Sangre, sudor y lágrimas. España tuvo que combatir ante un ambiente hostil e infernal pero acabó ganando a Turquía y jugará la final del Mundial por primera vez en su historia. Alba Torrens y Sancho Lyttle volvieron a ser las figuras del equipo.
Foto: ACB MEDIA |
En un ambiente hostil, España le costó un poco entrar en el partido. Turquía arrancó enchufada con un parcial de 5-0, pero Alba Torrens y Laia Palau reaccionaron para darle la vuelta al marcador y enmudecer a la afición otomana (5-9, min 4). Las turcas basaron su juego en el movimiento del balón por el perímetro y un alto porcentaje desde la línea exterior, mientras España con su juego colectivo y una gran Marta Xargay. Al final del primer cuarto, la igualdad era latente (20-19).
El segundo cuarto comenzó con un parón ofensivo de ambas selecciones. El marcador no se movía y seguía con ese 20-19 favorable a las anfitrionas. La defensa en zona desesperaba a las españolas, que no conseguían superarla y perdían balones. Pero cuando algo no funciona en ataque debe funcionar en defensa, y en eso basaron su juego las de Lucas Mondelo. Sanders era una constante pesadilla para las hispanas, pero Sancho Lyttle también para las turcas. Nos íbamos al descanso por delante (27-28).
Tras la reanudación, España seguía bajando el culo y ajustando al máximo la defensa para cerrar líneas de pase y forzar tiros precipitados. Eso en el apartado defensivo. En el ofensivo, Alba Torrens asumía los galones. Pero el ambiente cada vez era más hostil y algunas decisiones arbitrales despistaban a las españolas, algo que aprovechaba Yilmaz para dominar el partido y Turquía se escapara en el marcador (39-32, min 26). Mondelo optaba por la defensa en zona y las otomanas se estancaban en esos 39, algo que permitía a las españolas recuperar ventaja con un contraataque de Sancho Lyttle e irnos al último cuarto con todo por decidir (39-41).
España quería estar en la final. Y Alba Torrens también. Pidió el balón, asumió los galones y dijo "hasta aquí hemos llegado". Penetrando, desde fuera y sin miedo, España abría brecha en el marcador (44-50, min 33). Turquía sufría para anotar y las de Mondelo corrían. Torrens seguía tocada por varita mágica y el partido quedaba sentenciado con un contraataque de la mallorquina (46-60, min 36).
Los últimos minutos iban a ser de mantener el marcador y conseguir el sueño de jugar la primera final de nuestra historia en un Mundial. España sigue haciendo historia.
Tras la reanudación, España seguía bajando el culo y ajustando al máximo la defensa para cerrar líneas de pase y forzar tiros precipitados. Eso en el apartado defensivo. En el ofensivo, Alba Torrens asumía los galones. Pero el ambiente cada vez era más hostil y algunas decisiones arbitrales despistaban a las españolas, algo que aprovechaba Yilmaz para dominar el partido y Turquía se escapara en el marcador (39-32, min 26). Mondelo optaba por la defensa en zona y las otomanas se estancaban en esos 39, algo que permitía a las españolas recuperar ventaja con un contraataque de Sancho Lyttle e irnos al último cuarto con todo por decidir (39-41).
España quería estar en la final. Y Alba Torrens también. Pidió el balón, asumió los galones y dijo "hasta aquí hemos llegado". Penetrando, desde fuera y sin miedo, España abría brecha en el marcador (44-50, min 33). Turquía sufría para anotar y las de Mondelo corrían. Torrens seguía tocada por varita mágica y el partido quedaba sentenciado con un contraataque de la mallorquina (46-60, min 36).
Los últimos minutos iban a ser de mantener el marcador y conseguir el sueño de jugar la primera final de nuestra historia en un Mundial. España sigue haciendo historia.
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