El Real Madrid jugará mañana domingo la gran final de la Copa del Rey ante el Barcelona tras derrotar al Banca Cívica por 92-84 en la segunda semifinal de la competición copera. Los madridistas logran así disputar su tercera final consecutiva ante el mismo rival, en lo que será una lucha por la supremacía en una competición que a los merengues se le resiste desde 1993. El partido ante el Banca Cívica tuvo muchas lecturas, pero quedó claro que el equipo de Pablo Laso está a un nivel ofensivo superior, provocando que su rival no pudiese remontar una diferencia que llegó a ser de 25 puntos. El primer cuarto fue de dominio blanco, imponiendo su ley ya desde el salto inicial, con un Llull muy metido logrando anotar en jugadas espectaculares. El Madrid dominaba el rebote, y conseguía cazar despistada a la defensa rival en varios saques desde el lateral, en los que Begic aprovechó una estrategia sencilla pero eficaz para anotar canastas fáciles. Carlos Suárez realizaba un gran trabajo defensivo, mientras que Singler demostraba su clase individual en acciones positivas para los suyos. Se llegó al intermedio con 27-14 para los de Laso, que marcaban terreno y dejaban claras sus intenciones. Sin embargo, el equipo de Joan Plaza modificó su esquema para empezar a remontar un partido que se había puesto muy complicado. Carl English entraba en pista y lograba anotar desde la línea de tres, al igual que el base Calloway, recortando las diferencias en el marcador. El Madrid sufría con Tomic y Felipe Reyes desaparecidos, mientras que Sergio Rodríguez no lograba realizar una buena dirección de juego. Así hasta llegar al descanso, con todo por decidir, ya que los de Sevilla habían reducido la diferencia a tan solo dos puntos, 46-44.
Empezaba el tercer periodo con el Madrid reactivado, anotando desde la línea de tres con Mirotic y Suárez colosales. Los madridistas volvían a meter la directa, y en pocos minutos, con un parcial de 20-1, llevaban el partido a un +25 complicado de remontar para los de Plaza. El Madrid parecía sentenciar, gracias a una espectacular serie de tiro de Mirotic, que se convertía en el hombre clave de los suyos, una vez más. Se llegaba al último periodo con una ventaja considerable, pero el Banca Cívica no iba a rendirse en ningún momento. De nuevo, los sevillanos tiraban de casta y orgullo para volver a meterse en el partido, logrando reducir hasta los siete puntos de desventaja, metiendo el miedo en el cuerpo a los madridistas. En ese momento volvía a aparecer Mirotic, que con sus triples dejaba sin premio a los jugadores rivales, consiguiendo meter al Madrid en una final de Copa por tercer año consecutivo. La victoria finalmente fue por ocho puntos, en un gran partido ofensivo por parte de los dos equipos, con un acierto exterior muy alto en el que Mirotic destacó por encima de todos. Mañana, la gran final entre Barcelona y Real Madrid.
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