El Melilla Baloncesto va lanzando a alcanzar los puestos de arriba, tras derrotar a un Clínicas Rincón sin su mejor hombre, Alex Abrines, hundiendo a los malagueños cada vez más en el fondo de la tabla, con tan solo una victoria en 11 partidos. En el encuentro destacaron por parte local un enorme Troy Devries con 19 puntos, y un gran Riera con 22 de valoración, y por parte malagueña, destaco Payne, con otros 19 puntos.
El primer cuarto sería para el filial de Unicaja, ya que plantándose bien sobre el campo, y demostrando un sorprendente acierto de cara a los aros, inutilizaron cualquier intento local por imponerse sobre el terreno de juego, llegando al término de los primeros diez minutos con cuatro de ventaja (18-22).
El segundo periodo mantenía el guión del primero, los malagueños fallaban lo justo y defendían con uñas y dientes cualquier balón, lo que propiciaba que los locales no estuvieran cómodos sobre el campo y no anotaran como querían y se esperaba. Por lo que al descanso se llegó de nuevo, sorprendentemente, con ventaja visitante, esta vez de seis puntos (31-37).
El paso por vestuarios lo cambió todo y le dio un nuevo guión al encuentro. A partir de aquí, los locales empezarían a meter todo lo que antes fallaron y a defender como antes no lo hicieron, aunque recibieron bastantes puntos, pero supieron lo que tenían que hacer y cómo debían hacerlo, por lo que le endosaron un parcial de +12 en el cuarto, colocándose al fin por delante en el marcador (64-58).
El último cuarto no tuvo repercusión alguna en el resultado, ya que los locales conservaron la ventaja y supieron aumentarla bien y jugar tranquilos y sin presión, dejando claro que cuando quieren, pueden, y que pelearan por los puestos de ascenso. Y además les regalaron un bonito encuentro a su afición, con una clara victoria al final, con un resultado amplio en el luminoso (80-69) que invita a los suyos a pensar en un posible ascenso a la liga Endesa al final de temporada.
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