Victoria de Herbalife Gran Canaria ante su público en un partido en el que los chicos de Aíto García Reneses apenas sufrieron para imponerse a un débil Obradoiro. Con este triunfo, los insulares logran su primera victoria de la temporada en casa y en el cómputo general. Ni los triples de Corbacho ni la intensidad de Kleber fueron suficientes para el conjunto gallego.
Desde el salto inicial, el dominio a lo largo del primer cuarto iba a ser de color amarillo sobre la pista. Con Urtasun a gran nivel durante los minutos iniciales, los canarios comenzaban dominando a un Obradoiro que se veía con dificultades para ejecutar buenas acciones ofensivas. Los gallegos marchaban por detrás en el marcador aunque bien es cierto que, gracias a la efectividad Waczynki, no permitían a su rival lograr ventajas demasiado amplias. Báez lideraba al conjunto local en el tramo final del primer cuarto, que terminaba con una ventaja de 20-13 para los de Aíto García Reneses.
Pero el festival estaba por llegar. Sin dar tregua, Gran Canaria comenzó a machacar a su rival por medio de un baloncesto contundente en defensa y alegre en ataque. Los locales, con Oliver a los mandos y Newley enchufado, empezaban a romper el encuentro, mientras que Obradoiro, fruto de la impotencia, cedía y no era capaz de frenar a su contrincante. Antes del descanso la cosa se ponía seria para los visitantes, que veían como el equipo amarillo se marchaba al vestuario con 17 puntos de ventaja, 40-23.
¿Reacción de Obradoiro? Sí, pero no suficiente, al menos para meterse de lleno en el partido. Gran Canaria se relajó en el tercer cuarto y vio como Corbacho y Kleber comandaban la ofensiva de su contrincante, que pasaba a reducir las diferencias, aunque sin llegar a acercarse en exceso. Bajo la dirección de Oliver, los insulares se mantenían por delante, llegando al decisivo último periodo con una diferencia de 10 puntos, 55-45.
La sentencia estaba servida. Urtasun, Kuric, Oliver, Newley, Tavares... demasiado para un Obradoiro muy dependiente de los lanzamientos exteriores de su cañonero Corbacho. Los insulares conseguían despegarse de nuevo en el último periodo, impidiendo que el equipo gallego pudiese reducir la diferencia por debajo de la barrera psicológica de los 10 puntos. Así se llegaba al final, con un marcador claro de 72-57, lo que significa la primera victoria de la temporada para Gran Canaria, conseguida además en su nuevo pabellón del que espera hacer un fortín este curso.
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| Foto: ACB |
Pero el festival estaba por llegar. Sin dar tregua, Gran Canaria comenzó a machacar a su rival por medio de un baloncesto contundente en defensa y alegre en ataque. Los locales, con Oliver a los mandos y Newley enchufado, empezaban a romper el encuentro, mientras que Obradoiro, fruto de la impotencia, cedía y no era capaz de frenar a su contrincante. Antes del descanso la cosa se ponía seria para los visitantes, que veían como el equipo amarillo se marchaba al vestuario con 17 puntos de ventaja, 40-23.
¿Reacción de Obradoiro? Sí, pero no suficiente, al menos para meterse de lleno en el partido. Gran Canaria se relajó en el tercer cuarto y vio como Corbacho y Kleber comandaban la ofensiva de su contrincante, que pasaba a reducir las diferencias, aunque sin llegar a acercarse en exceso. Bajo la dirección de Oliver, los insulares se mantenían por delante, llegando al decisivo último periodo con una diferencia de 10 puntos, 55-45.
La sentencia estaba servida. Urtasun, Kuric, Oliver, Newley, Tavares... demasiado para un Obradoiro muy dependiente de los lanzamientos exteriores de su cañonero Corbacho. Los insulares conseguían despegarse de nuevo en el último periodo, impidiendo que el equipo gallego pudiese reducir la diferencia por debajo de la barrera psicológica de los 10 puntos. Así se llegaba al final, con un marcador claro de 72-57, lo que significa la primera victoria de la temporada para Gran Canaria, conseguida además en su nuevo pabellón del que espera hacer un fortín este curso.
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