Ayer vivimos otro día histórico
protagonizado por el equipo que lleva años haciéndonos soñar. Todos los veranos.
No fallan uno. Pero entre todos los jugadores aparece una gran figura, el verdadero responsable: Pau
Gasol.
Imagen vía FEB |
España
se clasificó por sorpresa para las semifinales del Eurobasket 2015. Si es que
hay algo de lo que consigue este grupo que se pueda calificar como sorpresa.
Esta vez la víctima fue un equipo, un equipazo, que nos tenía muchas ganas,
Grecia.
Pero
ni las dudas, ni la supuesta superioridad en cuanto a plantilla de la selección
griega consiguieron que España se quedase fuera de la lucha por las medallas. Y
aquí el primer dato escalofriante de todo este asunto: NOVENA semifinal consecutiva
del combinado español. Cuando faltemos, que digo yo que alguna vez será, ya nos
acordaremos de esto.
Unos
años fue porque teníamos el mejor equipo, otros porque teníamos el mejor
entrenador, pero este año la razón tiene nombre y apellidos de jugador, del
mejor jugador español de la historia: Pau Gasol Sáez.
El
capítulo que está viviendo el libro Gasol- selección empieza hace tiempo. Más o
menos un año. España quedaba fuera de la lucha por las medallas de su Mundial
de baloncesto cayendo ante Francia en una de las noches más tristes del deporte
nacional. Nadie lo esperaba y sucedió. El horror. Orenga o un día nefasto. O un
día nefasto por Orenga.
Tras
la decepción, Pau Gasol marchaba a la NBA, a estrenar la camiseta de los Bulls,
su nueva franquicia. A medida que iban pasando los meses se anunciaban o se intuían
bajas muy importantes para la selección española. Parte de la columna vertebral
no estaría en un Eurobasket vital por su relación directa con los Juegos
Olímpicos del próximo año en Rio.
Las
dudas se acrecentaban. No Marc Gasol, no Calderón, no Ibaka, no Navarro, no
Ricky. La lista de bajas era larga, demasiado larga. Pero entre las nubes más
densas y cuando más negro se veía todo apareció una figura de 2.16 dispuesto a
volver a darlo todo por su selección un verano más. Dispuesto a guiarnos en la
oscuridad.
A
los 35 años y con su carrera en la selección mucho más que hecha, Gasol se
ponía al servicio de Scariolo para un penúltimo servicio, probablemente el más difícil
al que ha tenido que enfrentar. Probablemente Pau no pensó del todo a lo que se
exponía. Como gran y casi único líder del equipo, la responsabilidad del
resultado iba a caer de una u otra forma en sus
espaldas. Anchas, eso sí.
La
respuesta de Gasol a esa responsabilidad deja corto cualquier calificativo que
le queramos poner. Casi 24 puntos por partido, 8 rebotes, un 56% en tiros de 2
puntos y un ¡¡75%!! En tiros de 3. Todo ello aderezado con los espectaculares 2
tapones que coloca de media. Aparece primero en casi cualquier plano estadístico.
Ha sido la pieza alrededor a la que ha girado España tanto en ataque como en
defensa. Alguien en quien confiar en los peores momentos. Por ejemplo en el
partido frente a Polonia, cuando Gortat salió seriamente perjudicado en su
emparejamiento con el de Sant Boi.
Sus
números, tan grandes como él, no cuentan toda la película. Si lo cuenta el “¡Vinimos
a Francia a ganarles aquí!” con el que arengó al grupo después de la sufrida
victoria de ayer ante Grecia. Liderazgo, carácter, decisión. Pau Gasol está en
una misión y quiere cumplirla. Cerrar el círculo contra una selección que le
provocó uno de los mayores sinsabores de su carrera deportiva. Sus compañeros,
tras un dubitativo inicio, comparten ahora su ilusión, su decisión y sus ojos
inyectados en sangre, como si convivir en el hotel y en la concentración con
Pau les hubiera supuesto el subidón que les faltaba.
Si
escribo esto antes de que acabe el Eurobasket es porque me da igual como
termine. Me da igual si mañana Pau Gasol mete 2 o treinta puntos. Si ganamos o
perdemos. Pau merece la gloria más allá de un triunfo o de una derrota y más
allá de un buen partido o de uno malo.
Por
todo lo que le queda por hacer y sobre todo por todo lo que ha hecho, Pau Gasol
debe ser considerado como uno de los mejores (para mí el mejor) deportistas españoles de todos los tiempos. Para enumerar sus logros necesitaría otro artículo.
Simplemente,
un gigante llamado Pau.
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