fue tenso, denso, sin mucha anotación. Pero con un Montepaschi ligeramente más enchufado, que se llevó el parcial por 7-8, pero es que el Bilbao demostró lo que iba a ser el partido: Una guerra de guerrillas, una lucha metro a metro por cada punto, por cada balón. Cómo si de rugby se tratase, cada canasta, cómo cada metro avanzado, eran un premio. Un partido feo, de defensas fuertes, pero de alma y corazón, de una Miribilla que no se rindió.
Porque El segundo cuarto dio la primera ventaja a los locales, por medio de Banic, cómo no, con un tiro de dos, que dejó el marcador 9-8, pero sólo momentaneamente. El partido siguió en un tira y afloja, dónde no destacaba nadie, y cómo decíamos, cada metro se peleaba y cada punto se sudaba sangre. Muchos errores en el tiro, rebotes y faltas, llevaron a un parcial de 14-14, que dejaba tódo igual, una victoria parcial de los visitantes. 21-22
No conocemos que pudo decir Katsikaris en el vestuario, pero consiguió que su equipo, otras veces flojo tras el descanso, no se desfondase. Pero el partido era, y lo diremos, una lucha de gladiadores. Con McCaleb el Siena se iba de tres puntos, y con un tiro libre de Pietro Aradori, de 4, pero Banic mantenía al equipo a flote, cómo cuando poco despues, a los 4 minutos del terc er cuarto, se iban de 5. Pero aparecía Banic, con un 2+1 convertido que demostraba crucialidad y su magia. La segunda unidad del Gescrap trabajaba a fondo en defensa, y con un triple de Raul López se ponían por delante, 31-30. Se hacía entonces un intercambio de canastas muy seguras, dónde los jugadores no les temblaba el pulso, y Raúl López empataba el partido sobre la bocina. 39-39, un cuarto por delante.
Pero eso era sólo el calentamiento. Rakocevic y Moss adelantaban a los visitantes de 4, pero Miribilla apretó, otra vez, y Janis Blums terminó por empatar con un triple. Moss y Lavrinovic seguían queriendo separar a su equipo de 4 puntos, pero Banic es mucho Banic, y terminó por anotar tres canastas seguidas, para irse uno por delante, 49-48. Pero apareció la estrella del equipo rival, McCalebb, que parecía que comenzaba a desperezarse, y de hecho, llevó a su equipo a un 51-53. Los dos equipos comenzaban a tener miedo a fallar, y de hecho, esto se notaba mucho.
Tiros libres fallados por McCalebb y por Vasileiadis, gente muy fiable desde la línea, fallaba. Porque comenzó la ruleta de mandar a los jugadores a la linea de tiros libres. El Bilbao se puso dos puntos por encima con dos tiros libres de Raúl López, mientras que a falta del mismo Raúl, McCalebb empataba a 56. Otra falta a Raúl dejaba el marcador a 58-56, y una falta rápida de Gescrap hacía que Rakocevic tuviese dos tiros libres, fallase el primero, y pudiesen perder el partido. Uno arriba Gescrap. Sin embargo, perdieron el balón, y Thornton anotó una canasta, para ponerse uno arriba a falta de 6 segundos. Raúl, entonces, volvió a coger el balón, no le hicieron falta, se acercó, tiró por encima de sus defensores, y anotó sobre la bocina. Ganó Miribilla.
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El partido de Miribilla ha resultado de una emoción de las que hacen afición. El comienzo del partido fue tenso, denso, sin mucha anotación. Pero con un Montepaschi ligeramente más enchufado, que se llevó el parcial por 7-8, pero es que el Bilbao demostró lo que iba a ser el partido: Una guerra de guerrillas, una lucha metro a metro por cada punto, por cada balón. Cómo si de rugby se tratase, cada canasta, cómo cada metro avanzado, eran un premio. Un partido feo, de defensas fuertes, pero de alma y corazón, de una Miribilla que no se rindió.
Porque El segundo cuarto dio la primera ventaja a los locales, por medio de Banic, cómo no, con un tiro de dos, que dejó el marcador 9-8, pero sólo momentaneamente. El partido siguió en un tira y afloja, dónde no destacaba nadie, y cómo decíamos, cada metro se peleaba y cada punto se sudaba sangre. Muchos errores en el tiro, rebotes y faltas, llevaron a un parcial de 14-14, que dejaba tódo igual, una victoria parcial de los visitantes. 21-22
No conocemos que pudo decir Katsikaris en el vestuario, pero consiguió que su equipo, otras veces flojo tras el descanso, no se desfondase. Pero el partido era, y lo diremos, una lucha de gladiadores. Con McCaleb el Siena se iba de tres puntos, y con un tiro libre de Pietro Aradori, de 4, pero Banic mantenía al equipo a flote, cómo cuando poco despues, a los 4 minutos del terc er cuarto, se iban de 5. Pero aparecía Banic, con un 2+1 convertido que demostraba crucialidad y su magia. La segunda unidad del Gescrap trabajaba a fondo en defensa, y con un triple de Raul López se ponían por delante, 31-30. Se hacía entonces un intercambio de canastas muy seguras, dónde los jugadores no les temblaba el pulso, y Raúl López empataba el partido sobre la bocina. 39-39, un cuarto por delante.
Pero eso era sólo el calentamiento. Rakocevic y Moss adelantaban a los visitantes de 4, pero Miribilla apretó, otra vez, y Janis Blums terminó por empatar con un triple. Moss y Lavrinovic seguían queriendo separar a su equipo de 4 puntos, pero Banic es mucho Banic, y terminó por anotar tres canastas seguidas, para irse uno por delante, 49-48. Pero apareció la estrella del equipo rival, McCalebb, que parecía que comenzaba a desperezarse, y de hecho, llevó a su equipo a un 51-53. Los dos equipos comenzaban a tener miedo a fallar, y de hecho, esto se notaba mucho.
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