El
2011 ha sido un año con mucho movimiento en el Real Madrid. Ya desde la
temporada pasada, el club merengue ha vivido varios episodios dignos de
recordar, un Real Madrid que ha ido de menos a más, pasando por épocas
complicadas y por cambios bastante importantes. 2011 empezó para los
madridistas con la disputa de la final de la Copa del Rey en el Palacio de los
Deportes ante el Barça en el mes de febrero. El equipo entonces entrenado por
Ettore Messina tenía la ilusión de poder ganar un título en casa ante el eterno rival, su gran bestia negra,
pero conociendo cuales eran sus limitaciones y dificultades ante el equipo al
que no conseguía derrotar prácticamente nunca. Los madridistas hicieron un
partido muy serio, especialmente durante los primeros 20 minutos, pero aún así, el Barça se llevó el título dejando al Madrid
muy tocado de cara a la recta final de la Liga ACB. El Madrid, con Messina a la
cabeza, no terminaba de cuajar, no acababa de ofrecer un juego acorde a sus
expectativas y algunos de los jugadores rendían por debajo de su nivel (Sergio
Rodríguez, D’or Fischer, Novica Velickovic, entre otros). Llegó entonces el
momento clave para el Madrid en este 2011, la inesperada dimisión de Messina que sorprendió a todo el mundo.
Los aficionados todavía se preguntan que fue lo que ocurrió exactamente, ya que
Messina no acabó de ofrecer una clara versión de los hechos, culpando de su
dimisión al entorno del club y no a la plantilla. Sin embargo, otras voces
hablaban de un divorcio entre los pesos pesados del vestuario y el técnico
italiano, algo que no llegamos a comprender y que nunca se clarificó. Fuese como fuese, Messina abandonó
el Real Madrid dejando al mando del equipo a su ayudante Molin, que se
encargo de guiar a los blancos hasta el final de la temporada.
El Madrid siguió a la sombra del Barça en la ACB, y su gran objetivo iba a ser intentar alcanzar la Final Four de la Euroleague. Los madridistas se enfrentaron en el playoff de la máxima competición al Valencia Basket, en una serie a 5 partidos, serie muy dura en cada uno de ellos. El quinto duelo en la Caja Mágica sirvió a los merengues para llevarse el triunfo y lograr alcanzar el pase para una Final Four después de 15 años, gran logro para una plantilla que no estaba pasando por su mejor momento. El Madrid acudió a jugar la Final Four de Barcelona con la intención de dar la campanada, pero en la semifinal ante Maccabi se evidenció la falta de experiencia de los madridistas, que cayeron y se quedaron sin poder disputar la gran final ante Panathinaikos. El Madrid finalmente perdió también el partido de consolación ante Montepaschi, marchándose de Barcelona como cuarto clasificado de la competición europea. A pesar de la pequeña desilusión que supuso el rendimiento del equipo en Barcelona, el mérito de volver a una Final Four quedó grabado en muchos aficionados, que reconocieron el trabajo de una joven plantilla que luchó ante muchas dificultades, algo que hizo todavía más meritorio su pase por la gran final europea.
La gran decepción llegó más tarde, en el playoff de la ACB. Los blancos se cruzaban en semifinales ante el Bilbao Basket, y tras ganar el primer partido, todo hacía indicar que el Madrid se enfrentaría en la final al Barça. Pero no fue así, y el Bilbao, para sorpresa de todos, derrotó a un Madrid sin alma que vio como se le escapaba una final que parecía en su mano. En ese momento, la plantilla se fracturó, y jugadores como Fischer, Tucker o Prigioni decidieron abandonar el barco. Era hora de dar un cambio de rumbo, y la directiva decidió contratar a Pablo Laso para el puesto de entrenador. La confianza en jugadores como Sergio Rodríguez o Carlos Suárez se mantuvo, y además se busco reforzar la línea exterior con algún jugador que ofreciera mejor rendimiento que Tucker, y que hiciese el trabajo que años atrás había realizado el gran Louis Bullock.
En
ese momento llegaba al Madrid Jaycee Carroll procedente del Gran Canaria,
jugador que había sido máximo anotador de la liga durante dos temporadas consecutivas,
y que aterrizaba en Madrid con ganas de demostrar toda su valía. Poco tiempo
después se fichaba a Martynas Pocius, escolta trabajador lituano, para cerrar
el mercado veraniego con la bomba definitiva, la llegada de Rudy Fernández
durante el cierre patronal de la NBA. Ese fue el fichaje que ilusionó
definitivamente a la afición madridista, que ya deseaba ver al gran Rudy
vestido de blanco. La temporada empezó con el Madrid dando señales de mejoría,
con una dinámica muy diferente a la mostrada en la recta final de la anterior
temporada. La explosión de Mirotic era definitiva, la aportación de Carroll
evidente y la clase de Rudy se hacía ver en cada partido. El Madrid empezaba el
año plantando cara al Barça en la Supercopa, y con una gran racha en la ACB que
llevaba al equipo de Laso a liderar la clasificación junto a los culés. Ya
empezado el curso, llegó el refuerzo de Serge Ibaka, que durante su estancia en
el equipo aporto fuerza, contundencia y espectáculo. El Madrid empezaba a
gustarse y a gustar, ofreciendo el ritmo de juego más espectacular de toda la
ACB. Los blancos cerraban su clasificación para el Top-16 de la Euroleague y se
mantenían en la segunda plaza de la ACB. Pero llegó el inicio de la NBA, y con
ello la marcha de Rudy e Ibaka, jugadores que enamoraron a toda la afición,
dejando una labor importante por delante a Pablo Laso. El Madrid fichaba a Kyle
Singler, pero en el primer partido de la era post-NBA, los merengues perdían
ante el Estudiantes, asustando a todos sus aficionados. Nada más lejos de la
realidad, el Madrid se recuperó rápido y volvió a ofrecer su mejor cara,
llegando hasta el día de hoy como líder de la ACB y como primero de grupo en la
Euroleague. El Madrid sigue ofreciendo buenos partidos, y de momento es uno de
los favoritos para pelear por los títulos. Se cierra así 2011, un año
complicado para el madridismo, con buenos y malos momentos, con estrellas que
han venido para marcharse, y con un equipo que, de la mano de Pablo Laso, ha
recuperado sus señas de identidad, convirtiéndose en el mejor Real Madrid desde
la temporada 2006/07. Jugadores como Mirotic han explotado para convertirse en referentes del club madridista, otros como Felipe Reyes o Sergio Rodríguez han recuperado su mejor versión, y los aficionados del equipo merengue siguen expectantes ante lo que está siendo una clara mejoría y un claro crecimiento del equipo blanco. Veremos que ocurre en 2012.
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