Hace unos días muchos nos sorprendimos con el anuncio del fichaje de Pedro Martínez por el Basquet Manresa. Uno de los mejores entrenadores del panorama nacional fichaba por un conjunto que ha descendido las dos últimas temporadas.
Foto: Manresa |
A cualquiera que no esté al corriente de lo que sucede en la ACB seguro que le sorprende que un equipo que no debía estar en la élite, permanezca en la máxima categoría, pero aún más le sorprenderá que uno de los mejores entrenadores se embarque en un reto de semejante envergadura. Esta es la triste realidad del deporte de la canasta en este país...
Debo confesar que me chocó el anuncio, al igual que me impresionó la salida de Martínez del Herbalife, pero si uno se fija un poco en algunos detalles puede llegar a comprender las motivaciones del técnico catalán. Por un lado La Bruixa D'Or le ha dado a su nuevo entrenador tres temporadas, lo cual hace pensar, por un lado, que los rectores del club tienen plena confianza en él y en su trabajo, y por otro que el proyecto está pensado para un medio plazo, como mínimo, lo que supone cierta estabilidad.
Otro factor a considerar es la precariedad del mercado laboral, y por ende el de los entrenadores, en España. Cada vez son más los técnicos que tienen que buscar fuera las oportunidades que no tienen aquí. Trifón Poch es el último caso, pero antes lo fueron Piti Hurtado o Sergio Valdeolmillos. Hay que ser conscientes del alto nivel de los técnicos españoles y de las pocas posibilidades que tienen en el mercado baloncestistico patrio.
Por otra parte es evidente que las dificultades a las que se va a enfrentar en su nuevo reto son importantes. No creo que en Manresa goce da la misma estabilidad y tranquilidad de la que gozaba en Canarias. Por mucho que uno quiera abstraerse de los problemas monetarios, estos siempre van a estar ahí y será difícil mantenerse al margen. Unido a lo anterior, está el hecho de que la plantilla que podrá configurar el cuerpo técnico no será para nada comparable a la que podía tener bajo su mando en el Herbalife.
Con todo esto me parece admirable que Pedro Martínez haya aceptado el desafío de mantener a La Bruixa D'or en la ACB, en la cancha y no en los despachos. Aún es pronto y hay que esperar para ver que hombres tiene a su disposición, pero me alegra que en el baloncesto actual haya gente tan valiente como para arriesgar el prestigio tan duramente labrado. Alguien a quien está claro que le apasiona el baloncesto y a quien hay que desear la mayor de las suertes.
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