Se avecinaba un partidazo, y así fue. Jugábamos contra Serbia, cuyo equipo joven y que teníamos que tener en cuenta por su indudable talento. Todos recordamos el triple sobre al bocina desde mitad de campo de la mano de un genio como Teodosic. Ellos ganaron el partido y a la vez nosotros los perdimos. Esa derrota no solo supuso quedarnos fuera de la lucha por las medallas, sino que también genero dudas, demasiadas. Desde aquel día se ha dicho muchas cosas sobre el combinado español, se criticó a grandes jugadores que nos han dado tanto como Garbajosa o Mumbrú, pero lo que más les dolió fue oír que nuestros juniors de oro estaban en decadencia, y con ellos la caída en picado de nuestro nivel con selección. Ofendidos, este año están con mucho hambre, muchísima. Pero sobre todo de 'vendetta' y la víctima sería Serbia.
Al comienzo del partido sabíamos que teníamos que tener apretar en defensa e ir a comernos el aro en ataque. Después de un par de partidos en los que el equipo estaba irregular se nos planteaba un equipo muy complejo. Así fue, empezamos con buen juego y bastante agresivos. Pau bastante mejorado de su tobillo se tuvo que sentar rápidamente por cometer dos faltas en la primera mitad del primer cuarto. Pero no cundió el pánico como en los anteriores partidos, en los que parecíamos sufrir 'gasoldependencia'. Los nuestros salieron adelante sin ningún problema llevando el tempo del partido y sabiendo anticiparnos a los posibles problemas que podrían provocar el equipo rival.
En el segundo cuarto seguimos la misma línea. Nos gustábamos y se notaba. Un juego alegre, rápido e inteligente. Serbia impotente ante el machaqueo de 'la roja' se mostró cada vez más tensa por una situación que se le iba de las manos, lo que acabó con dos técnicas del equipo serbio. Supimos aprovecharnos del nerviosismo del rival y nos fuimos al descanso con +16 a favor nuestro.
En el vestuario se habló de mantener el ritmo y no dejar que el rival se metiese en el partido ya que Serbia es de esos equipos que no hay que dejarles ni un metro porque lo puedes pagar muy caro. Así que mantuvimos el nivel y empezamos la segunda mitad con un parcial 14-0 con un colchón lo suficientemente amplio como para poder respirar tranquilos. Nos divertimos pero sin perder la concentración, nos constó no caer en las provocaciones del rival. De hecho, a Rudy le pitaron una técnica después de ir a comerle la oreja a uno de los árbitros cuestionándole algunas decisiones. Esto puso nervioso a los nuestros y acabamos con un parcial 0-6 a favor de Serbia. Scariolo tomó cartas en el asunto y pidió tiempo muerto para calmar los ánimos y recordar que había que olvidar lo que hiciese el rival y centrarse en hacer nuestro juego. Salimos y recuperamos el tono, anulando a Teodosic, al que no le permitimos hacer su juego durante todo el partido. Circunstancia clave para Serbia, que sin Teodosic baja un escalón, sobre todo, en ataque.
Y a final de partido los nuestros se dedicaron a disfrutar. Se pudo ver risas en el banquillo, varios contrataques con espectaculares mates y una muestra de la enorme creatividad que tienen estos chicos con un balón entre sus manos. Unos Gasol espectaculares (Pau 26 y Marc 20) que sentenciaron el partido. Cuando el encuentro estaba ya roto y nos fuimos por encima de los 20 puntos faltando menos de tres minutos para el final, Scariolo sacó a pista a Claver, Sada y San Emeterio. Nada más salir estos a pista, vimos un espectacular mate de Víctor Claver que fue celebrado por todo el banquillo y los aficionados presentes en el pabellón. Sin duda una canasta muy necesaria para fortalecer la autoestima del jugador. Cuando pitaron el final del partido la felicidad del equipo era más que palpable, se había plantado cara a un grande como Serbia, habían jugado todos los jugadores y los más importante, España se clasificaba para cuartos. Sin duda, el día de hoy ha sido no solo un gran partido sino también un refuerzo en la confianza del equipo.
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.